twitter

twitter
Actualidad

El nuevo punto de equilibrio de los sistemas agrícola-ganaderos, en un contexto de altos precios y costos subiendo

12 de mayo de 2022

El escenario del negocio agrícola-ganadero presenta precios récord, una importante suba de costos y un panorama con incertidumbre

La integración agrícola-ganadera “es vital y necesaria”, planteó Alberto González, director de Frigorífico Las Piedras. El empresario fue uno de los expositores en la conferencia denominada El nuevo punto de equilibrio del negocio agrícola-ganadero, realizada con la organización por Agromotora Flores, con el patrocinio de revista VERDE y Punto de Equilibrio, de radio Carve. 

González señaló allí que la gestión de la empresa agropecuaria “se tiene que dar con muchísima profesionalidad”. Planteó que en otras circunstancias hasta podría haber un componente especulativo, pero “hoy no nos podemos dar ese lujo, tenemos que dar cada paso con la eficiencia y competitividad que el mundo requiere, para tener rentabilidad”.

El empresario cárnico sostuvo que este “es un momento para analizar si hay cosas que vinieron para quedarse o no”. En tal sentido, planteó que “el aumento de costos es muy difícil de erradicar”, y advirtió que “fácilmente se podría llegar a erradicar el optimismo del mercado internacional”, y llamó a “ser cautos”. 

Destacó que la integración agrícola-ganadera “es vital para la industria frigorífica, que reclama más producción; y sin la agricultura se hace difícil aumentar la producción”. 

González admitió que los actuales precios “eran imprevisibles por todos, pero están. No podemos decir que no son reales, pero la demanda debe mantenerse firme”. Alertó que “cuando uno está tan alto es posible marearse. Con estos precios tan altos no estamos cómodos, y caerse sería un suicidio”. 

Pero más allá del temor general de que este ciclo de precios se revierta, el director de Frigorífico Las Piedras destacó que “hay un balance saludable; el mundo requiere nuestro producto y eso nos da cierta seguridad. Si bien se exporta 60% a China, el otro porcentaje va a otros mercados, y si China baja la demanda la carne se podrá colocar en otro destino”.

Por otra parte, planteó que “Uruguay tiene un gran problema, que no lo tienen nuestros vecinos: dependemos de la exportación. Si mañana hay un nuevo problema de covid, Brasil tendría menos consecuencias que Uruguay”.

González llamó a “no quemar todos los cartuchos. Estamos viviendo un momento que nadie pensaba. Aprovechémoslo, hagamos más y mejor en base a eso. Para contar con mejores opciones si mañana hay un problema en el mercado internacional”.

Nicolás Martínez, director de Agromotora Flores, fue en el mismo sentido y planteó “capitalizar el momento, crecer hacia adentro, ser más profesionales, invertir para soportar una baja de precios. El paradigma es crecer hacia adentro”. 

Sostuvo que la planificación “se tiene que mantener, la integración agrícola-ganadera es casi irrefutable en los sistemas uruguayos, porque le da estabilidad al sistema. Al sistema agrícola lo soporta la ganadería, porque es un negocio más seguro”.

Por su parte, Marcos Uranga, gerente de Louis Dreyfus Company Uruguay, afirmó que “es clave que la relación agrícola-ganadera esté madura y equilibrada, porque genera oportunidades. Pasa con el maíz, los forrajes, la suplementación con trigo, cebada. Es una suma para los dos”. 

Planteó “apuntar a que eso siga existiendo”, porque “el productor que tiene más diversificada su cartera tiene más posibilidades de financiamiento”, además de la posibilidad de poder enfrentar mejor los problemas que puedan ocurrir.

Crecimiento ganadero

Alberto González destacó que la ganadería “está enfrentando uno de los momentos de mayor crecimiento en la historia, con una estabilidad total del stock ganadero, no hay un desbalance, y hay un aumento en la producción de carne. Eso es elocuente y demuestra que vamos por buen camino”. 

Afirmó que “el mercado internacional está muy ávido de cualquiera sea el producto en carne bovina que pueda ofrecer Uruguay”, ya sea de animales terminados a pasto como a granos, para consumo directo en cortes o carne para manufactura. “La máquina está andando y depende de nosotros cómo podamos usufructuar de estas circunstancias”, dijo. 

También destacó que la ganadería está “un poco más lejos del techo, y me temo que eso nos puede hacer propensos de que la producción ganadera no tenga un límite. La ganadería tiene un potencial muchísimo mayor”. 

