Agricultura

Falta de información robusta es “el gran debe” para desarrollar seguros

27 de septiembre de 2024

El director de la empresa Vigía Seguros, Santiago Ibáñez, consideró que la continuidad en la contratación de seguros de rendimiento “es otro aspecto crucial” en el rubro

El “gran debe” de los seguros de inversión y rendimiento es la falta de “información robusta”, dijo a VERDE el director de Vigía Seguros, Santiago Ibáñez. La última década estuvo marcada por varios años en que “la indemnización fue superior a lo que se cobró por primas en el historial de seguros de rendimiento”, informó. 

Este escenario ha obligado a las aseguradoras a ajustar las garantías para cubrir entre un 60% y un 70% del promedio histórico de los productores. El ajuste busca mitigar el impacto financiero en un contexto donde los seguros de rendimiento han visto una creciente demanda por parte de los agricultores.

Vigía Seguros es una empresa con sede en Dolores, que tiene una clara especialización en el sector agropecuario, ya que dedica el 85% de su cartera a este rubro y el resto a seguros patrimoniales. “Año a año viene creciendo el área asegurada”, afirmó Juan Ibáñez, socio de la empresa. El 90% de los seguros agropecuarios se cubren con el Banco de Seguros del Estado (BSE) y el restante con aseguradoras privadas.

El cambio climático obliga a complejizar los paquetes de seguros. Eventos como las sequías de 2017-2018 y 2022-2023, han provocado un cambio en la demanda de seguros, impulsando a los productores a buscar coberturas más complejas. “Esas secas, que pegaron fuerte en el rendimiento y en la economía del productor, han hecho que se busque cada vez más un seguro más complejo, que abarque más fenómenos climáticos”, confirmó.

El seguro de rendimiento ha cobrado especial relevancia en este contexto, aunque enfrenta importantes limitaciones. La alta siniestralidad, sumada a la capacidad de reaseguro en el exterior, ha reducido la oferta disponible. “La demanda supera a la oferta, y la oferta es finita, hay un cierto cupo de hectáreas para vender”, puntualizó Santiago Ibáñez.

El operador del mercado de seguros detalló que la cobertura básica incluye granizo e incendio, resiembra, heladas, viento y falta de piso. Algunas causas son más comunes en el invierno, como la resiembra (por el anegamiento) y las heladas tardías, mientras que otras son más frecuentes en el verano, como el granizo o la sequía.

El director de Vigía Seguros consideró que la continuidad en la contratación de seguros de rendimiento “es otro aspecto crucial”. Señaló que los productores que han mantenido una relación constante con este tipo de seguros “tienen más posibilidades” de continuar asegurando sus cultivos. “El productor que no viene contratando seguro de rendimiento hoy en día tiene muy pocas probabilidades de acceder a él”, señaló. 

Mencionó que la estabilidad en la contratación “se vuelve esencial” en un entorno donde la oferta es limitada y las compañías “priorizan a los clientes con un historial sólido”. También destacó la importancia de contar con “datos históricos sólidos y precisos” para mejorar la efectividad de los seguros agropecuarios. 

Indicó que “lo que necesitamos es tener más fortaleza en los datos históricos de rendimiento”. Agregó que las últimas sequías fueron “de las más grandes de la historia”, y contribuyeron a la alta siniestralidad que afecta al sector. Actualmente se cubre “entre 60% y 70% del promedio histórico que tiene el productor de soja”, comentó.

Lo que la aseguradora busca es “un producto sostenible en el tiempo”, indicó. En ese marco, el BSE clasifica a los productores basándose en su historial de contratación de seguros, entre otros factores. “Si dejás la silla por un verano probablemente retrocedes en el listado y te quedas para atrás”, advirtió. Esa jerarquización “busca garantizar la estabilidad del producto, favoreciendo a quienes lo contratan de manera constante”, explicó.

Esta continuidad “es crucial” para evitar la especulación, consideró Ibáñez. Recordó que algunos productores contratan el seguro solo en años con pronósticos adversos, y luego dejan de hacerlo, lo que podría poner en riesgo su capacidad de acceder a la cobertura en el futuro. “Lo que busca la compañía, y el producto en sí, es que el productor tienda a ser más empresario, tomando el seguro como una herramienta a largo plazo”, explicó.

Juan Ibáñez agregó que “la idea es que el seguro de rendimiento se integre dentro del esquema de costos de producción, como un componente más del negocio agrícola”, que ya esté dentro del esquema de costos y así se pueda “buscar entre todos los agentes la sostenibilidad del producto para que siempre pueda existir”. 

Consultado por la superficie total cubierta por los seguros de rendimiento, mencionó que hubo un leve aumento en los últimos años, con cifras que rondan entre las 250.000 a 260.000 hectáreas. Lo que varió en mayor medida fue la participación de mercado de cada compañía. Aunque no se prevén cambios significativos, “la sostenibilidad a largo plazo sigue siendo una prioridad para el sector”.

Actualmente, el enfoque principal se basa en el promedio de rendimiento del productor. Sin embargo, Santiago Ibáñez sugirió que disponer de datos detallados de cada chacra proporcionaría beneficios adicionales. “Cuanto más específica y clara es la información, mejor”, comentó el director de Vigía Seguros. 

Al referirse a la expansión de la superficie asegurada, el director de Vigía Seguros consideró que “la clave no radica únicamente en conseguir reaseguro en el extranjero, sino también en fortalecer la información interna. “Hay bastantes deberes por hacer acá”, admitió. A propósito, sostuvo que “se necesitan datos actuales de cada zafra”, discriminada por zona del país. 

En cuanto a la posibilidad de ampliar los seguros de rendimiento a los cultivos de invierno, Ibáñez se mostró optimista. Aunque actualmente la contratación de seguros en invierno “es puntual”, y suele estar vinculada a exigencias de proveedores, “un seguro de rendimiento más robusto para cultivos como trigo o cebada podría ofrecer estabilidad adicional; sería positivo”, opinó.

Por su parte, Juan Ibáñez reiteró que la esencia del seguro de rendimiento es proteger el patrimonio del productor ante un siniestro, asegurando que este pueda continuar operando sin riesgo de quiebra. “La esencia del seguro es que el patrimonio del productor quede indemne frente a un siniestro”, insistió el socio de la compañía con sede en Dolores.

Nota de Revista Verde N°116

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