Agricultura

Hay una superficie potencial para poder regar unas 500.000 hectáreas

13 de enero de 2025

La tecnología ya no se discute y afirman que “se aprendió mucho”; actualmente se irrigan unas 80.000 hectáreas e inversores buscan campos con capacidad de riego.

Uruguay “tiene buenas condiciones para regar” y “en casi todas las fincas se puede construir un reservorio con mejor o peor eficiencia” para el uso de agua en la producción agrícola, y esto permite almacenar agua, dijo a VERDE el  director de HG2, Gabriel Baccino. El empresario agregó que otro aspecto a destacar es que entre soja y maíz se cultivan alrededor de 1,4 millones de hectáreas y “cuando se diseñan los proyectos de riego se observa que entre el 35% y el 40% del área de cada finca es apta para ser regada”. 

Indicó que en el país “hay una superficie potencial de riego por pivot de unas 500.000 hectáreas agrícolas”, y que actualmente se riegan unas 80.000 hectáreas con esa tecnología y, por lo tanto, “el potencial es enorme”.

Baccino también destacó que “cambió la concepción acerca del riego” y hoy “no tiene discusión”, a diferencia de lo que sucedía anteriormente, cuando “se hablaba mal del riego y se decía que no servía”. En la actualidad “muchas de las fincas son buscadas por los empresarios en función de si se pueden regar o no”, afirmó. 

Agregó que en Uruguay “se sabe regar, se aprendió mucho de la mano de técnicos especialistas” y recordó que la Facultad de Agronomía siempre ofreció la materia de forma opcional. “Todos los años, casi el 80% de los estudiantes toman esta opción”, lo que implica que salen con buena formación, valoró. 

En una reunión con clientes, Baccino informó que HG2 lleva desarrollados proyectos de riego para 75 empresas, correspondientes a 98 establecimientos de diferentes puntos del país. 

País pujante

“Uruguay ha sido un país muy pujante, con un gran crecimiento en los últimos cinco años”, destacó a VERDE Luis Méndez, gerente para América Latina de la compañía estadounidense Lindsay Corporation, que representa HG2. Si bien consideró que “se esperan años complicados”, por los precios de los commodities, “tenemos confianza en el país, por el empuje de los empresarios y los beneficios” que tiene la tecnología a la hora de invertir.

Agregó que “la construcción de los equipos ha llegado a un nivel óptimo, y desde hace 10 años el foco de la compañía está en la tecnología y la conectividad de los equipos, buscando que sean cada vez más autogestionados, mediante sensores que aportan información para la toma de decisiones a distancia”.  

Méndez también destacó que técnicas como el riego de precisión o fertirriego permiten incrementar la producción y, por ende, aumentar la rentabilidad, ya que logra “distribuir los recursos de mejor forma”. 

Aplicación de agua más uniforme

Nelson Irrigation Corporation es otra empresa estadounidense que trabaja con HG2 y que está presente desde los inicios del riego en Uruguay, aportando soluciones como fabricante de algunos de los elementos esenciales para distribuir el agua, como aspersores, cañones, válvulas de control, entre otros accesorios que forman parte del riego por pivot. Ignacio del Campo, responsable técnico-comercial para Latinoamérica, destacó a VERDE que “en los últimos 10 años hemos mejorado entre 10% y 15%, ya que el foco principal de la compañía ha estado en hacer más uniforme la aplicación del agua al suelo”. 

Señaló que el cultivo “toma el agua del suelo” para poder expresar su máximo potencial y, por lo tanto, “la forma en que se pone el agua en el suelo es muy relevante”. Sostuvo que “debe ser uniforme” para que el agua se infiltre correctamente en el perfil del suelo, y que no se escurra, se pierda y provoque degradación. 

Del Campo agregó que herramientas como el fertirriego son “muy relevantes”, ya que los aspersores del pivot no solamente ponen agua en el suelo, sino que están acompañados de un programa nutricional. Por lo tanto, “tienen que estar en óptimas condiciones para entregarlos de manera precisa”, dijo.