Por otra parte, señaló que las actuales circunstancias de volatilidad en los mercados favorecen a la ganadería respecto al negocio agrícola, ya que los ciclos ganaderos, por ser más lentos y tener riesgos diferentes, hacen que el atractivo de la producción de carne sea más estable. 

Además, el empresario planteó que “la volatilidad y falta de competitividad conspiran contra la inversión y el buen manejo de la empresa agropecuaria”.

Y planteó como “un capítulo especial” la inserción internacional de Uruguay. “Tenemos un mercado de destino atomizado en cuatro continentes. Es importante que para llegar a ese techo el gobierno de turno, las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores o promotores del producto hagan un trabajo incesante en inserción a los mercados”. 

Insistió en que “no tenemos chances de crecer sin negociaciones en los mercados de destino, para que la producción ganadera tenga un destino adecuado en materia de competitividad”. 

El capital de la ganadería uruguaya

El director de Frigorífico Las Piedras destacó que la ganadería de Uruguay “tiene un gran capital”. En ese sentido, destacó primero que el país cuenta con “las mejores tierras aptas para la ganadería”, además del “clima, topografía y por cómo son nuestras tierras; y también tenemos agua”. 

Por otra parte, subrayó que “Uruguay llevó adelante, en 400 años, un proceso de mejoramiento genético, que se lo debemos a productores muy pujantes”. 

Destacó que esas dos ventajas comparativas permiten a Uruguay “ofrecerle al mundo una carne de calidad, dependiendo del mercado de destino, porque no es lo mismo la calidad que requiere el mercado chino, el europeo o el americano”. De todos modos, destacó que el promedio de toda la carne uruguaya que se requiere en el exterior impulsó el aumento del porcentaje de extracción. “Si ese porcentaje de extracción va aumentando, sin detrimento del stock ganadero, trae una baja en la edad de faena”, valoró.  

Destacó el hecho de tener “buenas razas, genéticamente apropiadas, las mejores tierras, la mejor agua, los mejores recursos ganaderos y la capacidad de los productores”. 

Agregó que es importante conseguir un producto joven, con la terminación adecuada, dependiendo del nicho y ubicación de cada empresa. A propósito, señaló que hay mercados muy diversos para los distintos productos cárnicos, a diferencia de lo que ocurre con la soja, que es considerado prácticamente un solo producto. “Hay oportunidades para todos, de producir lo que el mundo demanda”, destacó.

Consultado por el tipo de ganado que demanda la industria frigorífica uruguaya, González dijo que “la respuesta es sencilla: bueno, bonito y barato”, generando risas entre los presentes. 

Sostuvo que “la sustentabilidad es más importante que el tipo de novillo que necesito. Ahí hay un gran debe. Hay que trabajar con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), con el Instituto Nacional de Carnes (INAC) a nivel de producción, para demostrarle al mundo que la carne que produce el país es sustentable”. 

Planteó que si bien hay algunas iniciativas privadas puntuales, “hay que poner un paraguas amplio, para que no solo sea un contenedor con carne carbono neutro. Uruguay se permite un estudio completo, para englobar a la mayoría de la carne que produce, por ser carbono neutro. Somos la antítesis de lo que es la región. En Europa se imaginan una deforestación salvaje en el Mercosur, sin embargo Uruguay es el mejor de la clase en ese aspecto, y hay que demostrarlo y capitalizarlo”.

Consolidación de la agricultura

Si bien en un principio “hubo recelo de cómo encajaría la agricultura con la ganadería, hoy vemos que los dos rubros están competitivos, tienen buenos márgenes y se complementan. Son dos modelos muy balanceados”, destacó Marcos Uranga, gerente de Louis Dreyfus Company Uruguay, empresa que se instaló en el país hace 20 años, convencida de que crecería la demanda de oleaginosas por parte de China, algo que finalmente se confirmó.

Uranga destacó el esfuerzo de los particulares para consolidar la producción agrícola, así como del gobierno, que invirtió en infraestructura. Recordó que en aquel entonces las buenas rutas en Uruguay eran las de norte a sur, pero no las transversales. “Todo eso se fue gestando, ayudando a lograr lo que tenemos. Hoy tenemos tres productos de invierno. Cuando hay un mercado volátil es importante tener más opciones de diversificación”, destacó. 

