Agricultura

Presentan un nuevo esquema para el manejo del nitrógeno en trigo

25 de mayo de 2024

Se presentará un nuevo esquema de manejo de la fertilización para los cultivos de trigo, donde “lo novedoso pasará por la forma de diagnosticar y estimar las necesidades de nitrógeno”, comunicó a VERDE el ingeniero agrónomo Andrés Berger, investigador de la estación experimental La Estanzuela, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA). 

No solo se hace énfasis en “utilizar las herramientas que ya existen para manejar el nitrógeno y recomendar dosis en el momento de la siembra y en el macollaje, sino también en aplicar entre Z30 y Z50, es decir, entre el inicio de la encañazón y prácticamente la espigazón”, señaló el investigador de INIA La Estanzuela. El nuevo sistema apunta a que las dosis que se deben aplicar en el momento de la encañazón sean más grandes que las que se aplicaban antes de esa etapa.

Berger agregó que con el nuevo esquema se cambia la fertilización nitrogenada porque “se pasa de usar indicadores basados en evaluar el estrés, a realizar una descripción sobre la necesidad basada en la capacidad de crecimiento futuro del cultivo”. Apunta a “poder recomendar dosis más altas cuando se necesita y dosis más bajas si el cultivo no las necesita”, indicó.

Explicó que el esquema se aplica en función de los datos de experimentos de casi 10 años. “Vemos que es posible concretar rendimientos altos y mantener un contenido de proteína elevado”, dijo el ingeniero agrónomo. 

Señaló que al ver los datos de las últimas zafras “se observa que el rendimiento ha aumentado y que el contenido de proteína se ha mantenido a través del tiempo”. Eso, en buena medida, “se ha explicado por un ajuste de la fertilización al alza y también por dosis aplicadas en momentos más tardíos del cultivo”.

En la IVa edición de la Jornada de Cultivos de Invierno, organizada por Fucrea e INIA, se presentaron los fundamentos de uso del nuevo sistema del manejo de nitrógeno y la información de fertilización estará disponible en la página web de INIA. “Allí el productor podrá ingresar los datos, lo que permitirá generar una recomendación de la dosis a aplicar”, acotó.

Berger entiende que este esquema “permite hacer algo que era muy demandado, que es aplicar en Z30, en el inicio de la encañazón, pudiéndose luego volver a tomar una muestra más adelante y aplicar nuevamente si se considera necesario”. 

Las herramientas que están ahora disponibles “son basadas en estimar el índice de nutrición nitrogenada, que implica estimar el nivel de estrés que tiene el cultivo, es decir, la deficiencia que tiene y corregirla”. 

Sin embargo, este sistema apunta a proyectar cuál será la posible demanda futura del cultivo. “Es un esquema diferente, que aporta una visión distinta de cómo estimar las necesidades”, comentó.

El nuevo planteo para definir la fertilización “se basa en un muestreo de biomasa, donde se analiza el contenido de nitrógeno”, señaló. El proceso comienza con la carga de la información de la chacra, cultivar, fecha de siembra para estimar la fecha de floración, la fecha de muestreo y también los datos del ciclo del cultivo y de las fertilizaciones previas. 

En función de la cantidad de biomasa que tiene en ese momento se proyecta el crecimiento futuro y “se hace un balance de la necesidad adicional a lo que ya está agregado o disponible en el suelo”. 

El investigador resaltó que el sistema es “realmente novedoso”, ya que “si bien aplicar nitrógeno de forma tardía es algo que se hace en todo el mundo, la forma de diagnosticarlo y de estimar la necesidad es diferente”.

EL BALANCE DEL TRIGO 2023/24

En su presentación titulada Aprendizajes de un año récord y nuevas herramientas de decisión para asegurar el crecimiento, Berger explicó que luego del análisis de la última campaña de invierno se concluyó que “el clima no fue la principal causa que explicó los resultados récord del trigo, sino la gran disponibilidad de nitrógeno que había acumulado en el suelo desde el verano”. 

En esa línea, recordó que “no hubo eventos que promovieran que ese nitrógeno se perdiera y el cultivo de trigo lo pudo utilizar de manera eficiente”.

Para el investigador esos factores, sumados a otros elementos de manejo –como poder realizar las tareas en tiempo y forma, ya que no hubo grandes eventos extremos–, y la utilización de cultivares de mayor potencial, “permitieron alcanzar ese rendimiento récord”.

Además, indicó que la fertilización “es clave para concretar rendimientos altos”. En la medida en que el potencial de rendimiento en trigo aumenta, “es fundamental que la fertilización acompañe, ya que de lo contrario no se concretaría ese crecimiento productivo”, dijo.

A propósito, agregó que en los últimos años “ha venido aumentando el nivel de fertilización y eso ha posibilitado que se concrete un rendimiento más alto”.

LA EVOLUCIÓN

Sobre la evolución de la demanda de nitrógeno que ha tenido el cultivo de trigo en Uruguay, el investigador del INIA sostuvo que al analizar los datos de Fucrea “se observa que se han reducido los extremos”. 

Afirmó que actualmente “casi nadie se plantea sembrar un cultivo sin aplicar nitrógeno, o incluso aplicar dosis bajas, porque se sabe que eso no es posible”. En tal sentido destacó que “ha bajado el número de chacras que aplican dosis bajas” de nitrógeno. 

Por otra parte, también valoró que “se redujo el número de chacras que llevan dosis muy altas”, que “en muchos casos no son necesarias”.

Berger señaló que la fertilización se ha concentrado en un punto medio, y que a su vez ese punto medio “se ha corregido” a través de los años y “hoy se ubica entre 130 kilos y 140 kilos de nitrógeno total agregado por hectárea, frente a los 100 kilos que teníamos hace cuatro o cinco años”.

De todas formas, puntualizó que “la zafra pasada fue una excepción, por la disponibilidad de nitrógeno en el suelo, lo que llevó a aplicar menos por hectárea”.

LA NUEVA ZAFRA

Berger advirtió que la zafra de trigo 2024/25 “será diferente”, porque comenzará con suelos muy lavados por la lluvia, con poco nitrógeno, y que además en el verano no hubo cultivos fallados”. Por lo tanto, “creemos que este año será muy importante ajustar la fertilización en la siembra y usar la recomendación basada en muestras de suelo”, puntualizó.

El especialista de INIA La Estanzuela consideró que “si hay menos de 10 partes por millón (ppm) de nitratos en el suelo, que es algo muy frecuente en estas situaciones, la recomendación es aplicar entre 40 y 50 kilos de nitrógeno a la siembra”.

Berger advirtió que “probablemente con los fertilizantes binarios no sea suficiente, por lo que será necesaria una aplicación de urea inmediatamente postsiembra o en torno a la siembra. Este dato es muy importante, porque se trata de una zafra muy particular”.

Nota de Revista Verde N°114

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