Tras baja en 2022, las exportaciones forestales aumentarán a US$ 3.500 millones en 2023, estimó director del MGAP
Por la baja en la exportación de rollizos de madera de pinos a mercados tradicionales, como Asia, el sector forestal “en 2022 movió unas 17 millones de toneladas”, en lugar de “18 millones” como sucedió en años anteriores, pero “en 2023 está previsto un aumento del movimiento de ese tipo de madera para llegar hasta 23 millones y luego a 25 millones de toneladas” en años venideros, estimó el titular de la Dirección Forestal del Ministerio de Ganadería (MGAP), Carlos Faroppa, en el programa Punto de Equilibrio en Carve y en revistaverde.com.uy.
Dijo que el año pasado “los precios estuvieron estables”, a excepción del valor de “la celulosa que creció”, y en monto las exportaciones se incrementaron por efecto de ese aumento en ciertos valores; mientras que los destinos más importantes fueron Europa, en primer lugar, y Asia, segundo.
El monto de las exportaciones forestales creció “entre 4% y 5%, para alcanzar prácticamente US$ 2.500 millones”, lo que muestra la tendencia al alza en esos negocios porque aumentan los volúmenes y la canasta de productos, y “al cierre de 2023 ascendería a unos US$ 3.500 millones”, calculó.
Destacó que “en 2022 las exportaciones de pasta de celulosa de Uruguay llegó a un volumen de 2,7 millones de toneladas”, y “en 2024 es probable” que se alcance la meta de sumar 1 millón más de toneladas, considerando el peso de la nueva planta de celulosa de UPM en Paso de los Toros.
Otras producciones con nuevas inversiones con proyectos en Rivera y en Tacuarembó de aserraderos, de industrias de eucaliptos y de pinos, y de pymes que están entrando en un proceso de actualización, así como “la fase de construcción de un fábrica de tableros laminados en Treinta y Tres, otra de láminas de madera de eucaliptos y la inversión de la empresa Lumin en un planta de laminados, en Melo, afirmó.
Calculó que entre 2023 y 2024 el monto de ese grupo de inversiones es de unos US$ 400 millones en aserraderos e instalaciones industriales.
La producción de madera, medida en área, la superficie creció 1%, entre 12.000 a 20.000 hectáreas, dependiendo el año, pero cada área que se exporta luego se reforesta, con una diferencia en la innovación tecnológica empleada, sostuvo.
Faroppa también se refirió a las certificaciones ambientales vinculadas a las reglamentaciones de algunos mercados, como Europa, respecto a la decisión de no adquirir productos de países donde hay deforestación.
Habló sobre el objetivo de la administración de gobierno de avanzar en la creación de un sello de país libre de deforestación a nivel nacional, además de valorar la importancia de los compromisos ambientales asumidos por Uruguay en la emisión de bonos soberanos.
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