Agricultura

“La cadena agrícola sigue pasando por una etapa de ajuste severo”

28 de abril de 2017

Si bien por las condiciones climáticas que hubo durante este verano, “estamos frente a una zafra de cultivos que en el caso de la soja podría alcanzar niveles históricos, preocupan al sector los problemas logísticos que se pueden dar y el futuro de la agricultura en el país”.

En entrevista con VERDE, el Director de Fadisol, Carlos Foderé, dijo que “no es sostenible que la soja banque a las empresas agrícolas y a toda la cadena”. A su entender, “si bien el país no puede incidir en la mejora de los valores de los otros cultivos que permitirían tener una agricultura sostenible, se pueden bajar los costos, no aumentar el gasto público y el Estado debería dar señales de austeridad”.

– ¿Cómo está el negocio agrícola hoy?

– Yo creo que la agricultura está mal, y soy benevolente cuando lo digo así. Hagamos un paréntesis con la soja 2017 por clima y por mercados porque no lo manejamos nosotros. Siendo optimistas y suponiendo que va a salir todo bien, la soja va a tener un buen año y una rentabilidad aceptable. Pero no es sostenible que la soja banque las empresas agrícolas y a toda la cadena. Se necesitan hacer rotaciones por el cuidado del suelo y es necesario  amortizar todo, en al menos dos zafras, es decir cultivos de invierno y de verano. Pero tenemos un trigo planchado en su precio, la cebada esta topeada y por más que la canola crezca, no tiene incidencia. No tenemos otro cultivo que deje algo de rentabilidad en un año excelente como este. En prácticamente todos los cultivos, se pierde dinero. Esto lo venimos arrastrando desde hace por lo menos tres años, con números negativos en la gran mayoría de las empresas, con un creciente endeudamiento en las mismas, con una cadena de pagos que está bastante golpeada, y sin ver claro el futuro. Lo que si vemos día a día, es que no solamente se enfrenta el aumento del costo el país, sino que se aumenta. También tenemos un tipo de cambio frenado, que es un tema internacional, por lo cual no quiero culpar al gobierno, pero todo esto arma un combo que es la tormenta perfecta.

– ¿Los costos son la principal preocupación?

– Creo que los precios internacionales tienen un gran efecto, pero no lo dominamos nosotros. Yo voy a los deberes que debemos hacer y no esperar a que hagan los demás. Nosotros no podemos modificar el precio del trigo, la cebada, el maíz o la soja. Lo que sí podemos hacer es ser más eficientes a nivel país. La cadena agrícola sigue pasando por una etapa de ajuste severo. Se han ido los grandes grupos agrícolas. Todas las empresas estamos tratando de ser más eficientes. El problema es que la señal del gobierno es gastar más y poner más impuestos. No veo una señal de austeridad por parte de ellos. El Uruguay vive de la agropecuaria, pero hay un millón y pico de personas en Montevideo que no lo sabe y que piensan que el país vive del Estado. No hay conciencia de la importancia que tiene la agropecuaria en la economía del país. Miremos las exportaciones: carne, celulosa, soja, leche y arroz son los principales productos. Hay que tener dos dedos de frente para darse cuenta de qué vive el país. Deberíamos tener una política nacional orientada hacia la agropecuaria y es todo lo contrario, acá se privilegia a los empleados públicos. ¿Cómo pude ser que haya 60.000 empleados público más? ¿Cómo puede ser que haya pasado lo que pasó con ANCAP y sigamos pagando un combustible, que es un insumo muy importante, a los precios que lo pagamos? Es claro que hay que cerrar ANCAP, abrir la importación de combustible refinado y cerrar la refinería. Yo sé que son medidas radicales y que no son fáciles de hacer, pero es una medida que tiene que tomar un país en serio para privilegiar a los 3 millones de habitantes. Hagamos una política agropecuaria que incentive a que la gente se vaya al interior a trabajar en donde hace falta mano de obra.

– ¿Cómo ven el hecho de que se vaya a hacer una inversión millonaria en infraestructura si prospera una tercera planta de UPM?

