La forestación transitó desde el “caos” al “desarrollo sostenible”
Roberto Vázquez Platero, extitular del MGAP e impulsor de la Ley Forestal de 1987, repasó el contexto del rubro en aquel momento y su evolución hasta la actualidad
Mauro Florentín
Redacción
En pocas décadas Uruguay pasó a ser un enclave de inversiones forestales, principalmente por las apuestas que realizaron capitales extranjeros en la instalación de plantas de celulosa; ya son tres las que operan en el territorio local. “Nunca imaginé cuando redacté las consideraciones previas del texto que elevamos al Poder Ejecutivo en noviembre de 1985 lo que iba a suceder”, declaró a VERDE el consultor en agronegocios, Roberto Vázquez Platero. Recordó que el texto terminaba diciendo: “la presente ley será un instrumento que permitirá el desarrollo sostenido de plantaciones forestales”.
Mientras se inauguraba la nueva planta de celulosa de UPM en Paso de los Toros, el 6 de junio, Vázquez Platero recordó algunos aspectos que impulsaron la promulgación de la Ley Forestal 15.939, de 1987, cuando él era ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, durante el primer gobierno de Julio María Sanguinetti.
“Se ha dicho mil veces que esto de la Ley Forestal era parte de una política de Estado”, lo cual “no comparto en absoluto” porque en aquel momento “no había ninguna política de Estado, lo que pasaba era que la forestación en Uruguay era un caos”; lo que se hizo “fue una buena ley, bien hecha”, sostuvo.
Otro tema destacado por Vázquez Platero fue que en el texto de la ley se establecieron algunos aspectos relevantes como que “el Estado se obligaba a poner el equivalente a 10.000 hectáreas todos los años en concepto de subsidios”. Además, el Estado “permitía a sociedades anónimas y empresas a invertir en estas cosas, y lo tercero era un crédito que negociamos con el Banco Mundial”, indicó.
El extitular del MGAP hizo hincapié en otro asunto de ganó relevancia en los años recientes, como el tema del riego y el agua, manifestando la necesidad de contar con más conocimiento sobre el problema generado, como por ejemplo saber “si se tiene claro a dónde va el agua que cae, si aumentó el consumo o no en las casas, en las empresas y en los campos”.
“El conocimiento de todo el sistema hídrico nacional nos permitiría hacer una nueva ley, que para el futuro nos dé garantías de que por muchísimos años no volverá a pasar lo que está pasando ahora”, planteó.
UPM II
El presidente del Consejo de Administración de UPM, Henrik Ehrnrooth, señaló en el discurso de inauguración de la planta que “la ley forestal promulgada en Uruguay en 1987 constituyó un hito clave para que todo esto fuera posible. El objetivo de esta ley era diversificar la producción industrial nacional, asegurando el uso sostenible de la tierra y protegiendo sus bosques nativos. Todos podemos ver cómo esta estrategia país ha tenido un desarrollo exitoso y ha creado una nueva y robusta industria de exportación en Uruguay, de manera sostenible”.
Expresó que “los equipos locales en las plantas y operaciones forestales en Uruguay representan lo mejor en UPM, en términos de seguridad, sostenibilidad y habilidades técnicas. Estoy extremadamente orgulloso de nuestro equipo y nuestros socios aquí en el país”.
El ejecutivo afirmó que “con esta inversión en Uruguay”, se ha dado “un gran salto de crecimiento como empresa, y nuestro negocio de fibras se ha convertido en uno de los principales productores de celulosa del mundo. Esta planta es también una de las plantas de celulosa más competitivas y sostenibles a nivel mundial”.
La construcción de la nueva planta de celulosa requirió una inversión total de US$ 3.470 millones, que incluyó además una terminal especializada en celulosa en el puerto de aguas profundas de Montevideo, la construcción del tercer vivero de eucaliptus de la compañía en Sarandí del Yi, Durazno, e inversiones en infraestructura e instalaciones locales en el interior del país, informó UPM en su sitio web.
Ese emprendimiento industrial, que empezó a operar en abril de 2023 y está ubicada a orillas del río Negro, cerca de Paso de los Toros, producirá 2,1 millones de toneladas de celulosa por año a través del consumo de 7 millones de metros cúbicos de madera, según datos divulgados en el sitio web de Presidencia de la República. Allí también se indica que esta obra posiciona a Uruguay entre los principales exportadores globales de celulosa del mercado internacional.
La nueva planta está diseñada para enviar su producción por ferrocarril hasta la terminal especializada de UPM en el puerto de Montevideo, que posteriormente será cargada en buques transoceánicos con destino a Europa y Asia.
La información destaca que el emprendimiento genera 7.000 empleos directos y 10.000 indirectos, a través de los puestos en la cadena de valor –más de 20.000 uruguayos participaron de la construcción– y 600 medianas y pequeñas empresas.
Además de la redistribución de US$ 290 millones en salario neto anual, la generación de un impacto de 3,4% en el producto bruto interno (PBI) con el crecimiento de las operaciones y la contribución de US$ 280 millones entre impuestos y contribuciones al seguro social en forma anual.
En el acto de inauguración de la planta de celulosa, celebrado en el centro del país, el presidente Luis Lacalle Pou resaltó que “los gobiernos en Uruguay, con distintas sensibilidades, matices, impulsos e ideologías, no tienen complejos refundacionales; eso genera confianza”. “Hay Constitución, leyes y contratos que siempre se van a respetar”, sostuvo.
De hecho, varios actores políticos de los diferentes sectores reconocieron la importancia de esta inversión y el derrame que genera en varias actividades, desde la construcción, la producción forestal, los viveros y el movimiento que provoca en las localidades rurales cercanas.
UPM pasó a contar con dos plantas de pasta de celulosa operativas en Uruguay, considerando la primera instalada en Fray Bentos, en el departamento de Río Negro, a las que se suma la fábrica del mismo rubro de la empresa Montes del Plata, que funciona en Conchillas, departamento de Colonia.
Queda pendiente la interrogante de si habrá una próxima inversión de esa envergadura en Uruguay o si se llegó al límite, considerando la materia prima requerida para el funcionamiento de una fábrica de esta dimensión.
Nota de Revista Verde N°108