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Agricultura

La opción de biopasturas y el aporte a la sostenibilidad de los sistemas

23 de diciembre de 2021

Calvase realizó su primera jornada Forrajeras 2021, que se focalizó en la alternativa que plantea esa tecnología para el cuidado del suelo y la productividad de las empresas

El aporte de las biopasturas, con la utilización de productos biológicos para mejorar la vida del suelo e incrementar la materia seca para producir más carne y más leche, logrando sistemas ambientalmente sustentables y económicamente rentables, fue uno de los puntos centrales de la jornada Forrajeras 2021. La propuesta de la empresa Calvase se desarrolló en el establecimiento La Madrugada, de Estancia Gaucho, ubicada cerca de Lascano, en el departamento de Rocha.

Juan Miguel Otegui, director de Megaagro y Calvase, dijo a VERDE que dicho evento fue el primero que realizó la empresa con esas características y “la idea es repetirlo, teniendo en cuenta el trabajo que se viene realizando en forrajeras y las novedades que se vendrán en el corto y mediano plazo. Siempre es importante ver a las diferentes especies insertas en un sistema de producción y en el campo”.

Calvase va a cumplir 10 años con la nueva dirección, a cargo de Juan Miguel Otegui, José Pedro Aicardi e Ignacio Otegui “Venimos cumpliendo el plan estratégico y creciendo en varios aspectos. Se mejoraron las instalaciones de la planta, se sumó tecnología, tenemos maquinaria alemana para procesamiento y tratamiento de las semillas y para el coating la tecnología proviene de una compañía danesa”.

Otegui agregó que Calvase ha crecido en la producción de semillas y “para eso contamos con semilleros en casi todo el país”. Además de la propia planta de semillas, la empresa trabaja con 12 plantas tercerizadas. “Se han sumado más personas al equipo técnico y también al área comercial. Desde hace cinco años tenemos un acuerdo de exclusividad con Barenbrug y desde hace dos años somos uno de los dos proveedores de Prolesa”, señaló.

“Hemos venido subiendo escalones y la idea es seguir trabajando, mejorando, sumando servicios, para ser una alternativa destacada en semillas forrajeras”, acotó.  

Otegui se refirió al trabajo con Lage Lallemand, que es el soporte de Calvase para el tratamiento de semillas. “Con ellos estamos avanzando en una línea de tecnología de punta, que nos permite pensar más allá de las pasturas y el tratamiento, para también focalizarnos en el suelo”, explicó. 

LA MADRUGADA

Estancia Gaucho realiza ganadería de ciclo completo y arroz. Opera principalmente en el noreste de Uruguay, produciendo animales con genética propia, que ha sido desarrollada por más de 20 años en el país. 

Uno de los establecimientos de Estancia Gaucho es La Madrugada, que tiene una superficie de 10.000 hectáreas, de las cuales 7.000 son útiles durante todo el año para ganadería. Ese establecimiento recibe todos los años la producción del ciclo de cría que no será destinada a objetivos reproductivos. 

El objetivo de La Madrugada es realizar la recría a campo y posterior terminación a corral de todos los animales de una misma generación antes de la llegada de la siguiente.

En esas 7.000 hectáreas se recrían unos 15.000 animales por año. El peso medio de entrada es de 150 kilos, se crían hasta superar los 350 kilos, para luego ingresar al corral. Esta recría se hace a pasto, sin suplementación, para obtener una ganancia anual promedio de 700 gramos por día.

La recría y terminación son altamente exigentes, por el objetivo de tener que sacar una generación antes de la llegada de la próxima. Por eso, el establecimiento identificó las oportunidades de mejora que pasaron por el aumento de la velocidad del proceso de recría, que demandó un paquete de medidas tecnológicas, partiendo de que los suelos son planos, pobremente drenados y muy estacionales, donde la mayor oferta de pasto se da en los primeros meses de primavera, predominando el raigrás y el trébol blanco. 

Con ese escenario, primero se desarrolló un proyecto de abastecimiento de agua para el ganado en todo el establecimiento, incorporando bebederos en cada potrero. Se mejoraron los drenajes del campo para darles mejores condiciones a las pasturas en momentos de excesos hídricos, bajando los tiempos en que la pastura permanecía inundada. Se realizaron parcelas menores para lograr una mayor eficiencia de cosecha del pasto, primero se dividió en parcelas de 25 hectáreas y luego se pasó a parcelas de cuatro hectáreas.

