Greising y Elizarzú celebró 50 años construídos sobre cinco pilares
Los integrantes de la empresa repasaron la trayectoria e inauguraron la ampliación de su planta, proyectando el futuro sobre los valores que instauraron sus fundadores.
La empresa semillerista Greising y Elizarzú (GyE) celebró 50 años de trayectoria y en ese marco inauguró la ampliación de su planta, ubicada en Tarariras, Colonia. Allí, una de las directoras de la compañía, Carolina Gaising, repasó la trayectoria de GyE, enfatizando el legado que instauraron sus fundadores. Por su parte, el gerente de la firma, Carlos Dalmás, comentó que si bien hace cinco años que forma parte del equipo, conoce a la empresa desde hace muchos años y “siempre me preguntaba cómo hacían para ser tan eficientes, cómo siendo pocas personas y con instalaciones pequeñas lograban posicionarse en el mercado y competirle a empresas grandes, con mayor infraestructura”.
Luego, al conocer más de cerca la compañía, concluyó que eso se debía a “un juego de equipo, donde todos se complementaban perfectamente, y eso arrancaba desde arriba”. Destacó que los dueños de la empresa, “sin saberlo, hacían un juego de equipo perfecto”, y “el legado que había dejado Freddy Elizarzú y Don Julio Greising, había permeado en las nuevas generaciones”.
Cinco pilares
Dalmás enumeró “cinco pilares sobre los que la empresa ha hecho base, que han permitido transitar estos 50 años y nos impulsarán hacia adelante”. El primero dijo que consiste en “tener claro lo que somos y lo que hacemos”. Señaló que la misión de GyE “es sencilla y clara: entregar a los productores de semilla de máxima calidad”. Agregó que eso fue algo que “estuvo claro desde el día cero”, y que “no solo fue un objetivo, sino un sueño, ser reconocidos por la calidad de nuestra semilla”.
Destacó que la empresa “siempre ha estado innovando y buscando constantemente nueva genética, nuevos productos”, y actualmente cuenta con un campo experimental dedicado a investigación y desarrollo.
GyE tiene su propia marca: Semillas Cardinal, y es “segunda en ventas de semillas de soja y líder en el mercado de semillas de cebada forrajera, teniendo una de las variedades de cebada más sembradas del Uruguay, y también somos líderes en el mercado de semillas de trigo”, destacó.
Dalmás también remarcó que las semillas de la compañía son sembradas por “más de 600 productores en los 19 departamentos”. Y agradeció a los proveedores de genética, “que nos ayudó a posicionarnos de gran forma en el mercado”.
Indicó que el segundo pilar es “el servicio”. Valoró que “nos desvivimos por darles a los productores el mejor servicio. Si pido semilla en GyE la voy a tener cuando la necesite, me van a cumplir con lo pactado. Si tengo que descargar en la planta de GyE va a ser rápido. Si me pasa algo voy a tener una respuesta. Es la cercanía que solo una empresa familiar puede dar. Un trato humano y directo”.
Al referirse al tercer pilar de la empresa, Dalmás dijo que es “cumplir con lo pactado”. Afirmó que “cuando llega la fecha acordada se cumple con lo pactado”, y que “eso ha sido así a lo largo de la historia, aún en momentos difíciles”.
Mencionó que el cuarto pilar consiste en “no olvidar a quiénes nos debemos”. El gerente de GyE sostuvo que “en esta empresa todos sabemos quiénes son los protagonistas, nos debemos a los productores agropecuarios, ellos son los que nos pagan el sueldo”.
Y el quinto pilar posicionó a “la gente”, en referencia a las 64 personas que trabajan en la empresa. “Detrás de cada semilla que sale de nuestros galpones está el esfuerzo de una cantidad de gente que pone lo mejor de sí mismo para que el productor reciba la mejor semilla, el mejor servicio y la mejor atención”, destacó
Sostuvo que “no perder de vista lo importante que es el trabajo de cada uno y entender que cada persona de la empresa nos trajo hasta aquí nos va a permitir seguir creciendo”. Afirmó que “el mayor valor de esta empresa es la gente”. Y consideró que “se puede tener la mejor genética y las mejores instalaciones, pero si no tenés a las personas que lo hagan funcionar no sirve de nada”.
