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Agricultura

Cebada logró rinde, calidad y precio; Ambev exportará 15.000 toneladas

4 de mayo de 2023

El precio de fijación promedio de esta industria maltera fue de US$ 290 por tonelada; el 80% del volumen tuvo bonificación por proteína y el rechazo se ubicó en 6%

La campaña de invierno anterior dejó un resultado positivo en Uruguay, tras haberse registrado un incremento del área global y también en los volúmenes de producción. “Fue una campaña que nos dejó a todos sorprendidos”, dijo a VERDE la gerente agronómica de Ambev, Mariángeles Antenucci. 

Si bien la compañía no alcanzó el objetivo de área de cebada que se había planteado, que era de unas 115.000 hectáreas, recibió un volumen de materia prima más que suficiente para atender la demanda de sus malterías. 

“Existía una preocupación por la sequía que se había implantado desde el invierno, cuando comenzamos a analizar la posibilidad de importar cebada, pero los resultados se dieron vuelta y se alcanzaron rendimientos extremadamente buenos, que nadie esperaba”, recordó.

Esto le permitió a Ambev recibir unas 390.000 toneladas de cebada y con ese volumen abastece las necesidades industriales de Maltería Uruguay y Maltería Paysandú, y a además le queda un saldo exportable de 15.000 toneladas. 

La relación entre temperatura y radiación fue determinante para los rindes. “El coeficiente fototermal que hubo se da una vez cada muchísimos años, lo que impactó favorablemente en la productividad y en calidad”, explicó. Además, el rendimiento agronómico promedio fue de 4.300 kilos por hectárea (kg/ha), “muy cercano al récord alcanzado en la zafra 2020/21, cuando llegó a 4.500 kg/ha. En tanto, el rinde de recibo fue de 4.000 kg/ha”, detalló.

Calidad y rechazos

La gerente agronómica de Ambev informó que la media general marca que se tuvo “una muy buena” calidad en la cebada recibida, aunque hubo variaciones según la zona. Además, los micromalteos también muestran que habrá “buena calidad” de malta, confirmó.

Por otra parte, comentó que el norte no tuvo problemas de calibre, “pero sí niveles de proteína más bajos”, porque el productor “no fertilizó pensando en cosechar 4.200 kg/ha”. Por otro lado, al agricultor que realizó aplicaciones de nitrógeno “la sequía le restó eficiencia. Y en otros casos, con la seca instaurada, se resolvió no realizar las correcciones correspondientes. Esos factores, y en un año en que la cebada rindió más de lo que se esperaba, hubo un impacto en la proteína”, acotó.

Al sur del río Negro, si bien los niveles de proteína fueron más altos, se vieron cebadas de menor calibre, pero “nada extremo”, y lo cosechado “estaba en línea con lo esperado”, dijo. 

La media de proteína en la zona norte se ubicó en 10,6%, pero en los últimos años “no ha estado por debajo de 11%”, señaló; mientras que el sur culminó “con un promedio de proteína de 11%”. Las condiciones comerciales marcan que el rango óptimo de proteína se ubica entre 10,5% y 11,5%.

Sobre el nivel de rechazo, dijo que alcanzó el 6%. “Comenzó siendo más alto en el norte, pero luego se fue acomodando”, comentó. En esa línea, señaló que debido a las condiciones previas a la cosecha, Ambev decidió ajustar su estándar comercial a la realidad del productor. 

“Esto le permitió recibir 15% más volumen, de lo contrario el nivel de rechazo habría alcanzado el 21%, y se hubiera focalizado en la zona norte, donde estuvieron los niveles más bajos de proteína”, graficó. 

Precios y bonificaciones

Desde el punto de vista comercial dijo que “fue un año complejo, ya que durante la siembra se alcanzaron valores récord para la cebada, por encima de US$ 400 por tonelada. El productor fue cauto y no fijó demasiado”, puntualizó.

Luego los valores “comenzaron a caer”, aunque reconoció que –de todas formas– “siempre estuvieron por encima de la media de los últimos años”. Señaló que “durante todo el ciclo del cultivo estuvo en torno de los US$ 300 por tonelada, lo que permitió que la media general fuera buena”. 

“Sobre el final de la cosecha los valores ajustaron a la baja”, al contrario de lo que ocurre normalmente, llevando a que entrando marzo todavía quede un “volumen abierto, que se ubica en torno del 10%”, comentó. 

Antenucci recordó que se llegó a cosecha con un volumen de fijación de precios cercano al 40%. “En cosecha se avanzó fuerte, pero aún queda ese porcentaje de producción abierto. En esta zafra. El precio de fijación promedio de la cebada recibida fue de US$ 290 por tonelada, unos US$ 30 por encima de la media de la zafra anterior”. A eso hay que sumarle “el plus de proteína en los casos que aplicó” y también remarcó que en esta zafra los descuentos por residuos totales fueron “mínimos, casi insignificantes”.

En esa línea, sostuvo que el 80% de la cebada recibida tuvo bonificación por proteína, “un volumen importante”, dijo. Señaló que los materiales nacionales, que “habitualmente no reciben bonificaciones porque no llegan o se pasan de los valores de proteína comprendidos, este año las recibieron en un volumen importante”. En tanto, las variedades europeas “si tienen una proteína que ingresa dentro de los parámetros establecidos, siempre bonifican”.

El plan comercial de Ambev en 2022 marcaba que para la cebada nacional la bonificación en proteína comenzaba en US$ 4 por tonelada y podía llegar hasta un máximo de US$ 7,5 por tonelada; mientras que las variedades europeas comenzaban con una bonificación de US$ 5 y el máximo podía llegar hasta US$ 17 por tonelada, acotó. 

Sostuvo que la zafra pasada fue “muy particular” por las condiciones climáticas, porque “si bien hubo productores que no alcanzaron la bonificación, no fue por falta de fertilización o mal manejo”. 

Antenucci destacó que, a nivel general, “el productor utiliza cada vez mejor la tecnología y es más eficiente”. A su vez, “conoce mejor las variedades, y sabe cuándo es el mejor momento para aplicar, lo que redunda en mejores resultados productivos. Y todo esto se ve reflejado en los rendimientos que se van logrando”.

La próxima zafra

Por último, la gerente agronómica de Ambev dijo que aún no está definida la política comercial para esta nueva zafra, y adelantó que “el objetivo es llegar a mediados de marzo con la propuesta en el mercado”. 

Sobre la superficie proyectada para la nueva zafra, indicó que la compañía tiene un área base de referencia, que se ubica en 115.000 hectáreas. “Con eso aspiramos a lograr una producción de cebada que permita satisfacer la demanda de las dos malterías. De allí para arriba no hay un tope, porque Uruguay es competitivo para producir y contamos con malterías en la región que pueden absorber ese excedente de cebada”, concluyó la gerente agronómica de Ambev.

Nota de Revista Verde N°106. Edición Aniversario 

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