Programas de los partidos Nacional y Colorado coinciden sobre el riego
Los blancos apuntan a un área de 100.000 hectáreas, mientras que los colorados sostienen que es posible llegar a regar entre 400.000 y 500.000 hectáreas en Uruguay
Los programas de gobierno del Partido Nacional (PN) y del Partido Colorado (PC) para el próximo período gobierno coinciden en el objetivo de impulsar el desarrollo del riego en Uruguay. Fernanda Maldonado (PN) y Carlos María Uriarte (PC) participaron de la conferencia Más riego, más competitividad, realizada en la reciente edición de la Expo Rural del Prado. También fue invitado el exdirector de Servicios Agrícolas del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), Inocencio Bertoni, en representación del Frente Amplio, que por decisión de su partido no participó de esta actividad.
Maldonado, actual directora general del MGAP, es la coordinadora del programa sobre riego en su partido y enfatizó que “acá hay una decisión política muy firme de darle prioridad a este tema”. Aseguró que “nuestro candidato (Álvaro Delgado) nos ha exigido que para octubre tengamos listas las propuestas en detalle sobre todas las restricciones que hay que levantar”. Y remarcó que “no se trata solo de enumerar las barreras, sino de cómo vamos a levantarlas en cada una de las unidades del Estado”.
Además, reconoció la dimensión socioeconómica, destacando que “el riego dinamiza muchísimo, no solo en lo económico y en el aumento de la productividad, sino también en lo social, en el transporte”, entre otras actividades. A propósito, remarcó que “se dinamizan las comunidades rurales cuando el país aumenta la producción”.
El enfoque del Partido Nacional, en palabras de Maldonado, es claro: “poner a disposición de los productores en todo el territorio nacional los instrumentos adecuados para que se adopte la tecnología del riego, para todos los sectores de la producción y para todos los perfiles de productores rurales”.
Explicó que el capítulo riego en el programa del gobierno del PN “no está estrictamente en agro, sino que está involucrado con otros temas vinculados con la prestación de servicios de alta calidad e infraestructura”. Planteó que cuando se va a crear un plan nacional, en el tema que sea, “no debe generar más punto de rose o limitaciones de los que ya tiene”.
“Acá estamos hablando del manejo del recurso agua, que debe tener ciertos consensos sociales y no generar más problemas a la discusión”, afirmó.
Consideró que el Plan de Riego “debe ser sostenible, entendiendo los diferentes tipos de producción, donde también se involucra el arrendamiento de la tierra”. Además, señaló que debe tenerse en cuenta el “acceso al agua en las parcelas, la preservación de las fuentes de agua y la calidad del agua, incluso para consumo humano”.
La doctora en derecho dijo que “la sociedad se ha hecho aún más consciente de la necesidad de desarrollar y expandir la tecnología del riego”, debido a “las recientes sequías”, que fueron “de las peores desde que tenemos registro en el país”. Y recordó cómo esto “ha requerido una coordinación a nivel nacional, con numerosas instituciones, para asegurar el suministro de agua, tanto para las personas como para los animales”.
Consultada sobre las metas específicas, explicó que el riego está declarado de interés general y “eso marca el rumbo”. Sobre esa base, el PN ha plasmado en su programa la meta de “alcanzar 100.000 hectáreas regadas”, pero aclaró que “la obligación del gobierno es poner a disposición los instrumentos adecuados para que se incorpore la tecnología del riego y se garantice el acceso al agua”.
Sin embargo, el motor que moverá la incorporación de esta tecnología “será el sector privado”, a través de “los diferentes proyectos que se presenten”, aseguró. Estos “tendrán que ser viables” y con “instrumentos específicos”, según “el perfil de esos productores”.
Maldonado afirmó que “el Instituto Nacional de Colonización (INC) jugará un rol muy fuerte en nuestra propuesta, pensando en los pequeños y medianos productores, no solo en lo que respecta a la tenencia de la tierra, sino también al uso y la gestión del agua”.
Remarcó que un Plan Nacional de Riego “no puede representar más burocracia”, porque eso “va en contra de la mejora de la productividad”. Según la directora general del MGAP, “es esencial que el Plan Nacional de Riego dialogue con el Plan Nacional de Aguas existente, que ya tiene una gobernanza definida”.
Energía y financiamiento
Por otra parte, la dirigente también se refirió al “costo de la energía” y marcó que “es necesario adaptar la facturación” a la realidad del riego. Y también se refirió al “direccionamiento de las inversiones” por parte de UTE, teniendo en cuenta “dónde se realizarán las explotaciones”, indicó.
En línea con lo planteado por los anfitriones, la doctora subrayó la necesidad de “avanzar en la reglamentación para promover el riego y las represas multiprediales”, así como la utilización por parte de los productores de represas “ya existentes”, como las de UTE, OSE y el INC. A su vez, mencionó “la promoción para la utilización de cursos de agua”, como el río Uruguay o el río Negro para el riego multipredial. Y sostuvo que “se deben actualizar los criterios ambientales con mucha objetividad, ciencia y sentido común”.
Maldonado también enfatizó la importancia de contar con “plazos adecuados” y un financiamiento que esté alineado con la magnitud de las inversiones necesarias para el riego, “evaluación de viabilidad mediante”. Y además, consideró que “es necesario ajustar el régimen de exoneraciones”, para que los productores que tributan por Imeba puedan acceder a beneficios similares a los de la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones), que “se mantendrán en un eventual gobierno liderado por el PN”.