Adicionalmente, se implantaron pasturas con múltiples especies, incorporando la inoculación de semillas con microorganismos benéficos y bioestimulantes. También se hizo un cambio en el manejo y cosecha del pasto, buscando que los animales permanezcan un día por parcela, respetando los tiempos de descanso y remanentes.

Luego de la ejecución de esas medidas, la oferta y diversidad de pasto está mejor distribuida en el tiempo. Mejoró la estructura del suelo, se ve mayor porosidad y exploración radicular. Se aceleró la recuperación frente a excesos hídricos y sequía. Hubo una disminución de malezas. No se observa deficiencia de nutrientes y aumentó la producción de carne en la recría, que pasó de 150 a 220 kilos por hectárea al año.

En la jornada se informó que se logró cumplir con el objetivo de cambiar el momento y la cantidad de producción de pasto, con lo cual se fue eliminando, en gran medida, la estacionalidad original del campo. Además, tuvo un beneficio adicional: alinear el sistema de producción con la directiva del propietario de mejorar y cuidar el suelo. 

Ese objetivo llevó a repensar la siembra de pasturas tradicionales, y se aumentó la diversidad de especies forrajeras para incrementar la diversidad de microorganismos y vida en el suelo. 

En esa línea, durante la actividad se pudo observar una pradera multiespecie de segundo año, cuyo antecesor fue un sorgo forrajero. La pradera está compuesta por achicoria, avena negra, cebadilla, centeno, festuca Tatum, Lotus Rincón, Lotus SG (10), nabo forrajero, raigrás 284, trébol Alejandrino y trébol rojo.

También se oservó otra pradera de segundo año, que también es multi especie, compuesta de: achicoria, avena negra, cebadilla, centeno, festuca Tatum, Lotus Rincón, Lotus SG, nabo forrajero, Raigrás 284, trébol Alejandrino y trébol rojo. Su antecesor fue una pradera vieja, donde predominaba raigrás y trébol blanco.

Además, se recorrió una pradera de primer año integrada por avena Victoria, achicoria, nabo, trébol rojo, trébol Alejandrino, Lotus Tenuis, Lotus SG y raigrás Barbudo.

Las medidas se tomaron hace dos años y medio, sin cambios en los costos frente al que tenían las pradera anteriores. “Podemos afirmar que hemos visto ciertos cambios que consideramos benéficos, como la aparición de lombrices en el inicio del proceso y que se ha mantenido en el tiempo. Estamos viendo que las mejoras en el suelo son más rápidas de lo que esperábamos”, informó el equipo técnico de Estancia Gaucho.

MEJORAR EL SUELO PARA EQUILIBRAR AL SISTEMA

En la actividad participó el ingeniero agrónomo Ademir Calegari, un reconocido investigador brasileño que asesora a Estancia Gaucho, quien marcó algunos elementos claves para que el biopastoreo tenga un impacto positivo en el suelo, en los animales y en la rentabilidad de las empresas, y sostuvo que el mundo está atravesando una revolución biológica.

Allí señaló que es muy importante el diagnóstico general de los atributos biológicos, físicos y químicos del suelo, como la deficiencia de nutrientes, compactación de los suelos, dificultad de infiltración del agua y manejo adecuado de los suelos. Porque a partir de allí se evaluarán las necesidades de corrección, donde puede ingresar el encalado de los suelos y el ajuste de macro y micronutrientes. 

Luego se avanza hacia la evaluación de las condiciones locales, aptas para la mezcla de distintas especies forrajeras (leguminosas y otras familias), cuyo objetivo es la obtención de pasturas adecuadas a los suelos y animales.

Calegari remarcó la importancia de lograr el equilibrio del suelo con el incremento de la materia orgánica y el balance de los macro y micronutrientes. 

Además, el manejo adecuado de los activos biológicos es relevante para la disminución de los nematodos, pudriciones radiculares y demás, motivando el incremento de la microbiota del suelo y de los macroorganismos, como lombrices y otros, para equilibrar el sistema y aumentar el potencial productivo de las pasturas y animales.

LOS BIOLÓGICOS

El ingeniero agrónomo Martín Lage, de Lage-Lallemand, indicó a VERDE que con Calvase, vienen desarrollando tratamientos de semilla para las distintas especies de pasturas, que son diferentes a los convencionales. Se están incorporando los biológicos a la semilla con el objetivo de mejorar la implantación, mejorar el control de las enfermedades que se pueden dar de forma temprana y con eso aumentar el vigor inicial”. 

