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China prevé importar menos soja, OCDE y USDA marcan lo contrario

9 de diciembre de 2024

El organismo internacional estima que las compras del gigante asiático crecerán 10% y el estadounidense prevé 30%, pero el gobierno de Xi Jinping proyecta una caída del 20%.

China es considerado el principal importador mundial de alimentos y commodities agrícolas, y desempeña un papel central en el comercio internacional de estos productos. El marcado crecimiento económico del gigante asiático ha fortalecido la demanda de muchos productos de origen agropecuario en las últimas décadas, dada su importancia en el comercio internacional de productos del agro y su relevancia. 

Los planes de China de incrementar su producción agrícola y sus potenciales objetivos de autoabastecimiento hacen aún más relevante analizar las perspectivas de ese país asiático en la próxima década, señala un análisis publicado por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), elaborado por Natalia Marín, Guido D’Angelo y Emilce Terré.

Allí se destaca que en 2023 el área sembrada en China alcanzó 119 millones de hectáreas y la producción de granos totalizó 695 millones de toneladas (Mt), de acuerdo con información que publicó el Ministerio de Agricultura y Asuntos Rurales de China, a través del Sistema de Monitoreo Agrícola y Alerta Temprana de China (Cames). No obstante, se espera que la producción de granos alcance 704 Mt en 2024, más de 738 Mt en 2028, y que supere los 766 Mt en 2033. 

El consumo de granos en 2023 totalizó 817 Mt. El de maíz aumentó casi 3%, y el de soja 2,5%. Por su parte, las importaciones de granos crecieron 11% el año pasado, alcanzando 163 Mt, volumen que representa el 20% del consumo total de granos. Los principales productos importados fueron: soja (61%), maíz (16,6%), trigo (7,4%), cebada (6,9%), sorgo (3,2%) y arroz (2,3%).

El Cames anticipa que habrá una disminución en el comercio total de granos hacia China entre los años 2024 y 2033. Se espera que las importaciones de granos del gigante asiático disminuyan desde un estimado de 141 Mt en 2024 a 116 Mt en 2028 y 110 Mt en 2033, lo que representa una reducción del 30% en la próxima década.

SOJA

El gobierno chino proyecta que la producción de soja en el gigante asiático llegue a 21,5 Mt en 2024, totalizando 29,4 Mt en 2028 y 35,6 Mt en 2033, lo que representaría un aumento del 50% en la próxima década. En contraste, se espera que el consumo de soja crezca a un ritmo mucho más moderado, pasando de 110 Mt en 2024 a 112 Mt en 2028 y 113 Mt en 2033, con una modesta tasa de crecimiento proyectada del 0,3% anual. 

Con este escenario de crecimiento en la producción nacional y estabilidad en el consumo, el Cames espera una reducción en las importaciones de soja, de 91 Mt en 2024 a 81 Mt en 2028, y 79 Mt en 2033. Esto representaría una caída de 20% en la próxima década. 

Sin embargo, las proyecciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), y por otra parte el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su sigla en inglés) resultan menos optimistas en cuanto a la autosuficiencia de China en la producción agrícola, y anticipan un crecimiento continuo en las importaciones. El contraste entre ambas proyecciones puede radicar en la consideración del objetivo del gobierno chino de aumentar la autosuficiencia en granos, acota el informe.

No obstante, alcanzar esas proyecciones está sujeto y limitado a los recursos de tierra y agua, la frecuencia creciente de eventos climáticos extremos y el aumento en el consumo de carne, que impulsa las importaciones de granos para consumo animal. 

Más aún, el desempeño de los sistemas productivos de China será esencial para definir los niveles de importación que cubrirán el remanente de consumo. Para ello serán necesarios saltos de productividad y crecimiento en la incorporación de tecnología. 

Otros factores también son relevantes a la hora de definir estas proyecciones: la declinación demográfica de China, el calentamiento global, potenciales tensiones geopolíticas y restricciones comerciales, cambios en dietas, entre otros (Rouzi, 2024).

En 2023 las exportaciones de soja a China alcanzaron un récord, acercándose a 100 Mt. La relación entre Brasil y China ha mostrado una tendencia de fortalecimiento, con el gigante asiático absorbiendo más del 70% de las exportaciones de soja de Brasil. Esto representa un desafío competitivo para otros exportadores.

Resulta importante destacar que los principales proveedores de soja del país asiático son Estados Unidos y Brasil, seguidos por Argentina. En los últimos años Brasil ha mostrado un crecimiento significativo en su producción de soja, aumentando fuertemente su participación en el mercado chino. 

La expansión del comercio mundial de soja está directamente vinculada con el menor crecimiento previsto de la molienda en China y sus importaciones, que se prevé que crecerán 0,8% anual hasta llegar a cerca de 110 Mt para 2033 (por debajo del 2,8% anual en 2014-2023), es decir, cerca de 61% de las importaciones mundiales de soja, señala el análisis de OCDE-FAO. A la vez, el USDA proyecta que la demanda china llegará en 2033 a 138 Mt.

