Agricultura

La productividad y el consumo del pasto “tienen margen para mejorar”

20 de marzo de 2024

El referente del área forrajera de Copagran, Diego Vercellino, destacó avances en el manejo, pero identificó desafíos en la implantación, control de malezas y fertilización

La productividad del pasto “tiene margen para mejorar”, sostuvo el referente del área forrajera de Copagran, Diego Vercellino, quien además marcó la disparidad en el consumo de pasturas entre establecimientos. El ingeniero agrónomo destacó avances en el manejo de las pasturas, pero identificó desafíos en la implantación, control de malezas y fertilización. 

Productividad de las pasturas, problemática de malezas, manejo por ambientes, fertilización y compactación fueron algunos de los temas abordados por Vercellino en la jornada anual de pasturas que realizó Copagran en Paysandú y Florencio Sánchez (Colonia).

El especialista dijo a VERDE que en productividad “siempre hay mucho para avanzar”, pero afirmó que “los números hechos por instituciones que se preocupan por el consumo de pasto, como el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), Fucrea o Conaprole, demuestran que estos son muy bajos”. Y por lo tanto, “queda mucho por hacer en el manejo del pasto, creo bastante más que en la productividad de las pasturas”. 

“Cuando en las reuniones CREA se compara el consumo de los establecimientos, vemos números bastante preocupantes. Hay predios lecheros que consumen 3 o 4 kilos de pasto por día y otros están en 7 u 8 kilos por día, hay capacidad para aumentar”, afirmó. 

En esa línea, Vercellino recordó que estuvo involucrado en la medición de pasto a través de imágenes satelitales, y en ese momento en determinados predios ganaderos “medíamos lo que se producía de pasto y lo que se producía de carne. Se había hecho un indicador de cuántos kilos de pasto se precisaban para producir un kilo de carne”. En esa época los datos de Facultad de Agronomía marcaban una referencia de 20 a 25 kilos de pasto para producir un kilo de carne, “algo muy eficiente”, dijo. 

A nivel de campo “había productores que necesitaban 60 y 70 kilos para producir un kilo de carne, eso muestra un mal aprovechamiento del pasto; aunque por otro lado tiene su ventaja, porque se incorpora carbono al suelo pero ese nivel es muy bajo para tener predios ganaderos competitivos”.

Señaló que no tuvieron productores con un consumo de 20 o 25 kilos de pasto por kilo de carne producido. “Veíamos rangos que iban de 30 a 80 kilos. Los de 30 kilos eran productores muy intensivos y los de 80 kilos largaban el ganado en potreros muy grandes”, explicó.

 Pero “esto ha cambiado mucho”, ya que los números hoy no permiten “despilfarrar pasto”, agregó. Incluso sostuvo que el ejercicio de tener que hacer reservas mejoró mucho el aprovechamiento de las pasturas. “Eso trae aparejado algunos inconvenientes de fertilización, porque se remueven todos los nutrientes del suelo”.

En el manejo de las pasturas sostuvo que “se avanzó bastante”, pero aseguró que aún restan cosas y hay que “machacar bastante” en la implantación, fertilización y manejo de malezas. En praderas de largo aliento, que al principio “son lentas”, uno de los temas a abordar es el tiempo de los barbechos y el manejo de herbicidas, porque “estamos con problemas de enmalezamiento bastante complicados”.

Afirmó que las pasturas pueden ser una herramienta positiva para el control de malezas, pero su mal manejo puede generar problemas. “Juegan a favor porque las pasturas con especies gramíneas permiten controlar malezas que a la agricultura le ha sido difícil”, como el yuyo colorado o carnicera, y se puede volver a tener una baja presión de esas malezas”, ejemplificó.

“Los efectos negativos ocurren cuando se tienen pasturas mal manejadas, porque las malezas se instalan, y se termina entregándole a la agricultura un problema mayor que el que recibieron”, acotó. Agregó que la mayoría de las malezas son oportunistas, pero “en pasturas densas y bien manejadas no prosperan”. 

Con relación al carry over de herbicidas, sostuvo que es un tema problemático, porque “no hemos logrado identificar los problemas subclínicos de carry over en pasturas”. A veces “vemos espacios vacíos en las pasturas, falta de plantas, pero no sabemos si son fallas en la implantación o si hay que atribuírselo al carry. Hay maneras de evaluar la existencia de carry, pero son caras y poco prácticas”, señaló. Por eso, consideró que “lo mejor es ir por el camino de la prevención de las malezas y no salir a aplicar herbicidas indiscriminadamente”.

Vercellino consideró que en la fertilización “hay oportunidades de mejora, porque un gran porcentaje de los productores no está haciendo análisis de suelo. Hay productores que agregan fósforo en situaciones en las que la limitante es nitrógeno o en algunos sistemas se pone más nitrógeno del necesario. Hay mucha tecnología creada para realizar esos ajustes”.

