Alberto Boerger: El lugar y el momento preciso para que se exprese una mente brillante
En su 30° aniversario, Urupov promueve designar el 5 de marzo como el Día Nacional del Fitomejoramiento, por la importancia de esa técnica en el desarrollo de la actividad agropecuaria, en homenaje a la llegada del doctor Alberto Boerger a Uruguay
Dr. Alberto Artola (*). En apoyo a la iniciativa de Urupov
El año 1914 está asociado significativamente con la investigación agronómica en Uruguay. Por primera vez el método científico era empleado en un programa de investigación biológica. El responsable de dicho hito histórico fue el brillante científico alemán doctor Alberto Boerger. En ese año inició un programa de mejoramiento genético en trigo en La Estanzuela, donde las tareas de investigación se rigieron por métodos y técnicas derivadas de la genética como disciplina científica. A partir de este momento la investigación agrícola en Uruguay se transformó en pionera en América del Sur, al generar información a través del empleo de la genética vegetal aplicada. Este es un centenario que debemos recordar todos aquellos vinculados con la creación de cultivares y producción de semilla de calidad.
PRÓLOGO
El doctor Alberto Boerger nació el 4 de noviembre de 1881 en el pueblo de Foerde (Westfalia, Alemania). Hijo de Teodoro Boerger y María Kersling, de oficio agricultores. En 1902 inició sus estudios superiores en ciencias naturales e ingeniería general en la Universidad de Hannover. Luego cursó Agronomía y Economía Política en la Academia Real Prusiana de Agricultura, de la Universidad de Bonn, donde se especializó en fitotecnia. Sus estudios de doctorado en filosofía de la ciencia los llevó a cabo en la Universidad de Giessen.
Luego de obtener su doctorado comenzó a trabajar como director técnico de una empresa semillera sajona. En 1910 ingresó en la cátedra de Suelos y Cultivos de la Universidad de Bonn, donde fue catedrático el doctor Theodor Remy, eminente genetista; ingresó como ayudante en el área de fitotecnia. En 1911 se dictó el primer curso de fitotecnia en dicha cátedra, donde Enrique Klein fue uno de los cincos alumnos admitidos. En ese momento se inició la vinculación científica y personal entre ambos, que se prolongaría en el Río de la Plata.
En este mismo año formó parte de una misión oficial del gobierno alemán, destinada a estudiar pasturas y producción forrajera en Austria, Dinamarca, Hungría, Suiza y Suecia.
A sus 30 años de edad (1911), el doctor Alberto Boerger fue contratado por el gobierno uruguayo, durante la segunda presidencia de José Batlle y Ordóñez, por recomendación del alemán doctor Alejandro Backhaus (decano de la Facultad de Agronomía), por un período de 10 años. Sus funciones eran desarrollar actividades de investigación agropecuaria, organizando un servicio de genética vegetal aplicada, fundamentalmente en el área de creación de cultivares de trigo y multiplicación de semilla de pedigrí.
El 5 de marzo de 1912 arribó a Uruguay procedente de Alemania, junto a su alumno y coterráneo el ingeniero agrónomo Enrique Klein, quién también fue contratado por 10 años. Sus primeras actividades las desarrollaron en el Vivero Nacional de Toledo (Canelones) y al año siguiente sus trabajos continuaron en la estación agronómica de Bañado de Medina (Cerro Largo).
El 5 de marzo del año 1914 se trasladaron a La Estanzuela (Colonia), donde los dos científicos alemanes se instalaron definitivamente. Se creó el Instituto Fitotécnico y Semillero Nacional La Estanzuela, siendo el doctor Alberto Boerger su primer director, cargo que conservó hasta su muerte, en 1957.
Para que un genotipo humano brillante se exprese en un fenotipo brillante se deben dar las condiciones ambientales adecuadas. En otras palabras, existe el refrán popular que expresa que hay que estar en el lugar adecuado y en el momento preciso para triunfar en la vida. El doctor Alberto Boerger pertenece a este grupo.
