La calidad y producción de forraje ponen a la alfalfa en el menú local
Buscando cambiar una cultura que estaba más enfocada en la producción de materia seca en el invierno, Gentos viene desarrollando su proyecto “La revolución de la Alfalfa”
La calidad y producción de forraje ponen a la alfalfa en el menú local. Buscando cambiar una cultura que estaba más enfocada en la producción de materia seca en el invierno, Gentos viene desarrollando su proyecto denominado La revolución de la alfalfa. Juan Pedro Martínez, gerente de Abastecimiento, Investigación y Desarrollo de Gentos, informó a VERDE que la empresa puso en marcha un programa genético enfocado en alfalfa, basado en tres premisas: persistencia, sanidad y calidad.
“Con las técnicas de manejo actuales, la alfalfa se ha vuelto más accesible y rentable para los productores, ofreciendo beneficios significativos en términos de calidad y producción de forraje a largo plazo”, comentó. Un diferencial de Gentos respecto a otras empresas del mundo y de la región “es la selección genética, que se hace siempre sobre pastoreo, algo que tiene un impacto muy significativo en el resultado que se obtiene”.
Planteó que “si comparamos alfalfas seleccionadas por corte, como por ejemplo la Chaná, vemos que no persisten más de dos o eventualmente tres veranos”. Sin embargo, “con el progreso genético y la selección sobre pastoreo, se logra mucha más estabilidad y persistencia a lo largo de los años. Con un nivel de supervivencia en el cuarto verano muy por encima de Chaná”, confirmó.
“Es un gran diferencial, que impacta en el bolsillo del productor, porque se abarata sustancialmente el kilo de materia seca producido y a nivel país la producción de carne o leche puede aumentar significativamente”, aseguró.
En Uruguay Gentos cuenta con Nobel 620, una alfalfa de grupo 6 y Latte 920, un grupo 9, sin latencia invernal. “En el primer año ninguna de las dos se despega en producción de materia seca respecto a los mejoramientos locales seleccionados por corte. El despegue en producción y persistencia se observa a partir del tercer y cuarto año, ahí es evidente. Son materiales muy sanos y no tienen problemas frente a insectos como el pulgón”, confirmó Martínez. Además, destacó que el programa “es muy robusto y consistente”, por lo cual se irán sumando materiales superadores frente a los que están en el mercado”.
Gentos está haciendo foco en el manejo del pastoreo. “En alfalfa estamos llevando a cabo el sistema 8-14, donde pastorea a 8 nudos, salvo en otoño, cuando la recomendación es de 14 nudos. La alfalfa en otoño genera sus reservas y las lleva a la raíz”, explicó. Por eso, dijo que “se precisa ese descanso, para que el cultivo pueda acumular reservas, mantenerse durante todo el año o salir de la latencia”. Al manejar la alfalfa por nudos y no por porcentaje de floración “estamos levantando la eficiencia de cosecha y la calidad del bocado”, detalló.
El gerente de Gentos puntualizó que “muchas veces se piensa que es mejor dejar pasar la alfalfa, para comer un poco más de tallo y evitar problemas de meteorismo, pero cuando se ven los remanentes de una alfalfa comida que está pasada, lo que se observa es solo tallo que el animal rechazó”.
Sostuvo que “el animal siempre va a comer comida de calidad y cuando uno pasa a comidas de entre 7 y 9 nudos, también está comiendo tallo de calidad e indirectamente reduciendo la posibilidad de meteorismo”.
Con la alfalfa en la base forrajera del Uruguay, “históricamente el país ha buscado solucionar los problemas del invierno, por lo cual se cuenta con raigrases y festucas de altísima producción y calidad”, agregó Martínez. “Pero ahora los veranos nos están complicando. Por esta razón Gentos está poniendo mucho esfuerzo en tratar de mitigar el impacto y aumentar la producción de fotosíntesis en el verano. Las pasturas se mueren por temperaturas altas, independientemente de si llueve o no, la única que resiste más esas condiciones es la alfalfa”, dijo.
En la medida que “se la agregue al sistema, independientemente de que sea lechero o ganadero, el potencial que se genera a nivel del productor e incluso a nivel país es altísimo”, sostuvo.
Explicó que el proyecto Alfalfa de Gentos “busca cambiar una cultura que estaba muy enfocada en la producción de materia seca en invierno, equilibrándola con más producción en verano”. Señaló que esto “no significa que haya que usar alfalfa pura, porque obviamente es un riesgo. Hay mezclas sumamente productivas y muy buenas, que incluyen dactylis, festucas mediterráneas o incluso falaris, que generan un complemento muy bueno. Gentos es pionero, porque desde hace 10 años comercializa blends con estas mezclas”.
Martínez dijo que la frontera del uso de la alfalfa también se está corriendo. “Cada vez hay más productores tecnificados y con más frecuencia se habla del pastoreo en franjas o rotativo, así como del agua en la parcela. En la medida que eso se vaya expandiendo, el factor riesgo del meteorismo, que quizás puede causar un poco más de temor, irá disminuyendo. Hoy existen más herramientas que facilitan el uso de la alfalfa. La inversión en semilla, que es un costo menor en una pradera, se paga en el primer año por aumento de producción, y se diluye muchísimo su persistencia”, concluyó.
Nota de Revista Verde N°113