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Agricultura

Para lograr rentabilidad es clave aumentar la productividad

24 de julio de 2018

Erro realizó una puesta a punto de las herramientas para incrementar los rendimientos de los cultivos de invierno, y presentó nuevos productos para esta zafra.

Aunque hay empresas que logran rendimientos de trigo y cebada muy elevados en años normales, con promedios de 5.000 kilos por hectárea (kg/ha), hay muchas que tienen dificultades para alcanzar rendimientos de 3.500 kg/ha. “La apuesta, en los casos donde no haya limitantes ambienta- les, debe ser aumentar la productividad, ya que de lo contrario solo se trabajaría para pagar la renta”, concluyó el ingeniero agrónomo Esteban Hoffman, director de Unicampo Uruguay, tras realizar un completo análisis sobre los números de la zafra 2018/19.

El ingeniero agrónomo tomó información sobre productividad y clima de los años que no han sido extremos, y señaló que “nadie planifica pensado en un año cómo este último, porque sabemos que los números no dan, ni tampoco tomamos años donde el comportamiento cli- mático ha sido excelente”.

Hoffman explicó que su análisis está basado en información de los dos tercios centrales de la distribución de rendimientos promedio obtenidos por las empresas con colza, trigo, cebada y soja, dejando de lado las productividades bajas y las muy elevadas. Agregó que son presupuestos parciales, para tener idea de cómo está moviendo el negocio

El trabajo fijó dos escenarios para trigo y cebada: productividades de 3.500 y de 4.500 kilos por hectárea; y otros dos para colza, con 1.500 y 2.000 kilos por hectárea. Se consideraron los coeficientes de uso de insumos, labores y gastos poscosecha, tomando como referencia una distancia de 150 kilómetros del puerto de Nueva Palmira. Además, se planteó un precio del trigo de US$ 190 por tonelada (ton), también se consideraron problemas de productividad y de calidad, que no permitieran capturar ese precio; y canola a US$ 360/ton.

Se estableció una renta anual de 700 kilos de soja (a un precio de US$ 360/ton), asignándole a los cultivos de invierno 40% de ese costo y a la soja de segunda 60%. “Después de pagar la renta anual y considerando todos los costos, con 3.500 kg/ha de trigo y cebada, la cuenta no da”, sostuvo Hoffman. Con estos números se perderían US$ 90 en trigo y US$ 80 en cebada. Agregó que aún sin pagar renta en los tres cultivos de invierno, el margen bruto da cero.

En cambio, si la productividad se ubicara en torno de los 4.500 kg/ha, el margen rondaría los US$ 148 para el trigo y US$ 160 para la cebada. “La productividad es clave”, enfatizó.

El especialista agregó que, si bien los valores del trigo y la cebada han subido, esa suba se pierde, porque los costos también subieron. “Si los costos se hubiesen mantenido como el año pasado, el rendimiento de equilibrio para esos cultivos estaría por debajo de los 3.000 kg/ha”, indicó.

En colza, con un rinde de 1.500 kg/ha se pierden US$ 101 y con 2.000 kilos se ganan US$ 88. Por otro lado, el trabajo sirve para analizar los números de la soja de primera versus cultivos de invierno con soja de segunda. En este sentido, explicó que los datos surgen de empresas que producen en los años normales 2.600 kg/ha de soja de primera. Allí, con todos los costos incluidos y con una renta de 700 kilos de soja por hectárea, el margen bruto después de renta se ubica entre US$ 120 y US$ 130, incluyendo costo de cobertura. Remarcó que con esos elementos el dueño del campo se lleva el 70% del margen bruto alcanzado.

Considerando el tándem cultivos de invierno-soja, adjudicándole 40% del costo de la renta, se observa que con una producción de trigo o cebada de 3.500 kg/ha y la soja de segunda en 2.200 kg/ha, el margen se ubica US$ 50 por debajo de la soja de primera.

El director de Unicampo agregó que el salto grande en los márgenes brutos anuales se da claramente cuando se le agrega nitrógeno.

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