Para una nutrición balanceada en cultivos de invierno, el zinc debe ganar peso
Ensayos realizados en Uruguay muestran que la deficiencia de ese micronutriente en los suelos es cada vez más grande, es factor clave para mejorar el desarrollo de la planta.
La Ley del Mínimo establece que la producción de un cultivo está determinada por el nutriente esencial que se encuentra en menor cantidad, en comparación con los demás. En otras palabras, la planta solo puede crecer y desarrollarse hasta el punto en que le falte uno de esos nutrientes fundamentales para su funcionamiento adecuado.
En este marco, un aspecto clave es comprender definitivamente la diferencia entre fertilización y nutrición. Este último concepto es más amplio, ya que no solo abarca la acción de agregar fertilizantes, sino que también tiene en cuenta todos los factores que influyen sobre el balance de nutrientes minerales que necesita la planta.
En esta línea, desde hace cinco años Stoller viene avanzando en la investigación para ajustar las recomendaciones de nutrición, pensando más allá de los nutrientes “convencionales”: nitrógeno, fósforo, potasio y azufre.
El que aparece en este contexto es el zinc, un micronutriente esencial para el crecimiento y desarrollo de las plantas, y que por su déficit cada vez más marcado en los suelos está limitando de manera significativa los rendimientos de los cultivos, tanto de invierno como de verano.
Como ejemplo, vale mencionar que en relevamientos de chacras de la región litoral de Uruguay, al hacer análisis de suelos se encontró que al menos el 80% de los lotes tenían niveles de este elemento muy por debajo de su umbral crítico (una parte por millón).
Importancia del zinc y cómo corregir
La importancia del zinc –cabe recordarlo– radica en su participación en una amplia gama de procesos fisiológicos, como la síntesis de proteínas y enzimas, la regulación del crecimiento celular, la formación de clorofila y también en la activación de diversas enzimas que hay en la planta.
Así, dado su papel clave en estos procesos, influye directamente en la producción de biomasa, el desarrollo de raíces, el vigor de la planta y la calidad de los granos. Por ende, en la productividad por hectárea.
Por ello, hacer análisis de suelos es el disparador primordial para tomar la decisión de corregir su deficiencia, en caso de ser detectada. Ahora bien, ¿cuál es la forma más eficiente de corregirlo?
Un primer paso es un tratamiento a semilla, con Nutrimins Semilla de Stoller: un producto formulado con zinc y biorreguladores, que además de aportar el micronutriente desde etapas muy tempranas, contribuye con hormonas de crecimiento que garantizan un adecuado crecimiento inicial y un mayor desarrollo radicular.
También se puede corregir la deficiencia a nivel foliar. Trabajos realizados en los últimos cinco años con la consultora Unicampo Uruguay, tanto en cultivos de verano como de invierno, han mostrado respuestas consistentes en torno al 15% de aumento de rendimiento promedio, al agregar el fertilizante Stoller Zinc.
Es importante tener en cuenta que esta respuesta se logró al agregar el nutriente por vía foliar en Z30 (85% de cobertura de entre surco), mientras que no se determinó respuesta al agregado vía suelo, con fertilizantes sólidos.
Ing. Agr. Matías Picca
Asesor Técnico Comercial Stoller Uruguay