El ejecutivo remarcó que en Uruguay se produce un mayor volumen de granos y se utilizan herramientas financieras para asegurar márgenes. “Fue impresionante la evolución, que se logró por la capacidad de adaptación del productor uruguayo. El panorama es muy bueno, hay un mercado invertido y hay que ver cómo vender la producción de la mejor manera para tener márgenes adecuados”, agregó en las semanas previas al inicio de la cosecha de soja.

Recomendó diversificar las ventas, calzar la producción, y advirtió que si bien no habrá problemas de abastecimiento de fertilizantes, podría haber algunos problemas puntuales para acceder a esos productos debido a la guerra entre Rusia y Ucrania, que son grandes productores. 

Comentó que inicialmente el conflicto disparó alertas en el mercado de fertilizantes. “Parecía que iban a bajar los precios, pero cuando empezó el conflicto se complicó todo. Hoy hay que ir negociando. No se puede tomar mucha posición, porque puede haber una tregua y esta situación puede cambiar. Por lo tanto, hay que ser muy eficientes en la aplicación de fertilizantes, no aplicar lo mismo en todo el lote, para que la rentabilidad sea la mejor”, dijo. 

Uranga analizó que el mundo actualmente “es más volátil, tiene restricciones de oferta y demanda. Los países que importan trigo y aceite sobreimportan, por las dudas”. Así mismo, “los países exportadores tienen cautela para no quedar desabastecidos en sus mercados internos”. 

Advirtió que “Uruguay tiene que cuidar los flujos”, porque “la logística se empieza a tensar, y donde se desajuste se genera un problema de costos”. 

Otro aspecto que planteó Uranga en la conferencia fue el de la sustentabilidad, y dijo que “vino para quedarse”. A propósito, señaló que Europa exige soja y colza sustentables, y hacia allí hay que ir para valorizar el producto.

Entre las ventajas competitivas de la agricultura uruguaya frente a los demás países, fundamentalmente de la región, el gerente de Louis Dreyfus Company destacó la cercanía al puerto y el menor uso de fertilizantes. Señaló que Brasil tiene grandes distancias y que necesita mucho potasio. También destacó al aceite de la canola uruguaya y el acceso a los mercados sustentables, que pagan un premio por este tipo de productos. 

Un momento histórico

“Se está viviendo un momento histórico, donde todo vale, la carne y los commodities agrícolas”, destacó Martínez en la conferencia. El director de Agromotora Flores agregó que “entramos al verano con un pronóstico de Niña, pensábamos que sería un mal año, pero la situación se revirtió y hoy hay buenas expectativas para la cosecha de soja”. 

Pero llamó a no perder la cautela, al tiempo que remarcó que la integración de los sistemas agrícola-ganaderos “es fundamental”.  

Además, valoró que la agricultura hoy está más concentrada en empresas locales, de menor porte que las grandes empresas que dominaban la agricultura en el ciclo anterior de precios altos. “Esto es más sano”, consideró Martínez, al tiempo que valoró que estas empresas están integradas con la ganadería. 

El empresario de Flores llamó a “aprender de los errores de aquella época, cuando la locura de los altos precios provocaron aumentos de los costos de las rentas. Se canibalizó el negocio. Hay que afinar la cuenta, porque no hay margen de error”, dijo. 

Insistió en que si bien en la empresa son optimistas en relación a la cosecha que está por comenzar, “también tratamos de transmitir cautela y aprender de los errores de otros momentos”.

Recordó que este es el segundo año con muy buenos valores de soja, pero el resultado de la campaña pasada fue muy malo y no permitió capitalizar esos precios. Por otra parte, repasó que las últimas dos campañas de invierno “fueron muy buenas”, pero a esos resultados positivos se los llevó la mala zafra de verano. 

De todos modos, destacó que “el productor viene capitalizando los buenos años porteras adentro. Hoy el productor crece hacia adentro, es cada vez más empresario y profesional. Creo que se aprendió de los errores pasados”.

Martínez estimó que esta será una buena zafra de verano para concretar y capturar buenos precios. Además, señaló que la planificación de invierno está casi cerrada. Planteó que puede haber algún cambio si se complica la siembra, pero afirmó que “el productor no va a hacer malas implantaciones”. 

Consideró que solo las condiciones adversas pueden hacer que el área se reduzca. Descartó que el alto costo de los insumos afecte la intención de siembra, porque “la rotación está armada y los precios son muy buenos”. 

Nota de Revista Verde N°100

6 - 00:07