La experiencia de regar

En 2013 Ingleby Uruguay presentó al directorio de la empresa “un ambicioso proyecto” para implementar un sistema de riego con un objetivo claro: superar las limitantes de rendimiento y estabilizar la producción. 

“Con suelos de alta calidad agrícola y con la posibilidad de crear una fuente de agua eficiente en uno de los establecimientos, el plan consistió en aprovechar los excesos de lluvia, almacenarlos en represas y distribuirlos durante el verano mediante sistemas de riego, recordó a VERDE el ingeniero agrónomo Rafael Leguisamo, quien en ese momento lideraba la gestión de la empresa en Uruguay.

La meta inicial para el maíz bajo riego era alcanzar un rendimiento promedio de 10.500 kilos por hectárea (kg/ha), en aquel entonces “un objetivo que parecía ambicioso”. Sin embargo, “el tiempo demostró que no solo era alcanzable, sino que se podía superar”. En la actualidad el rendimiento promedio ronda los 12.500 kg/ha, con áreas que superan los 14.000 kg/ha o más, explicó.

El riego permitió aprovechar al máximo el potencial genético de los cultivos. “Nuestra combinación de clima, suelos y luz, al eliminar la restricción de agua, permite obtener rendimientos mayores y de manera consistente”, destacó. Además, afirmó que ese nivel de estabilidad “es clave para cualquier empresa agropecuaria”, ya que “reduce la incertidumbre climática y garantiza resultados de forma sistemática”.

A partir de esa experiencia exitosa, la superficie bajo riego en Ingleby Uruguay fue creciendo progresivamente. Se sumó una segunda represa y continuó expandiendo el riego en otros campos. Actualmente la empresa riega aproximadamente el 40% de su superficie agrícola. “Se llegó a ese nivel por las condiciones de cada campo y la disponibilidad de agua”, acotó Leguisamo.

El ingeniero agrónomo admitió que la inversión en riego “es importante y requiere un período de amortización prolongado, por lo que siempre debe evaluarse en un contexto de largo plazo”,  así “cómo se inserta en el flujo de fondos de la empresa”. 

De cara al futuro la tecnología del riego en Uruguay promete seguir evolucionando, hoy existen desarrollos avanzados, como los sistemas de pivotes con dosis variables de agua, según la capacidad productiva de cada parte de la chacra, aunque “aún son tecnologías costosas, apuntan a una mayor eficiencia en el uso del agua”, comentó. 

El riego se complementa con prácticas de agricultura de precisión, como el manejo localizado de malezas y la fertilización por zonas específicas, maximizando los resultados. “También abre nuevas oportunidades de negocio, como la producción de semillas y cultivos de mayor valor. Al garantizar la disponibilidad de agua, se asegura el cumplimiento de contratos y se incrementa la rentabilidad del negocio”, puntualizó.

Debut con buenos resultados

Tomás Molina, director de Agrícola TM, incorporó al riego en el ejercicio 2021-2022, luego vino la zafra de la seca, y regó por primera vez en el verano pasado. “Los resultados fueron muy buenos. El maíz alcanzó unos 11.000 kg/ha, y la soja tocó los 4.000 kg/ha”, comentó el agricultor. 

El área de riego frente al área total de la empresa representa un porcentaje menor, pero “se piensa seguir creciendo para darle estabilidad” al negocio, señaló el agricultor, ya que “es la forma de ponerle un piso y darle sustentabilidad económica a la empresa”. 

El empresario también valoró que en la actualidad “existen herramientas que permiten tener un riego eficiente más rápido”, ya que “hay mucha investigación y técnicos trabajando en el tema”. 

Por último, Molina comentó que en campos propios tiene “tres proyectos en marcha” y espera que en 2025 puedan empezar a regar. Admitió que “aún es una dificultad el riego en campos arrendados, ya que los contratos deberían ser más largos para solventar la inversión”.

Nota de Revista Verde N°119

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