Explicó que se apunta a microorganismos como promotores de crecimiento y fungicidas que se suman a los inoculantes tradicionales. “Vemos que se está buscando la inclusión de los biológicos, también se va ajustando el manejo, las rotaciones, los cultivos de cobertura y la forma de pastoreo. El sistema es distinto, se complejiza y toma en cuenta la sustentabilidad ambiental”, detalló.

Lage señaló que viene trabajando desde hace cinco o seis años con Calvase, y los resultados son “bien interesantes”. Destacó que “hay un aumento en la producción de materia seca, que se logra por el uso de fungicidas biológicos que nos están permitiendo lograr más plantas; y por la utilización de promotores biológicos que aportan más crecimiento y desarrollo del sistema radicular de la planta”. Se vienen observado diferencias en avena, raigrás y alfalfa, entre otras.

EL FACTOR AMBIENTAL COMO DIFERENCIAL

En la jornada Forrajeras 2021 se realizó una mesa de intercambio donde participaron el senador del partido Nacional, Sebastián Da Silva; el productor lechero Horacio Rodríguez; y el CEO de Marfrig Group, Marcelo Secco; con la moderación del ingeniero agrónomo Eduardo Blasina.

Secco señaló que “todo lo relacionado con las buenas prácticas agronómicas se asocia cada vez más al producto” y, en ese marco, “la carne tiene una oportunidad de diferenciación”. Agregó que Uruguay “viene trabajando en la certificación de algunos procesos que agregan valor, al exponer el sistema de producción y su proceso en el etiquetado del producto”.

Consideró que son temas “que llegaron para quedarse y nos desafían como país”, pero afirmó que esa agenda “dará la oportunidad para que las mejores prácticas agronómicas y ambientales puedan ir generando oportunidades de negocios que brinden un retorno económico hacia los sistemas”. 

Y si además “ese proceso de producción incrementa la productividad, el impacto que puede generar en las empresas ganaderas sería formidable”.

Secco indicó que el consumidor reconoce los sellos que brindan seguridad, “por eso el trabajo debe ir por asociar el sistema de producción a estándares de certificación globales que sean referentes a nivel mundial. Lo otro es generar oportunidades en el proceso productivo, vía posiciones arancelarias que nos permitan mejorar acceso, apuntar a productos de nicho que otros países no pueden producir, eso tiene menos restricciones en las negociaciones y nos permite un diferencial de acceso”. 

Horacio Rodríguez resaltó que la producción lechera vive de la exportación. “Por nuestro clima y las pasturas, podemos mantener bajos costos de producción, por más que el país se ha encarecido y el costo de la producción de leche se acerca al de los países que tienen costos más altos; pero aún seguimos produciendo a un costo competitivo”. 

Para eso, sostuvo que “la base pastoril es fundamental. Se avanzó muchísimo en la producción y en el consumo del pasto; ahí es donde los productores podemos hacer la diferencia”. 

Mencionó un trabajo de Conaprole que analiza más de 300 de carpetas, marca que los productores que “consumen más pasto son los que tienen menores costos y son los más competitivos”.

Más adelante Rodríguez consideró que el tratamiento de los efluentes es un tema importante para el sector. “En tres o cinco años no podrá salir ni una gota de un tambo a una corriente de agua. Si a esto lo manejamos bien, será una oportunidad, por la imagen que le sumará a la lechería pero también porque el esparcimiento de esos residuos orgánicos cambian las pasturas y el suelo; hay una ganancia biológica muy interesante”, valoró.

Por su parte, Da Silva destacó el papel del campo en la recuperación económica del país, luego de los impactos de la pandemia, pero el foco de su exposición fue la ley que modifica el esquema de incentivos a las inversiones en pasturas y productos biológicos. “Debemos aprovechar la revolución biológica que marcó Ademir Calegari”, dijo.

El legislador es el impulsor de la iniciativa, y dijo que a partir del 1° de enero de 2022 entrará en vigencia y ahora viene el desafío de reglamentarla “en tiempo y forma”, para que pueda salir en marzo. “Todo lo que sea pastura debería estar incluido” en los proyectos evaluados por la Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones (Comap), con “una serie de exoneraciones” tributarias, sostuvo.

Da Silva afirmó que los ministerios de Economía y Finanzas y de Ganadería Agricultura y Pesca ya están trabajando en el tema, pero consideró que “el sector privado es el que tiene que darle sentido común y agronomía” a la reglamentación de la ley en cuestión.

Nota de Revista Verde N°97

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