Syngenta presentó Verdavis para el control de chicharrita y otras plagas
En el lanzamiento, el especialista Alejandro Vera destacó el aprendizaje adquirido, la red de monitoreo y la aparición de nuevas herramientas para el manejo de Dalbulus maidis.
El maíz “es un elemento trascendente en la sustentabilidad” de sistemas agrícolas, por lo cual “el desafío consiste en aprender a convivir con la plaga y reducir su incidencia, sin comprometer el rol del maíz en la rotación”. La chicharrita (Dalbulus maidis) “vino a instalarse, tenemos que saber manejar bajas poblaciones y no habrá problemas” para producir maíz, dijo a VERDE el especialista en Zoología Agrícola e investigador de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres de la provincia de Tucumán, Argentina, Alejandro Vera, en el lanzamiento en Uruguay realizado por Syngenta y Grupo Macció.
Vera sostuvo que en Brasil y Paraguay, a los dos años de haber emergido la crisis de la chicharrita, avanzaron fuerte en el manejo. En Uruguay y en Argentina “se va por el mismo camino, dado que ya está la red de monitoreo, se sigue minuto a minuto la dinámica poblacional y se lanzan productos para el control”. La clave se encuentra en “contar con productos registrados”, dijo. Al tiempo que destacó que hasta hace menos de un año “no existía nada para controlar Dalbulus maidis”.
El especialista resaltó el papel de las condiciones climáticas, afirmando que “las heladas del invierno permitieron moderar la dinámica”, contribuyendo a una reducción significativa de la población de chicharritas y presentando un escenario “diametralmente opuesto al de la campaña pasada”.
Sobre el manejo de la plaga, Vera describió que es “multifactorial” y “lo que más aprendimos es que se trata de una mesa de cuatro patas, que busca evitar la propagación de un vector de enfermedades”. El primer paso crucial es la eliminación de los “maíces guachos”, evitando que el insecto encuentre alimento y refugio en épocas en que no debería haber presencia de maíz. En tanto, el “monitoreo continuo” se ha convertido en una práctica esencial en todo el Cono Sur, como parte del “manejo cultural”. Es importante seguir la cantidad de chicharritas y si están enfermas o no.
Otro aspecto clave para el especialista es la “selección de germoplasma”, el uso de materiales tolerantes permite que el maíz resista el período de latencia de la enfermedad. El manejo químico “no está para apagar incendios”, dijo, sino que “es un complemento efectivo en la medida que se cumpla el manejo cultural”.
El investigador indicó que el umbral de control de la chicharrita “es muy bajo”, por su condición de vector de enfermedades. “La presencia de una chicharrita es suficiente para actuar”, indicó. Para lograr un control eficaz, sugirió tomar decisiones de aplicación cuando “hay un promedio de 0,5 chicharritas en 10 plantas”. Recomendó realizar un monitoreo constante, “cada cinco o siete días”, con estaciones de muestreo y examen directo de las plantas, lo que permite actuar cuando la densidad poblacional aún es baja. También resaltó que es “esencial” que la semilla esté tratada para proteger al cultivo en las primeras etapas: V1 y V2.
Sobre Verdavis, dijo que combina lambdacialotrina con un nuevo modo de acción isociclo, el Plinazolin. Una de las principales virtudes del nuevo producto es su “alta persistencia”, resaltó. Según Vera, Verdavis tiene la capacidad de controlar un amplio espectro de plagas, incluyendo lepidópteros, homópteros y hemípteros, y está diseñado específicamente para los primeros estadios fenológicos. Y recomendó “hacer una sucesión de dos aplicaciones” para “dar protección en las hojas bajas”.
Dijo que “es necesario interrumpir el ciclo de la plaga para evitar su propagación y multiplicación”, algo que facilita el control en etapas posteriores. “Si cortamos el ciclo ya solo queda actuar contra los adultos”, explicó. En esa etapa “es posible aplicar un producto de contacto”, de acción rápida, para mantener un control efectivo, comentó Vera.
Los resultados obtenidos en Argentina con el manejo químico de la chicharrita son prometedores. Incluso con las “características particulares” de la última campaña, el uso temprano de productos como Verdavis “mostró una eficacia superior al 60%, son resultados notables considerando las dificultades de control de esta plaga”, acotó.
Consultado por la evolución genética, Vera señaló que el problema de la chicharrita es que el desarrollo de germoplasmas tolerantes requiere “al menos entre cinco y seis años” de breeding (mejoramiento genético). Comentó que muchos programas ya se encuentran “en más de la mitad” del proceso y que, aunque no se espera un germoplasma tolerante para la campaña 2024-2025, los materiales precomerciales podrían estar listos en las etapas experimentales finales “para la campaña 2025-2026”.
PRESENTACIÓN DE VERDAVIS
Syngenta lanzó un nuevo insecticida denominado Verdavis, para el control de la chicharrita en maíz y de otras plagas en soja. Se trata de un producto que no precisa receta profesional y que “viene con varias zafras” en Brasil y Paraguay, comentó a VERDE el gerente de ventas de Syngenta en Uruguay, José Inciarte.
Agregó que es un insecticida basado en la nueva molécula Plinazolin de Syngenta. Se trata del segundo producto en base a esa molécula y tiene un “alto” poder de volteo, que permite que la plaga “cese inmediatamente” de alimentarse de la planta, además de contar con una “larga” residualidad, detalló. Es “un aporte de Syngenta” al control químico de la chicharrita y suma alternativas al manejo de la plaga, sostuvo.
Para maíz se recomiendan dos aplicaciones de 200 centímetros cúbicos, la primera a partir de V2 (dos hojas expandidas) y cuando se detecte la presencia de la plaga; y la segunda se debe realizar a los siete días de la primera. Al igual que Vera, Inciarte remarcó que “no hay umbral”, y que ni bien se ve la chicharrita ya hay que hacer una aplicación y continuar monitoreando, ya que esto último “es clave”.
A la vez, informó que en soja, Verdavis tiene su foco principal en chinches, pero también “suma un excelente control de trips, arañuelas y varias lagartas”. La dosis recomendada es de 150 centímetros cúbicos, desde la aparición de chinches en R4 o R5, “destacándose el poder de volteo y la alta residualidad”, comentó. Para este cultivo la residualidad es de 25 días.
LA EXPERIENCIA PARAGUAYA
En Paraguay, el período de transición fue “importante”, debido a la resistencia inicial de algunos productores a implementar las medidas necesarias para el combate de esta enfermedad, señaló a VERDE el gerente de Desarrollo de Syngenta para Bolivia y Paraguay, el ingeniero agrónomo Eduardo Rodríguez.
La crisis de la chicharrita en Paraguay ocurrió en la zafra 2015-2016, y partir de ese momento se generaron cambios profundos en el uso de híbridos y en el control químico, “similar al proceso registrado en Brasil y al que se está realizando actualmente en Argentina y Uruguay”, indicó.
Señaló que al principio “faltaban herramientas y un programa de manejo”, se fue trabajando en eso y, a la vez, el cambio para los productores fue desafiante, porque se pasó de media aplicación a varias aplicaciones en intervalos de siete días. La incorporación de este ajuste, junto al manejo integrado “fue fundamental para mantener el área de siembra”, sostuvo. Detalló que este manejo incluye híbridos tolerantes y no tolerantes, la planificación precisa de las épocas de siembra y el monitoreo.
Consultado por los resultados de Verdavis en Paraguay, el gerente de Desarrollo de Syngenta explicó que el producto se inserta en un manejo integrado contra la chicharrita y “por sus características viene con resultados sobresalientes”.
Nota de Revista Verde N°118