Mattos: alcanzar una mejor competitividad en aves y cerdos es clave para lograr el desarrollo
El ingeniero agrónomo Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca en entrevista con la revista uruguaya Aves y Cerdos destacó las oportunidades que tienen la carne aviar y porcina de aumentar la producción e incrementar las exportaciones
¿Qué políticas de promoción en la producción de cerdos se están llevando adelante?
La promoción de la producción es articular con el sector privado. Básicamente todos sabemos que en Uruguay se ha reducido y ha caído mucho la producción porcina. Hay una Asociación Uruguaya de Productores de Cerdos (AUPC) cuyo brazo comercial es la Cooperativa Agraria Limitada Uruguaya de Productores de Cerdos (Caluprocerd), que está buscando distintos proyectos de inversión. Algunos ya se vienen concretando, como el caso de la compañía española Vall Companys, que se instaló en Uruguay con un proyecto que busca generar sistemas productivos modernos, de alta calidad y con una genética especial. Así que creo que, de la mano de una compañía de alto nivel, de alto rendimiento y con mucho mercado en Europa y que exporta a otros destinos como China, se está buscando justamente la modernización de la producción porcina en Uruguay, que hoy se mantiene básicamente produciendo para el mercado interno. La mayoría de la carne con hueso que se comercializa en Uruguay es de producción nacional y evidentemente esa es la ventaja. Pero claramente tenemos que apuntar a transferirle tecnología, se necesitan inversiones y apostar a un nivel productivo de primera categoría para hacer más competitiva la producción porcina. De esta manera se podría competir con un gigante de la producción regional que es Brasil, que hoy es responsable de casi el 90% de las importaciones. Importamos de Brasil buena parte de lo que se consume desde el punto de vista de la industria a un precio muy razonable y también la estrategia de la empresa que viene a invertir en Uruguay es justamente buscar la eficiencia productiva que le permita ser competitivo y que pueda realmente sustituir estas importaciones de Brasil que llegan hoy a muy buen precio.
¿Cuál es entonces la estrategia?
La estrategia es facilitarles a empresas privadas para que puedan invertir con el objetivo de, a partir de un desarrollo productivo, el día de mañana Uruguay pueda ser también eventualmente un exportador. Son etapas que hay que ir cumpliendo. Todavía estamos lejos. Uruguay tiene la capacidad de, por ejemplo, generar un crecimiento de la demanda interna de granos. Eso permitiría agregarle valor y en vez de exportar el grano en bruto, hacerlo como proteína animal de alto valor. En cuanto a la importación de carne de cerdo, ¿está controlada? Hay que emular de alguna manera el trayecto que ha recorrido durante décadas la industria frigorífica uruguaya la cual ha sido absolutamente exitosa en esta experiencia de incursionar en el mercado internacional.
En cuanto a la importación de carne de cerdo, ¿está controlada?
No, en realidad es un mercado libre. La defensa del productor es la carne con hueso. La producción nacional no tiene las condiciones para abastecer la demanda del mercado interno, tanto por un tema de volúmenes como de precios. “La apertura comercial nos permite que los precios se mantengan en niveles razonables y la industria abastecida, sin que esto signifique un perjuicio para la producción. No tenemos ningún motivo sanitario por lo cual impedir el ingreso de esta carne, lo que tenemos que apuntar es a modernizar los sistemas productivos, mejorando la genética, la sanidad, los manejos y las instalaciones, para generar sí una producción más competitiva en el Uruguay. Creo que es un objetivo que se puede alcanzar.
En carne aviar si hay una apuesta a la exportación, ¿cómo se viene trabajando en este sentido?
Con la Cámara Uruguaya de Procesadores Avícolas (CUPRA) hemos trabajado en forma muy cercana ya que tiene el objetivo de transformar la industria avícola en una industria también exportadora. Está mucho más adelantada que la producción porcina. A diferencia de ésta carne, el 90% del mercado interno está abastecido con producción nacional. Algunos cortes ingresan al país en función de autorizaciones de importación que están negociadas hace unos cuantos años, y que regulan, de alguna manera, el ingreso de carne importada. Pero esto, lógicamente, será temporario. La industria se tiene que preparar para ser más competitiva, para ser más eficiente, y para alcanzar mercados que venimos trabajando en conjunto para poder habilitar. También la industria va a necesitar invertir en mejoras de sus sistemas de producción y automatizar más lo que son las industrias. Creo que tenemos un muy buen nivel de producción y con buena sanidad, pero hay que dar el paso para mejorar la calidad del producto y adaptarnos a los requerimientos externos en cuanto a tamaño y a volumen. Existe un mercado muy creciente, ya que es de las carnes que más crece en cuanto a demanda y comercio. Pero, claramente Uruguay tiene que ponerse a tono en materia de competitividad para poder estar presente en el mercado.