Durante la primera década del siglo XX ocurrieron hechos trascendentales en el área de las ciencias que hoy conocemos como genética y mejoramiento genético de plantas. Fue cuando el doctor Boerger desarrolló sus estudios universitarios hasta lograr el doctorado. En dicha década comenzó la construcción del edificio conceptual de la genética como ciencia del siglo XX, que constituye una de las aventuras intelectuales más apasionantes y prodigiosas de la mente humana.
En el año 1900 se produjo el redescubrimiento de las leyes de Mendel por parte de Hugo de Vries (holandés), Eric Von Tschermak (austríaco) y Karl Erich Correns (alemán). La historia de la ciencia encontró en la herencia mendeliana el primer hito en la evolución de la biología. Esta teoría aportó a los estudios biológicos las nociones básicas de la genética moderna.
Se produjo una integración inmediata de los estudios genéticos y citológicos. En 1903, el danés Johannsen condujo sus experimentos que lo llevaron a acuñar los términos fenotipo, genotipo y gen, para luego desarrollar el concepto de líneas puras, que provee la base genética del método de selección de plantas individuales.
En el mismo año, T. Boveri y W. Sutton se percataron, de forma independiente, de la existencia de un estrecho paralelismo entre los principios mendelianos recién descubiertos y la conducta de los cromosomas en la meiosis. De esa forma surgió la teoría cromosómica de la herencia, la cual establece que los genes forman parte de los cromosomas. El trabajo posterior de Morgan y colaboradores (en 1910), basado en estudios sobre Drosophila melanogaster, consiguió que la teoría fuera aceptada universalmente.
A mediados de la década, el inglés Bateson creó los términos homocigoto, heterocigoto, alelo y genética. Entre 1904 y 1905 el sueco Nilsson-Ehle desarrolló el concepto de herencia cuantitativa. Los caracteres cuantitativos estaban determinados por muchos genes mendelianos, con efectos pequeños, aditivos e influenciados por el ambiente.
Paralelamente al trabajo experimental, en 1908, los matemáticos desarrollaron el marco estadístico de la herencia cuantitativa. Se formuló la ley de Hardy (inglés) y Weinberg (alemán), que relaciona las frecuencias génicas con las genotípicas en apareamientos al azar.
En el mismo año, Shull y East propusieron la hipótesis de la sobredominancia para explicar el vigor híbrido. Simultaneamente Devenport desarrolló la hipótesis de la dominancia, con similar fin. Dichas hipótesis dieron origen al maíz híbrido y su aplicación agrícola.
En las siguientes décadas, cuando el doctor Alberto Boerger comenzó a trabajar en Uruguay, la genética y la genotecnia vegetal siguieron desarrollándose paralelamente a pasos agigantados. En 1913 Alfred Sturtevant elaboró el primer mapa genético, donde los genes aparecen ordenados linealmente en los cromosomas. En 1914 G.H. Shull empleó por primera vez el concepto de heterosis en vigor híbrido. El inglés Ronald Fisher (1918) presentó los postulados básicos de la herencia cuantitativa. Jones, en 1917, desarrolló el primer híbrido comercial de maíz. Hays y Garber (1919) desarrollaron la idea de la selección recurrente y sugirieron el uso de variedades sintéticas a nivel comercial en maíz. Entre 1918 y 1932, Ronald Fisher, Sewal Wright y J. B. S. Haldane llevaron a cabo la síntesis del darwinismo, el mendelismo y la biometría, y fundamentaron la teoría de la Genética de Poblaciones.
El ruso Vavilov (1926) postuló la ley de las series homólogas y los centros de origen de las especies. Morgan y colaboradores (1931) introdujeron los conceptos de recombinación genética, entrecruzamiento cromosómico y ligamiento de genes. Hermann Muller (1927) descubrió la inducción artificial de mutaciones por radiaciones ionizantes. Descubrimiento que inmediatamente será utilizado para crear variabilidad genética en plantas.