– Primero que nada, me encantaría que se instale otra planta de celulosa porque es un producto 100% exportable que genera mucho trabajo. Además no compite con los rubros que ya tenemos. Bienvenidas ese tipo de inversiones que le hacen muy bien al país. Este gobierno ha hablado hasta el cansancio de muchos temas pero sin tener idea. Bienvenido que se reactive el ferrocarril, que se hagan carreteras, que mejoren el puerto, y que le den algún dulce a UPM con algunos años de exoneración impositiva. Lo que yo no entiendo es que le den todo a alguien que viene a producir algo que ya está (los árboles ya están plantados) y que va a exportar como exportamos los productores de soja, carne, leche o arroz. Hay una diferencia muy grande. La respuesta entonces es que debe presionar, porque el que presiona logra los resultados. Yo sé que hay que negociar, pero no hay que darles todo. Hay que ser más equitativo. ¿Por qué darle todo a una empresa y castigar al resto de los rubros que también somos productores de productos exportables? Hay una contradicción y eso pasa en el gobierno del Frente Amplio (FA). Eso que siempre escuché del FA, de criticar a las multinacionales y defender la producción local, es la antítesis de lo que está pasando. A nosotros nos dan servicios muy malos y caros, tenemos que subsidiar los desastres que hacen en las empresas públicas y todos los días aparece un nuevo impuesto cuando el Presidente Tabaré Vázquez y el Ministro (de Economía y Finanzas) Danilo Astori prometieron en campaña que no habría nuevos impuestos. Nos toman el pelo, crece la burocracia y nadie deja su silla. Estamos en una situación mucho peor de lo que estaba cuando estaban los gobiernos tradicionales.

– Teniendo en cuenta que la agricultura podrían ser demandante de servicios como el ferrocarril, ¿ha habido contactos con el sector por estas posibles mejoras en infraestructura?

– Si hubo, lo desconozco. Pero no creo que el ferrocarril sea competitivo en tramos de 200 o 300 km. Mirando de aquí a 10 años, es claro que un ferrocarril no compite con un camión.

-Una vez me dijo que al puerto de aguas profundas impulsado por José Mujica no lo iba a ver usted, ni sus hijos ni sus nietos, ¿Cómo observa la sucedido?

– Siempre estuve convencido de que eso no iba a salir. Siempre dije que no iban a verlo ni mis hijos, ni mis nietos, y ahora agrego a mis bis nietos. Lo que sí vamos a ver es la terminal Tacuarí porque son proyectos a la uruguaya, de muy baja inversión y alto impacto. Esto le cambiaría la vida al Noreste del país. Estamos trancados por todos los cambios políticos en Brasil. No podemos arrancar sin el dragado del canal de navegación del lado brasileño. Es el mejor emprendimiento que va a existir para esta zona. Es racional para Uruguay, lo opuesto al de Aguas Profundas.

– ¿Cómo ve el protocolo fitosanitario que Uruguay firmó con China y cómo puede influir en el tema logístico?

– Yo lo veo muy complicado. Cuestionarlo ahora no tiene sentido, y más con el peso que Uruguay tiene frente a China. No hay dudas de que va a complicar la logística. El acuerdo supone aumentar los controles de campo y de post cosecha por las malezas y hongos. Además existen cláusulas que establecen que China puede rechazar barcos enteros, suspender las compras de Uruguay, cerrar terminales portuarias, etc. Es muy difícil pensar que uno puede cumplir con el 100% del protocolo. Por más que se hagan controles en los camiones, la muestra es muy chica frente a los kilos que se transportan. Esto aumenta los costos de quienes recibimos, acondicionamos, hacemos la logística y cargamos los barcos. Demora más la operativa y aumenta los costos porque hay que poner más personas a trabajar. El hecho de no poder embarcar directo de chacra a puerto, como siempre se ha hecho, también complica. La logística uruguaya no da en un año normal, y menos en uno como este. Y si se aplican con rigor todas las normas que deberían aplicarse para cumplir con éxito el protocolo firmado, la logística va a colapsar.

 

Entrevista completa Revista VERDE No. 60

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