¿A qué mercados se está apuntando?
Hoy la industria lo que visualiza es posibilidades de nichos de mercado, ya que todavía no tiene un excedente productivo que le permita exportar grandes volúmenes. Pero sí se puede complementar algunos cortes que en algún mercado se valorizan mucho y que acá en Uruguay van directamente al digestor porque no hay demanda. Ese es el caso, por ejemplo, de las garras que son un producto muy preciado en Asia y que aquí no tenemos costumbre de consumirlo por lo que tienen un valor residual. En ese aspecto es que hemos trabajado junto con el sector privado, avanzando en algunas solicitudes de habilitación como, por ejemplo, con Hong Kong, que es una región autónoma de la República Popular China con casi 8 millones de habitantes, pero que además, recibe millones de turistas. Allí hay una enorme demanda que perfectamente puede calzar como mercado de destino de la producción uruguaya. Ya tenemos habilitado Macao, que es una zona también próxima a la Gran Bahía de la zona de Hong Kong, con enorme desarrollo turístico basado en una infinidad de hoteles y de casinos donde concurren muchos ciudadanos chinos de vacaciones. Evidentemente allí también hay una posibilidad que lentamente se puede abrir como opción de negocio. Primero con Macao y después con Hong Kong, apostamos a ingresar a China con quienes ya estamos trabajando en la lista de productos y con los Servicios Sanitarios locales.
En materia sanitaria ¿Cómo se monitoreó la aparición de la enfermedad de Newcastle en Brasil?
En realidad, el riesgo era muy bajo, pero igualmente se tomaron las medidas preventivas. Hubo constante información sobre la situación por parte de Brasil. Es un evento sanitario que ya está controlado, que se trató de un solo establecimiento, pero que motivó la activación de todos los protocolos sanitarios. Como prevención, el propio Brasil tomó la decisión de auto excluir las exportaciones del estado de Rio Grande por un tiempo prudencial. Uruguay lo tomó de esa manera, pero quedaron habilitado todo el resto de los Estados que no tienen relación epidemiológica alguna con este caso de forma de dar plenas garantías a productores y consumidores.
Uno de los pedidos de CUPRA es crear un área específica en el ministerio para gestionar la agenda del sector. ¿Se ha logrado avanzar en este sentido?
El sector tiene la mesa avícola en el Ministerio que es multidisciplinaria con amplia representación y distintas unidades ejecutoras que allí confluyen. Cada vez que nos han solicitado hemos tenido una respuesta inmediata. No creo que haya necesidad de más ámbitos formales de diálogo. Además hemos sido invitados por CUPRA para conocer sus planes de trabajo estratégicos. Cuando estuve en INAC hicimos también un trabajo de consultoría con expertos internacionales para elaborar la hoja de ruta para el desarrollo del sector avícola. Yo creo que acá es el propio sector privado el que irá madurando y tomando las decisiones en cuanto a los aspectos de inversión, de sanidad, de integración de la cadena, etc. Muchas de estas cosas se vienen haciendo, pero hay que seguir para apostar a una industria eficiente, exportadora y que sea competitiva. El nivel productivo y de equipamiento de la industria todavía está por debajo de los requerimientos internacionales ya que buena parte de ella aún está diseñada para producir para el mercado interno. La industria ha hecho grandes esfuerzos, pero aún resta lograr las condiciones de competencia que requiere el mercado internacional.
¿Entiende que el país tiene potencial para estas carnes?
En el plan estratégico que se elaboró cuando yo estaba en la presidencia de INAC se destacaba la apuesta que tiene el Uruguay al crecimiento productivo del sector cárnico. El plan estratégico establece la meta de que nuestro país pueda producir un millón de toneladas de distintas carnes entre las cuales están la aviar y la de cerdo, además de las más tradicionales como la ovina y la vacuna. Afianzando los sistemas productivos, Uruguay tiene potencial para convertirse en un gran actor, aún más importante de lo que es en la actualidad como oferente de carnes de calidad, sostenibles y nutritivas que son tan necesarias para un aspecto esencial como lo es la seguridad alimentaria. En nuestras últimas visitas al sudeste asiático quedó absolutamente comprobado que existe un enorme potencial para la carne uruguaya en el mercado mundial en la medida que se alcancen los niveles de competitividad correspondientes. La demanda es prácticamente ilimitada, es decir que, la producción de carne que el país pueda generar tendrá su debida colocación.
Nota de la revista Aves y Cerdos N° 1