Trayectoria
Carolina Gaising destacó en su discurso que la trayectoria de la empresa familiar “también habla del desarrollo agropecuario del departamento, nos habla de la vida de la población de Tarariras y sus alrededores, pero por sobre todo de su gente”.
Recordó los orígenes de GyE, que tiene “un pasado de inmigrantes”, ya que los Elizarzú y los Greising “llegaron a este país donde todo estaba por hacerse”. Describió que Félix Elizarzú se subió a un barco “abandonando su País Vasco natal” y “se enamoró de Edoní durante la larga travesía” y “no se imaginaba que el destino de una parte de su descendencia se iba a vincular con otra familia de inmigrantes, los suizo-alemanes, fundadores de la vecina Colonia Suiza, Nueva Helvecia, la familia Greising”. Y enfatizó que algo que los vinculó “fue el trabajo, la visión en un futuro promisorio y los granos”.
Describió que el nexo de aquella relación fue la casa Guillermo Greising SA, donde en la década del 30 del siglo pasado “ya trabajaba en el rubro granos Don Nicolás Elizarzú (Sansón), hijo de Félix y Edoní, y padre de uno de los protagonistas centrales de esta historia: Fredy”.
El otro protagonista de GyE fue “Don Julio Greising, un emprendedor inquieto de la actividad comercial, que también lo llevaba en la sangre, por lo que le transmitieron sus padres Guillermo y Ana. Él era uno de los propietarios del comercio”.
El 1° de noviembre de 1974, en galpones que arrendaron a la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE), Fredy y Don Julio comenzaron GyE, y a los pocos meses ya habían recibido 6.000 toneladas de trigo. “Es fácil imaginar, pero no ponerse en el lugar de aquellos trabajadores que embolsaban los granos, los hombreaban, estibaban y maquinaban”, comentó la actual directora de la empresa.
Agregó que por mucho tiempo la actividad se centró en recibir granos, básicamente cebada y trigo, limpiarlos y guardarlos. El año 1980 “fue el disparador de todos los cambios que iban a venir en las siguientes décadas, cuando se sumaron nuevos protagonistas: Miguel, Gustavo, Alejandra Elizarzú y Yuli Greising”. En ese momento “se decidió dar el primer paso en la transformación”, al comprar un predio donde funcionaba un tambo, “una zona rural muy difícil de imaginarse por el crecimiento urbano de Tarariras”, dijo.
Allí se construyó el primer galpón de 1.000 metros cuadrados, con la incorporación de numeroso personal. También se construyeron las oficinas, se incorporó la segunda balanza, la primera digital con los que las corridas se terminaron, y comenzó la actividad del laboratorio.
Destacó el trabajo de Alejandra Elizarzú en el laboratorio, “una mujer que hoy en día es referencia local e internacional como analista de semillas”. “Gracias a ese trabajo profesional y serio, en 2010 la empresa logró la acreditación del Instituto Nacional de Semillas (Inase) para la producción certificada de forrajeras y cereales, tanto para los procesos de campo como para los de la poscosecha”, subrayó.
Luego el desarrollo de la empresa necesitaba de nuevos espacios para recibir, acondicionar y almacenar los granos de cereales y oleaginosas. Y en 1996 hubo “otro mojón”, la construcción gradual de la infraestructura actual, a partir de un convenio con Maltería Oriental SA, en “un vínculo que lleva 40 años”, señaló la empresaria.
GyE también comenzó a participar en proyectos de inversión para ampliar la planta, realizar mejoras e incorporar nuevas balanzas, llegando a obtener premios.
Y la empresa tuvo un giro radical en 2005, volcándose más a la actividad comercial y no solo al servicio de procesamiento de semillas para productores. Roberto Robino fue el protagonista en la incorporación de genética de calidad, que terminó en GyE y en Semillas Cardinal.
En 2019 hubo “un cambio generacional importantísimo a todo nivel, de la mano de Carlos Dalmás, pero esto ya no es historia, es el futuro de GyE”, afirmó Carolina Gaising.
Nota de Revista Verde N°118