Aseguró que, en ese caso, “habrá un fuerte liderazgo desde la Presidencia de la República y probablemente desde la OPP (Oficina de Planeamiento y Presupuesto) para coordinar eficientemente todos los institutos y ministerios que deben intervenir en la ejecución exitosa de un Plan Nacional de Riego”. Planteó que “tenemos que seducir a los productores para que presenten proyectos”, y para eso “es clave la agilidad y la menor burocracia posible”.
Enfatizó que “ya estamos abocados a los procesos y reglas de juego claras”. Mencionó la necesidad de “seguridad jurídica” y “respetar las definiciones”. También defendió que “para nosotros es muy importante la gobernanza, porque así se alinean los patitos más fácilmente, y lo vamos a hacer a través o desde Presidencia”.
Riego en la política de agua
Por su parte, Uriarte, exministro del MGAP y referente de agro en la campaña del PC, afirmó que en su colectividad consideran que el riego “debe estar inserto en la política de agua”. Y planteó la ineficiencia uruguaya en la escorrentía. “Uruguay ha sido bendecido con abundante agua, pero solo aprovechamos el 5% de lo que escurre; incluso hemos enfrentado crisis de agua hasta para beber”, afirmó el exministro, y sostuvo que “estos son aspectos absolutamente necesarios a corregir”.
En una visión global, más allá de lo económico, se refirió a la calidad del agua y a la “necesidad de mantener caudales ambientales o ecológicos”, porque “se trata del agua para beber”. Enfatizó que “esto va más allá del riego”, dijo que “también hay que considerar los daños que provocan los excesos, que desgraciadamente son cada vez más frecuentes”.
A propósito, mencionó las inundaciones que afectan zonas del este uruguayo, donde “200.000 a 300.000 hectáreas resultan inundadas con frecuencia”, y por eso “hay que considerarla en una política de agua”.
El integrante del Partido Colorado expresó “somos bastante optimistas de que finalmente se pueda instrumentar un Plan Nacional de Riego con el apoyo del gobierno y de la oposición, al que le toque,” aseguró.
Consultado, Uriarte se refirió al potencial agrícola del país y apuntó más alto que la representante nacionalista. “El potencial de suelos agrícolas que pueden ser regados hoy en día, hablando de cultivos de verano y de invierno, anda en torno de las 400.000 a 500.000 hectáreas”, aseveró. En ese sentido, dijo que “plantearse un objetivo de 300.000 hectáreas regadas no es descabellado”, y afirmó que “tenemos que apuntar alto para llegar lo más lejos posible”.
Sin embargo, Uriarte enfatizó que el riego no debe limitarse solo a “áreas agrícolas”. Agregó que es necesario pensar “en regar pasturas para ganadería y lechería, en la horticultura, la citricultura, y otros rubros como el arroz y la papa, que ya tienen implementado el riego”. Esto determinaría “llegar a un área mucho mayor” señaló.
El exministro aprovechó la oportunidad de construir una narrativa de política de Estado, aseverando que “no partimos de cero”. Reconoció el trabajo del exministro frenteamplista Tabaré Aguerre, quien “es un especialista en riego”. Trajo a la audiencia una evaluación realizada hace casi una década por su predecesor, que hablaba de “1,8 millones de hectáreas con potencial de riego”, y comentó que un trabajo del MGAP, encomendado al Banco Mundial en 2015, “podría ser una hoja de ruta”.
Uriarte dijo que Uruguay tiene una Ley de Riego que debe ser reglamentada, porque para desarrollar un plan de riego “se debe trabajar sobre el marco legal”.
A la vez, retomó la necesidad de remarcar la importancia de “las represas multiprediales” y la necesidad de “universalizarlas” para que aquellos “que no tienen espacio o capital” puedan “acceder a la tecnología de riego”.
Al igual que Maldonado, mencionó “que se deben mejorar los mecanismos para que los medianos y pequeños productores puedan tener beneficios similares a los de la Comap, como la desburocratización de los pasos para avanzar en riego”.
Cartografía y calidad del agua
Planteó que el Plan Nacional de Riego “deberá asumir una cartografía de hidrología para saber exactamente dónde se pueden hacer las represas”. Y mencionó la necesidad de “revisar las concesiones y autorizaciones de las fuentes de agua”. El exministro también hizo hincapié en la innovación, la investigación y la capacitación como elementos “fundamentales para cumplir los objetivos del plan”.
En cuanto a la calidad del agua, Uriarte incorporó otros actores responsables por fuera del sector agrícola. Señaló que en el Poder Legislativo “se había hablado de que todos los pueblos del interior con más de 2.000 habitantes deberían tener tratamiento de agua”, y expresó su esperanza de que se cumpla esa promesa, considerando que “el país lo precisa” incluso por un tema de “seriedad”, ya que “la fuente de contaminación de agua está básicamente ahí”.
Finalmente, Uriarte abordó el manejo de los “efluentes en la lechería”, un tema que considera “un punto débil del sector”. Reconoció que “la lechería no puede encarar muchos extras”, pero “es una obligación como país: tratar las aguas antes de verterlas a los escurrimientos naturales”.
Nota de Revista Verde N°117