Agricultura

Regadores van por 15.000 kg/ha de maíz y 5.500 kg/ha de soja

29 de noviembre de 2022

La productividad del cereal bajo riego y en los planteos con altos rendimientos crece entre 300 y 500 kilos por año; y esos sistemas tienen 7% más carbono en el suelo

El maíz “es el cultivo que muestra aumentos más consistentes de rendimiento”, dijo a VERDE  Gastón Sobben, asesor técnico de Regadores Unidos del Uruguay, en el marco del primer Encuentro Nacional de Agricultura Sostenible. Allí consideró que “la apuesta es producir 15.000 kilos por hectárea o incluso más, en chacras con un manejo más intensivo”. 

En la actualidad los productores de Regadores Unidos, con un área que asciende a las 28.500 hectáreas, alcanzan un rendimiento promedio de 11.500 kilos de maíz por hectárea, con picos de 15.000 o 16.000 kilos. Para superar los 15.000 kilos de maíz “son claves el uso y manejo del nitrógeno junto a la genética”, donde “la población a sembrar y la distancia entre hileras, juegan un rol destacado”, señaló.

Agregó que “la densidad óptima varía según el híbrido, pero nos podemos mover entre 90.000 y 110.000 plantas”. A la vez, “con fechas más tempranas hay una respuesta positiva al sembrar a 38 centímetros”, indicó.

Con la fertilización nitrogenada, recordó que hace unos seis años se utilizaban dosis bajas. “Luego se incrementó, y con eso fue importante la distribución. Y no solo por los cuidados ambientales, sino por la eficiencia que aporta en el uso, algo relevante para los cultivos bajo riego”. La demanda oscila entre 280 unidades y 300 kilos de Nitrógeno (N). “Una parte la aporta el suelo, por lo cual se debe aportar entre 250 y 260  kilos de N”, explicó.

Sobben sostuvo que “cuando va aumentando el área es difícil ver la evolución de los promedios, pero sí se puede observar el crecimiento de los rendimientos máximos, con tasas que van de 300 a 500 kilos por año”.

La brecha productiva con el maíz de secano “es bastante grande” y “los maíces bajo riego prácticamente duplican” la productividad. A la vez, Sobben entiende que se podría aspirar a rendimientos más altos, porque hay chacras bajo riego que rinden 17.000 kilos por hectárea. En el caso de los regadores, “la agricultura por ambientes es utilizada para el manejo de nutrientes y poblaciones, pero aún no se da en el manejo del agua”. El 90% del área regada por los productores de Regadores corresponde a maíz de primera, ya que con un mismo equipo se apuesta a regar un maíz muy temprano para luego regar una soja.  

En el caso de la soja, puntualizó que la fecha de siembra y la elección de las variedades “son fundamentales” para alcanzar altos rendimientos. En la actualidad, el promedio de rendimiento bajo riego se ubica en 4.000 kilos de rendimiento y el objetivo es lograr productividades de 5.500 o 6.000 kilos bajo riego. 

Las sojas de primera “tienen mayor promedio de rendimiento y techos más altos”, pero sostuvo que la diferencia con las de segunda más tempranas, sembradas sobre colza, “no es mayor a 500 kilos por hectárea”.

Remarcó que la brecha productiva en soja dentro de Regadores Unidos es más amplia que en maíz. “Tenemos varias cosas a mejorar, porque muchas veces el manejo del agua en este cultivo termina siendo algo más residual”, admitió. El 40% de la soja regada es de segunda y en el área de Regadores Unidos “hay un poco más de soja que de maíz”. 

Secuestro de carbono en sistemas con riego

Partiendo de la base de que los sistemas regados son más productivos, el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) viene trabajando en el análisis del efecto del riego en el carbono orgánico del suelo. 

El investigador de INIA, Agustín Núñez, dijo a VERDE que se hizo un relevamiento en los sistemas agrícolas comerciales con riego y se compararon los stocks de carbono del suelo de esos sistemas con los planteos de secano. “Vemos un efecto positivo, ya que con el riego logramos tener mayores niveles de carbono en el suelo”, afirmó. 

El efecto positivo se explica principalmente por las consecuencias que tiene la agricultura continua. “Los cultivos más productivos tienen más producción de biomasa”, lo que implica “una mayor entrada” de carbono en el sistema. De todas formas, sostuvo que “lo importante es lograr que esos efectos sean más profundos y no solo en los primeros centímetros del suelo”.

Para el análisis del secuestro de carbono se consideraron 17 sitios muestreados, de los cuales siete tenían agricultura continua. “En los sistemas regados, tanto en el promedio general como en los que están con agricultura continua, vimos entre 11 y 12 toneladas más de carbono que en los planteos de secano, lo que equivale a un aumento del 7%. Es un nivel que está dentro de las ganancias más altas para los países con clima templados”. 

Cada vez hay más conciencia sobre la importancia del carbono en el suelo y “se sabe lo que debemos hacer para devolverlo”, porque está alineado a los sistemas más productivos. “En la medida que mejoremos la productividad vamos a tener un efecto positivo en carbono”, aseguró. La cuantificación de estos procesos, “es muy importante para entender hacia dónde estamos yendo y cuáles son las oportunidades de mejora”, enfatizó.  

Nota de Revista Verde N°104

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