Fucrea aporta dos propuestas para asegurar financiamiento de la zafra

Martín Aguirrezabala, coordinador de Fucrea, explicó que debe blindarse la producción para garantizar el cobro y que a la vez, este acompañada con un seguro que cubra la cosecha

Luego de la peor zafra de soja de la historia y de una mala campaña de invierno, la principal preocupación del sector es cómo seguir adelante. Si bien no hay problemas en la plaza financiera, la situación obliga a buscar estrategias que garanticen el cobro de nuevos créditos y ese es el compromiso institucional de la Federación Uruguaya de grupos Crea (Fucrea).

El coordinador general de la institución, Martín Aguirrezabala, comentó a VERDE que eso se logra de dos formas. Una es que la producción esté blindada jurídicamente, que tenga una prenda, una sesión de cosecha, que forme parte de un fideicomiso, algún mecanismo que haga que esa cosecha no se desvíe del objetivo de cancelar el crédito. El segundo punto que debe tener es un seguro, que garantice que si la cosecha no alcanza alguien lo cubra.

“Hoy está todo. El problema es cómo se coordina y se ajusta. Para mí lo deberían liderar los propios actores de la cadena. Todo el mundo está preocupado por esta situación, y ha ido haciendo carne una propuesta de esta naturaleza, porque es lógico que así pase”. Aguirrezabala opinó que ambas alternativas se deberían hacer en conjunto, de lo contrario sería muy difícil conseguir financiamiento.

Agregó que el costo depende de las herramientas. Indicó que hay algunas sencillas y de bajo costo, como una prenda o una sesión de cosecha; y que un fideicomiso sería algo bastante más caro, “tiene algunas ventajas pero es más costoso”, admitió.

El exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (entre 2003 y 2005), consideró que cada grupo de proveedores, de productores o bancos podrá estudiar el instrumento, pero afirmó que estos existen, así como los seguros de rendimiento, aunque son caros. Agregó que Fucrea está buscando estrategias potenciales de seguros, con el Banco de Seguros del Estado y otras aseguradoras privadas, para ver qué hay en la oferta, cuál es el más adecuado y económico, para garantizar esa recuperación de crédito.

Además dijo que es importante saber si hay alguien dispuesto a financiar, pero consideró que las empresas del sector no tienen otra alternativa, porque este no es un problema solo de los productores, sino también de los proveedores de insumos, los acopiadores de granos y de toda la sociedad vinculada a ellos.

El ingeniero agrónomo opinó que para todo el Uruguay es muy importante volver a recuperar la pujanza del sector agrícola. Señaló que existe la posibilidad de hacer seguros índices, seguros de rendimiento, entre otras alternativas. “Cuando uno mira hacia afuera, ve que la mayoría de los países tienen seguros de rendimiento o de cobertura de inversión, que están bastante generalizados, con penetraciones altas, mientras que en Uruguay los seguros están vinculados a eventos particulares, granizo o exceso de agua, etc”.

Indicó que recientemente se empezaron a desarrollar seguros de rendimiento o seguros índice en Uruguay, pero consideró que se tiene un sistema de información relativamente pobre, que se podría desarrollar.

Explicó que para tener un seguro de rendimiento al estilo estadounidense, se necesita una red de análisis y una cobertura muy grande, que la brinde el Estado o una empresa de certificación que esté muy acreditada en el mercado, algo que actualmente no existe en Uruguay. En ese sentido agregó que la mejor base de datos que existe es la de Fucrea, que tiene muchos años y muy buena dispersión, pero que fue generada para otra cosa.

De todos modos planteó que esa base de datos, sumada a la información de los satélites y a la que maneja INIA Grass, puede servir para generar o al menos simular el resultado si se hubiera cubierto en distintas circunstancias un determinado evento. Eso permitiría minimizar el costo de un seguro que blinde efectivamente el crédito de proveedores. “En optimizar esa herramienta estamos trabajando, no es sencillo, pero espero que se pueda lograr en pocos meses porque se necesita rápidamente”, comentó.