Brasil es el mayor exportador mundial de soja, con un crecimiento estable de su capacidad exportadora, y se prevé que represente 56% del total de exportaciones mundiales en 2032.

CARNE VACUNA

Las perspectivas del Cames proyectan que la producción total de carne en China alcanzará 96,7 Mt en 2024. Del total de la producción cárnica china, 59% es porcina, 27% aviar, 8% bovina, y el 6% restante corresponde a otras carnes.

Mientras tanto, el consumo de carne espera elevarse a 101 Mt, de acuerdo con datos oficiales del gobierno chino. Con esta perspectiva productiva y de consumo, las importaciones de carne se acercarían a 6 Mt este año. Y el consumo de carne vacuna se acercaría a 10,2 Mt, mientras que las importaciones totalizarían 2,7 Mt en 2024.

La expectativa de importaciones de carne vacuna es optimista de manera unánime. Sin embargo, entre proyecciones hay diferencias en los niveles de crecimiento. Las importaciones de carne vacuna a China esperan ser 16% más altas en 2033, desde los niveles de 2023, de acuerdo con los datos del Cames, para llegar a 3,1 Mt. No obstante, las perspectivas de la OCDE–FAO y del USDA proyectan tasas de crecimiento más amplias, de 48% y 44%, para llegar a 4 Mt y 3,9 Mt en 2033. Al igual que en el mercado de la soja, los principales exportadores son Brasil y Estados Unidos.

UN CONSUMO MÁS DIFERENCIADO

Está en marcha una creciente “descomoditización” del intercambio global de agroalimentos. Ya hay más de 70.000 empresas estadounidenses invirtiendo y operando en China, y de ellas más de 20% son agroalimentarias, señala un análisis de Jorge Castro, en Clarín Rural.

Allí marca que ADM es una de las cuatro grandes transnacionales del comercio mundial de granos, y en esa condición es una de las principales exportadoras al mercado chino, que constituye el eje del intercambio global de commodities agrícolas. 

ADM vende granos a China a través de dos modalidades: en forma directa, transportando las cargas desde Estados Unidos a la República Popular, o mediante acuerdos estratégicos con grandes empresas importadoras, que luego los venden y los distribuyen en su gigantesco mercado interno, cuyos centros de consumo están desplegados a lo largo y ancho de su inmenso territorio de más de 9 millones de kilómetros cuadrados.

En los primeros nueve meses del año ADM suscribió acuerdos con grandes importadores por más de U$S 3.000 millones, que se duplicarían en los próximos seis meses.

Castro agregó que la trasnacional estadounidense advirtió que el mercado chino de consumo cambió de naturaleza, y que irrumpió una poderosa clase media de unos 500 millones de personas que disponen de ingresos comparables a los norteamericanos (de U$S 35.000 a U$S 45.000 anuales), y eso modifica las pautas de consumo del mayor mercado del mundo.

Lo que está en marcha, en suma, es una creciente “descomoditización” del intercambio global de agroalimentos, y la aparición en gran escala de un mercado de productos diferenciados, de elevados precios, y preferentemente de marcas.

Ahora ADM, y las otras grandes trasnacionales de los alimentos, se dirigen a satisfacer este nuevo mercado de consumo, y disponen para eso de una pluralidad de marcas –ya sean propias o adquiridas– en el mercado global. Esa es la tendencia de fondo del mercado chino en los próximos 10 o 15 años.

Conviene advertir que hay más de 70.000 empresas norteamericanas invirtiendo y operando en China, y de ellas más de 20% son agroalimentarias, muchas pequeñas y medianas, que venden productos como tomates secos, aceitunas y cerezas frescas, y lo hacen con sus propias marcas.

En el mercado chino, debido a sus gigantescas dimensiones, el concepto de nichos debe ser utilizado con un criterio restrictivo. Por ejemplo, los tomates secos tienen un mercado potencial de 70 a 80 millones de consumidores, y la principal limitación de una compañía pequeña o mediana suele ser la falta de capacidad productiva suficiente para atender a la demanda.

En 2019, el año previo a la pandemia, China tuvo el mayor nivel de consumo del mundo (US$ 7,9 billones); y luego, con el Covid-19, cayó a menos de la tercera parte.

Castro remarca que el dato estratégico a retener es que mantuvo intacta su fenomenal tasa de ahorro doméstico del tipo individual, que ascendió a U$S 4,2 billones; y con posterioridad este ahorro individual comenzó a volcarse nuevamente al consumo, en un proceso de creciente movilización que todavía está en marcha.

El consumo de la nueva clase media crece al mismo ritmo que el alza del ingreso per cápita (8,1% anual), pero con la particularidad de que su capacidad de gasto libre –después de satisfacer la necesidades de vivienda, alimentación y salud– se expande 15% por año. Esto es lo que convierte a China en el principal mercado de consumo del mundo, sobre todo en materia de agroalimentos.

Nota de Revista Verde N°118

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