Productores y técnicos uruguayos recorrieron el cinturón maicero
La gira Farm Tour, organizada por la Agropecuaria de Dolores, visitó a productores de Ohio, Iowa e Illinois, una planta de semillas de Bayer y la fábrica de maquinaria Kinze
Ruben Silvera
Estados Unidos
Un grupo de 38 productores y técnicos uruguayos de varias localidades participaron en Estados Unidos de la gira Farm Tour, organizada por la Asociación Agropecuaria de Dolores (AAD), con el objetivo de recorrer zonas productivas de ese país y conocer de primera mano la situación agrícola y las tecnologías implementadas en esa actividad. La recorrida incluyó la visita a productores en los estados de Ohio, Iowa e Illinois, además de una planta de semillas de Bayer y la fábrica de maquinaria Kinze.
La primera recorrida por establecimientos agrícolas fue por Ohio, un estado que siembra 2 millones de hectáreas de soja y 1,3 millones de hectáreas de maíz. Este año quedaron sin sembrar cerca de 400.000 por la humedad existente al momento de la siembra. La productividad será variable, en función de las lluvias recibidas.
Allí el costo del gasoil para el campo es 25% menor al del surtidor, porque la maquinaria no paga los impuestos que se aplican a los automotores por el uso de las rutas.
En el condado de Madison, Plain City, el costo de la tierra se ubica en torno de los US$ 35.000 por hectárea, mientras que los arrendamientos se ubican entre US$ 500 y US$ 700 por hectárea. El promedio de lluvias de la zona es de 1.125 milímetros por año. A la vez, cuando la nieve es importante, puede aportar 300 milímetros. El horizonte A del suelo se ubica a 40 centímetros y tiene picos de 80 partes por millón de fósforo.
Uno de los productores visitados fue Jhon Wilson, undécima generación de productores de su familia. Ya comienza a posicionarse la próxima generación, porque su hijo Jack también forma parte de la empresa que opera unas 2.400 hectáreas, de las cuales el 50% es arrendada. Hace unos 30 años sembraban 30 hectáreas y fueron comprando campos, llegando a unas 1.200 hectáreas en propiedad.
La señora de Jhon también es socia de la empresa y opera unas de las dos cosechadoras que tienen o uno de los cuatro camiones que lleva la producción a la planta de acopio de 17.000 toneladas que construyeron hace unos cinco años, con el objetivo de concentrar el acopio en un solo lugar para bajar costos. La planta está totalmente automatizada, no requiere de personal operativo. Tiene una capacidad de secado de 25 a 50 toneladas por hora y la de recibo llega a 165 toneladas por hora (base maíz).
El 100% de la inversión de la planta se descuenta en cinco años, eso sumado al gas natural y la energía trifásica fueron “claves para avanzar con el proyecto”. El acopio propio permite mejorar las condiciones comerciales, además adelantan la cosecha porque hay incentivo de precio que brinda una planta de etanol cercana, que busca abastecerse temprano. La cosecha de maíz se realiza con 20% y 30% de humedad, por estrategia operativa, y el grano es secado a 15%.
El rinde promedio de maíz en los últimos años fue de unos 17.000 kilos por hectárea; y en el caso de la soja la productividad llega a 5.000 kilos por hectárea. En esta zafra tuvo mejores rendimientos que en la anterior, porque no le faltaron lluvias.
El costo de producción, sin contemplar el valor de la tierra, se acerca a los US$ 1.500 por hectárea. En maíz se siembra con el objetivo de lograr unas 90.000 plantas por hectárea.
La empresa de Wilson aplica la máxima tecnología disponible y también está desarrollando productos foliares propios. Se aplican bioestimulantes, foliares, promotores de crecimiento y fungicidas, con el objetivo de sumar más kilos por hectárea. En la zafra pasada una de sus chacras participó de un torneo nacional de productividad en maíz y salió tercero, con 24.000 kilos por hectárea.
La fertilización es variable y toda líquida. En maíz promedia unos 250 kilos de nitrógeno por hectárea (nitrógeno al 28% con 3% de azufre), y están sumando micronutrientes (boro, zinc, manganeso, entre otros). Se aplican 75 litros antes de la siembra y el resto se incorpora en la línea hasta ocho hojas. Totalizan unos 700 litros de N28 con 3% de azufre por hectárea. Cuando se siembra soja se fertiliza con fósforo; y el maíz se fertiliza con potasio. La rotación es: un año soja y un año maíz.
Tanto la soja como el maíz se siembran a 76 centímetros. Con la misma máquina pueden sembrar los dos cultivos, incluso hay años cuando la soja se siembra primero. La siembra se hace con el suelo frío, por eso la genética y la tecnología de siembra son claves. Cuentan con dos plantadoras con sistema Exactly Emerge, que permite sembrar a 16 kilómetros por hora. Las ventanas de siembra son muy cortas, en 15 o 20 días debería quedar todo sembrado, acotó Wilson.
En soja apuntan a un rango de 320.000 a 375.000 plantas por hectárea, y al igual que en maíz realiza siembra variable. El costo de producción de la soja llega a los US$ 1.200 por hectárea. En esta zafra hubo chacras que rindieron 6.700 kilos por hectárea.
Agregó que la maleza más complicada es el Amaranthus, pero también se vienen sumando otras. El herbicida Dicamba tiene restricciones en el uso por los problemas de deriva, por lo cual hay fechas límites de aplicación. Cada estado maneja sus fechas de aplicación, incluso hay algunos que lo prohibieron.
Luego de lluvias superiores a 125 milímetros tampoco se puede aplicar nitrógeno, y por normativa de agencias gubernamentales se debe registrar todo lo que se hace en la chacra.
John Wilson cree que la agricultura será más tecnológica, eficiente y productiva. Dijo sentirse respaldado por el gobierno, porque se necesitan alimentos a precios competitivos.
Visita al embajador uruguayo en EEUU
El primer punto de la gira Farm Tour fue Washington DC, una ciudad cargada de historia y simbolismos, que permanentemente resaltan lo relevante de la república y la democracia. Se visitó la embajada de Uruguay en Estados Unidos, para conversar con el embajador Andrés Durán. El diplomático dijo que se busca avanzar sobre una de las líneas marcadas por el presidente Luis Lacalle Pou, que es la mejora de la inserción internacional de Uruguay. Allí se busca mejorar el acceso de la carne intacta, y en carne ovina la creación de un compartimento único a nivel país. También se realizan gestiones para la carne vacuna, que tiene una cuota anual de 20.000 toneladas y un arancel de 26,4%, por fuera de cuota, pero no se han logrado avances.
Nota de Revista Verde N°104