Mientras tanto las aseguradoras están trabajando, preocupadas por este tema, así como los productores y el gobierno. “No hay nadie ajeno a esta situación, el tema es con qué celeridad podemos llegar a ajustar algunas herramientas, aunque sea como plan piloto, para poder aportar a un momento extremadamente difícil”, dijo.

Otra etapa sería la de evolucionar a un sistema de seguro de rendimiento, con algún índice, con una ecuación de predicción; un seguro que no sea costoso, que no tenga altos costos de administración, sin muchos riesgos de mala práctica, para que quede instalada una solución más de largo plazo.

Subsidio ganar-ganar

En general los países desarrollados aplican fuertes subsidios a la prima de los seguros de rendimiento, porque sin ese seguro mermaría el ingreso de los agricultores, eso haría caer fuertemente el área y no se recaudarían muchos impuestos. Por lo tanto, al final del día, para la sociedad es más conveniente subsidiar una prima del seguro y cobrar impuestos vinculados a la superficie sembrada, frente a no subsidiarlos y que caiga el área agrícola.

Aguirrezabala dijo que hay que definir cuál es el costo de un seguro de esta naturaleza. Agregó que Fucrea tiene evaluado que una hectárea de cultivo (antes de pagar IRAE) aporta US$ 90 de ingreso fiscal. “Eso quiere decir que cada hectárea que sume la agricultura uruguaya le suma US$ 90 a la DGI”, remarcó. El cálculo se basa fundamentalmente en los impuestos a lo largo de toda la cadena; no son solo impuestos directos a la hectárea agrícola, sino que allí también están incluidos los del combustible, el transporte, el IVA de los servicios vinculados, hasta llegar al puerto.

El coordinador general de Fucrea indicó que los seguros globales en los países desarrollados tienen una prima pura que se ubica entre el 6% y 9% del valor que se asegura. Por lo tanto, calculó que si se tuvieran que asegurar US$ 500 por hectárea, el 8% son US$ 40.

“Si los productores tienen que pagar todo ese seguro se iría una cantidad importante de productores del negocio, sin embargo, capaz que pueden pagar la mitad. Si asumimos que subsidiamos US$ 20/hectárea, se precisaría un aumento de unas 200.000 hectáreas sobre lo que se sembraría si no hubiera financiamiento, para que el balance fiscal de cero”, explicó en una cuenta rápida mientras dialogaba con VERDE.

Por lo tanto, si se siembra 1 millón de hectáreas, y todas se aseguraran –algo que no va a pasar–, la sociedad gastaría US$ 20 millones, pero los recupera con 200.000 hectáreas adicionales de siembra, algo altamente probable porque el negocio minimizaría de forma notable sus riesgos. “Esa es una de las medidas más económicas que se pueden plantear”, afirmó.

Opinó que en una situación como esta la ecuación debería dar un resultado favorable. Dado que es la razón por la cual la mayoría de los países subsidian las primas de los seguros. “Probablemente para blindar el financiamiento generemos un seguro más económico que lo descrito anteriormente”, consideró.

Aguirrezabala indicó que en un principio el compromiso institucional de Fucrea es ayudar a crear un seguro lo más barato posible, para blindar la producción; y eso debe complementarse con un mecanismo de financiamiento adecuado. En la medida que se pueda desarrollar un crédito más o menos blindado habrá más crédito, y más área sembrada”, resumió.

La próxima zafra

Analizando los números para la próxima siembra, el agrónomo consideró que el negocio mejoró, porque subieron los precios y porque algún costo está bajando con la suba del dólar.

“Es probable que en ese contexto el negocio mejore para el año que viene, y frente a un año con rendimientos normales se puede recuperar mucha gente. Cuanta más área se pueda financiar más área se sembrará”, consideró.

Señaló que también hay algunas instituciones de carácter más gremial, que irán buscando algunos apoyos desde el gobierno o de parte de la sociedad, para facilitar esto y alivianar el costo de estas iniciativas.