LAS PASTURAS EN COPAGRAN

En 2009 Copagran dio un gran paso en el área de pasturas, cuando comenzó a trabajar en sus campos demostrativos en Paysandú, Colonia, en la Escuela Agraria de Guichón y en Florida. “Allí se sembraron todos los materiales disponibles en ese momento en la cooperativa, se fueron haciendo cortes y distintos manejos para recabar información. A su vez, se fueron realizando actividades con productores y anualmente se hacen recorridas en los establecimientos para acompañar con servicio la preventa y posventa”, dijo Vercellino.

El referente de pasturas de Copagran explicó que los cambios que hubo en el negocio agrícola llevaron a buscar un nuevo posicionamiento de los materiales. “Al principio del avance agrícola no se hablaba de puentes verdes, se sembraban raigrases o avenas y se pastoreaban. Las rotaciones más largas eran en base a festuca y alfalfa. Luego aparecieron los puentes verdes, y más allá que alguno lo pueda pastorear la recomendación es no hacerlo”, sostuvo.

Sobre las especies que está manejando Copagran, explicó que dependen del segmento del productor, ya que hay sistemas con base agrícola que tienen algo de ganadería y apuntan a rotaciones cortas, de dos años. “En esos casos se usan materiales como cebadilla o algún trébol y también puentes verdes”, comentó. En los predios que tienen aptitud agrícola “los números de la agricultura son los que mandan, y por lo general se terminan haciendo rotaciones bastante cortas”, agregó. 

Por otra parte, en los sistemas más ganaderos y en los lecheros, se apuesta a rotaciones más largas, de cuatro años o incluso algo más en predios volcados 100% a la ganadería. Se utilizan especies perennes, como alfalfa, festuca o dactylis. En los sistemas lecheros “la rotación está planificada frecuentemente a cuatro años, y quienes tienen bien ajustado el manejo terminan barbechando aún con praderas en buen estado”

Sobre el mejoramiento del campo natural, Vercellino destacó el paspalum notatum y particularmente la variedad Bellaca, que es una especie perenne estival, que dentro de sus características se destaca la persistencia. “Hay productores que tienen experiencias muy interesantes, lo están usando y han sustituido los verdeos de verano con eso. Es una especie que responde a la fertilización”, señaló. 

Explicó que “si bien tiene algún cuello de botella en la implantación, ya que en el primer año no es fácil lograr una densidad pareja, es una opción muy interesante. Después de que se implantó es de muy largo aliento, porque se resiembra muy bien. Entonces, con manejo, es posible ir completando el tapiz”.

Se imponen las pasturas por ambiente

La siembra de pasturas por ambiente “es una tecnología que vino para quedarse”, resaltó el referente del área forrajera de Copagran, Diego Vercellino. Señaló que en fertilización, “se justifica esta tecnología, por el hecho de tener potencialidades o variabilidades en producción suficientemente diferentes dentro de los potreros, y puede ser aún más necesario que en agricultura”. 

“Cuando se hacen reservas, se remueve todo y no solo el grano, como ocurre en agricultura. Esto genera extracciones mucho mayores y, por tanto, hay que cuidar los aspectos de fertilización”, detalló. 

También dijo que hay otros casos “donde las rotaciones agrícola-ganaderas que en la fase agrícola generan diferencias en niveles de nutrientes entre zonas con distintos potenciales, y también allí pueden justificarse manejos diferenciales por ambientes desde el punto de vista económico”. 

Admitió que desde el punto de vista ambiental “siempre vamos a tener una justificación para no aplicar excesos de fertilizantes, pero también es importante llevar el ambiente a su máximo potencial mientras se mantenga un balance con lo económico, ya que hoy la incorporación de carbono se vuelve vital para nuestros suelos”. 

Otro punto es que todas las especies a tienen distinta adaptación a los ambientes, porque hay diferentes texturas, tolerancias a estrés o exceso hídrico. Vercellino también valoró que el manejo de las pasturas por ambiente “nos ayuda mucho a planificar qué especies utilizar en los sistemas para llegar a las metas de productividad buscadas”. 

El ingeniero agrónomo indicó que “hay otras aristas que nos permite la agricultura de precisión, como detectar y atacar focos de compactación, un enemigo en pasturas que a veces es difícil de visualizar.  O bien cuando lo vemos ya tenemos el problema. Generalmente se empieza a ver en sistemas con alta concentración de ganado, o bien por confección de reservas en sistemas donde se pasa la picadora y camiones varias veces en cada ciclo de pasturas o una vez en cada ciclo de cultivos”.

El integrante de Copagran explicó que ese es un tema “bastante complejo en pasturas”, ya que “es difícil saber la evolución sin medirla”. Pero en general, “siempre vamos a estar mejor posicionados si usamos especies perennes, que tienen mayor exploración radicular y mejor aún bajo pastoreo. Por la opuesta, en sistemas con anuales, donde hacemos reservas seguido, es de esperar que haya más probabilidad que se desarrollen focos de compactación”, afirmó.

Vercellino resaltó que “todo apunta a pasturas más productivas, con niveles adecuados de fertilización, de enmalezamiento y por tanto buen desarrollo. En conjunto, con un equilibrio en el aprovechamiento, lo que seguramente cuida el ambiente y nuestro bolsillo. ¿Qué mejor que tener buena renta y además cuidar el ambiente?”.

Nota de Revisa Verde N°113

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