Carrera: “El productor es el motor de la agricultura y hay que protegerlo”
Marcos Carrera, director de Bayer Crop Science, opinó que “lograr mejores resultados con menos opciones químicas seguirá siendo un desafío en los próximos años”
Hay que “sacarse el sombrero ante el productor, por su vocación y cómo sigue empujando, incorporando tecnología, buscando alternativas, demandando opciones para generar el resultado pero del lado productivo”, comentó a VERDE el director de Bayer Crop Science Uruguay, Marcos Carrera, al ser consultado sobre la evolución del sector agrícola durante los últimos 15 años en Uruguay.
Puntualizó que “eso pasa desde el lado de las variedades, los híbridos, las opciones de manejo, los fertilizantes, ni que hablar de la maquinaria y todo lo que hace a la gestión productiva. El motor del sector es el productor, que es el que toma el riesgo, el que toma las decisiones, y ese motor se tiene que proteger”.
Consultado sobre los elementos que pueden ayudar a minimizar la volatilidad productiva, Carrera planteó que “enfrentar a los detractores de rendimiento es un tema que está cada vez más arriba de la mesa, donde el manejo de insectos, enfermedades y malezas resistentes, se debe encarar con una oferta de moléculas cada vez más acotada, producto de las exigencias de los mercados en los límites máximos de residuos que los mercados aceptan o toleran”.
Enfatizó que “eso está acotando cada vez más la oferta, y desafiando a las empresas proveedoras y a los productores para apuntar a un manejo integral, y las respuestas están ocurriendo”. A propósito, dijo que “los cultivos de servicios para contrarrestar la problemática de malezas, la rotación de principios activos y otras opciones de manejo diferentes, son realidades que todavía no están generalizadas al 100% del área; pero han ido creciendo fuerte, el productor uruguayo las incorporó y va avanzando”.
En ese sentido, Carrera señaló que “en los próximos años vamos a seguir teniendo el desafío de lograr mejores resultados con menos opciones químicas. Se irá incrementando la oferta de otras opciones, ya sea mecánicas, culturales, tecnológicas, para el manejo de las diferentes situaciones. Pero hay que seguir en la línea de la profesionalización de la gestión, en este caso de los problemas de los cultivos”.
Carrera comenzó su análisis enfatizando en que “la agricultura ha cambiado muchísimo”, en los últimos 15 años. “No solo ha crecido mucho en área de cultivos, sino que se amplió la diversidad de cultivos que integran la paleta que el productor hoy siembra. Se elevaron los rendimientos promedios en todos los casos y se incorporó muchísima tecnología”, destacó.
Sobre los aspectos que siguen en él debe, analizó que se tiene “una alta dependencia de un par de mercados para nuestra oferta productiva”. Y desde el lado de la producción de los diferentes granos, “aún nos queda avanzar mucho con el maíz, primero para lograr el autoabastecimiento y luego consolidar el negocio de la exportación. Volvernos más exportadores que importadores como somos hoy”, comentó.
En soja dijo que “el objetivo debería estar en estabilizar pisos de rendimiento un poco más altos, que permitan un área más sustentable”. Y en el aspecto tecnológico, planteó que “se debe continuar con el proceso de ampliación de la superficie bajo riego, para seguir elevando los pisos de rendimiento y bajar la volatilidad interanual de los cultivos”.
En resumen, consideró que lo ocurrido en estos últimos 15 años en la agricultura uruguaya “fue realmente muy positivo”, porque “hubo un crecimiento muy fuerte”, indicó.
Carrera destacó que el sector “se ha profesionalizado mucho en la gestión”. Señaló que “pasamos mucho más del productor o el técnico, agrónomo, asesor, a un empresario. Realmente el productor hoy está obligado a ser un empresario. Y técnicos que son mucho más que un agrónomo que recorre cultivos”. Y también resaltó que el flujo de información “es mucho más alto, hay más acceso, lo que permite mejorar la toma de decisiones”.
Carrera puso el rol de la biotecnología y la genética dentro del análisis del progreso tecnológico registrado en el sector. “Todo el grupo de la tecnología asociada a los diferentes cultivos ha crecido fuertemente. De hecho la incorporación generalizada de biotecnología es un fenómeno de estos últimos 15 años”, resaltó el ejecutivo.
Recordó que “el primer evento biotecnológico se autorizó en el año 1997 para cultivo de soja y la siguiente habilitación fue en 2003 para maíz. Después, la mayor cantidad de lanzamientos y la gran ola biotecnológica vinculada a la agricultura se registró a partir del 2008/09, lo que fue rápidamente incorporado por el productor, redundando en el gran salto productivo que tuvo el sector”.
Nota de Revista Verde N°106. Edición Aniversario