“Golpes” al productor derivan en “concentración” en agro brasileño, que seguirá creciendo, afirmó Turbán

El agronegocio en Brasil tuvo “dos años complejos”, luego de años “muy buenos” post pandemia en los que “el productor invirtió bastante, creció, aumentaron las rentas de las tierras”, posteriormente vino “la guerra en Europa que hizo subir los precios de los fertilizantes”, y “la caída de los granos dejó desacomodado al productor brasileño”, dijo el director de la Sumar Agro, Ismael Turbán, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en verdenews.com.uy.
Señaló que ese fue “el primer golpe” y “el segundo” fue en 2024 cuando las producciones marcaron un “quiebre” que le significó al productor un resultado “muy ajustado” y con “endeudamiento, más la suba de tasas de interés”.
Esto llevó a la “devolución de campos que estaban arrendados”, a “muchos” casos de recuperación judicial de productores y las “empresas de insumos no pudieron cobrar”, lo que generó un “problema en la cadena de pagos” y una “crisis”, sostuvo. Advirtió que habrá productores que “quedarán en el camino” y que “el más complicado” es el productor arrendatario.
En el estado de Mato Grosso hay una “proceso de concentración” del área agrícola, debido a ese tipo de situaciones que fortalecen la posición de las empresas agrícolas con más escala, reconoció.
El empresario se refirió al impacto de la presente cosecha de soja y maíz que se prevé serán récord en ambos casos, que llevarán a generar “mucha presión comercial” y por ende, una “caída en los premios en los puertos brasileños y en los precios”.
Pese a esta problemática, Turbán vaticinó un crecimiento en la producción y en el área del agro brasileño, tanto en agricultura como en ganadería.
Hasta el viernes de la semana pasada el avance de cosecha llegaba a un 12,2% con marca un rinde promedio de 58 bolsas de 60 kilos por hectárea, lo que representa unos 3.500 kilos de soja por hectárea, destacó.
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