Goulden, C.H (1939) fue el primero en sugerir el uso del método de single seeddescent en generaciones avanzadas de especies autógamas. En 1940 Harlan empleó el método masal en genotecnia vegetal. En el mismo año Jenkins describió el método de selección recurrente.
Jensen, en 1952, fue el primero en sugerir el uso de cultivares multilíneas en avena. Jean Brachet (1933) demostró que el ácido desoxirribonucleico (ADN) se encuentra en los cromosomas y que el ARN está presente en el citoplasma de todas las células. Tatum y Beadle (1941) establecieron el concepto “un gen una enzima”: los genes son elementos portadores de información que codifican enzimas. Avery, MacLeod y McCarty (1944) comprobaron que el ADN es la molécula portadora de la información genética. Rosalind Franklin (1952) obtuvo la llamada fotografía 51, la primera imagen del ADN realizada mediante difracción de rayos X.
El año 1953 fue el momento culminante de la genética. James Watson y Francis Crick interpretaron los datos generados hasta la fecha y concluyeron que la estructura del ADN es una doble hélice 3-D. El fenómeno genético era, por fin, inteligible. No debe sorprender que el descubrimiento de la doble hélice se considere el más revolucionario y fundamental de todos. Había ocurrido el segundo hito en la evolución de la biología. La estructura del ADN se considera tan importante como la teoría de Darwin sobre la evolución de las especies.
Esa fue la última década en que el doctor Alberto Boerger desarrolló sus actividades como fitotecnista y director del Instituto Fitotécnico y Semillero Nacional, ya que falleció el 28 de marzo de 1957.
En resumen, el doctor Boerger fue testigo presencial e hizo uso de los formidables avances logrados en genética y genética vegetal aplicada durante los primeros 60 años transcurridos desde el redescubrimiento de las leyes de Mendel. Estuvo en el lugar adecuado y en el momento preciso para que se expresara su mente brillante.
(*) Ing. Agr. Dr. Alberto Artola. Inició sus tareas de fitomejorador en 1971 en La Estanzuela, con el cultivo de sorgo. Actualmente desarrolla sus actividades en el sector. Las especies con las que ha trabajado son: sorgo, maíz, trigo, forrajeras templadas y canola.
Celebración de los 30 años de Urupov
En el marco de la celebración por el 30° aniversario de la Asociación Civil Uruguaya para la Protección de los Obtentores Vegetales (Urupov), se están desarrollando varias actividades y propuestas relacionadas con el mejoramiento genético vegetal (fitomejoramiento), con el objetivo de dar a conocer esta práctica de triple impacto (social, económico y medioambiental).
Entre las propuestas, se encuentra la iniciativa de crear el Día Nacional del Fitomejoramiento, a celebrarse todos los 5 de marzo, en honor la fecha en la que arribó al Uruguay el doctor Alberto Boerger, fitotecnista alemán que inició en el país los primeros programas de mejoramiento genético en trigo y otros cultivos de relevancia (ver nota principal).
“Queremos destacar la importancia del fitomejoramiento en el desarrollo del agro y la sociedad en general”, dijo a VERDE el director ejecutivo de Urupov, Diego Risso.
La institución agradece a todas las organizaciones y productores que apoyaron esta iniciativa y que generosamente compartieron conocimientos, experiencias, recuerdos y anécdotas de lo que ha sido el mejoramiento genético vegetal en el Uruguay.
Urupov está conformada por las principales empresas e instituciones dedicadas a la investigación, desarrollo, producción y comercialización de nuevas especies vegetales. Desde 1994 aboga por los derechos de los obtentores vegetales, fomentando la investigación de nuevas variedades y contribuyendo al desarrollo del sector a través de una agricultura innovadora, competitiva y sostenible.
Nota de Revista Verde N°113