Agricultura

Agronegocios: IBF invierte donde ve una “gran oportunidad” de integrar la cadena

10 de octubre de 2023

La compañía gestiona unas 15 empresas locales que operan en distintos rubros; desembarcó en el agro con la adquisición del 70% de las acciones de Agroenfoque

Redacción
Mauro Florentín

Con 12 años en el mercado uruguayo, la compañía IBF Negocios marcó un camino de crecimiento en inversiones al llegar a gestionar en la actualidad unas 15 empresas locales, que operan en distintos rubros y que cuentan con potencial de futuro. Así lo destacó a VERDE el director de la firma, Hugo Benedetti, quien se refirió a las características del proceso de posicionamiento en el mercado, de las adquisiciones de empresas, entre otros aspectos del emprendimiento.

“Cuando me retiré de la corporación donde trabajé 20 años” y “desempeñé funciones con responsabilidad regional, decidí conformar esta empresa”, relató. Dijo que se trata de una compañía que se dedica a invertir y adquirir empresas, “pensando en que los inversores participantes puedan obtener una renta interesante, pronosticable y sostenible en el tiempo, que brinden dividendos” para los accionistas.

Consultado sobre cómo se elige una empresa y cómo se desarrolla el proceso de adquisición, Benedetti comentó que “la mayoría de las empresas que se venden en Uruguay lo hacen por razones sucesorias o societarias, a veces el dueño, la familia del propietario o los socios van llegando a una determinada etapa en sus vidas y no ven una sucesión clara entre los herederos”, por lo que plantean la posibilidad de vender, y “a veces son aspectos societarios” de diversa índole, señaló.

Mientras que en otros casos es por “una buena oportunidad para una cosecha”, ya que “es una empresa exitosa”, y entonces “eso hace que las empresas lleguen a IBF o que nos acerquemos a ellas” con una propuesta.

Hasta el momento la compañía gestiona unas 15 empresas y el perfil del inversor generalmente es “uruguayo, en un 80% de los casos, y un poco menos del 20% son argentinos”. El monto promedio de inversión es de US$ 100.000 a US$ 250.000 en cada uno de los negocios, y la idea surgió como una firma de inversión de familiares y amigos para llevar un negocio, comentó.

Sobre el acercamiento hacia el sector agropecuario, Benedetti recordó que “hace unos tres años, en una reunión de estrategia estaban seleccionado rubros prioritarios para invertir, y ahí se eligió al agro porque está muy consustanciado desde el punto de vista estratégico hasta la definición de Uruguay como país”.

“Ya teníamos en ese momento una empresa que estaba vinculada” a los agronegocios, que se dedicaba a la distribución de productos veterinarios, y uno de las características era la ganadería; a partir de ahí decidimos otras inversiones en el sector”, indicó.

Además, destacó que “hoy el agro es uno de los tres sectores clave que definió la compañía junto con alimentación y productos veterinarios”, y el desembarco se dio con la “adquisición del 70%” de las acciones de la empresa Agroenfoque, que tiene “más de 20 años de historia” y en los más recientes tuvo un “crecimiento interesante”. El empresario José Orrico se mantiene como socio del negocio en ese emprendimiento, acotó.

Desafíos y profesionalismo

Respecto al desafío que plantea la necesidad de superar problemas productivos, como los provocados por la reciente sequía en el campo, el responsable del área Agronegocios de la compañía, Carlos Ameneiros, dijo a VERDE que “de alguna manera todos los que hemos estado en la actividad empresarial de Uruguay algún contacto hemos tenido con el agro”, porque esta producción forma parte de lo que es el país. Valoró que eso “permite no arrancar de cero, sino tener algún conocimiento sobre de qué va la cosa”. 

Además, destacó “el hecho de que Orrico se haya mantenido en la empresa como socio, y en la gestión de área, lo que nos permitió entrar muy rápido al negocio, con un altísimo esfuerzo de aprendizaje”.

Agroenfoque cuenta con un personal integrado por 40 funcionarios, de los cuales 20 de ellos son ingenieros agrónomos, entonces “toda discusión en el seno (de la empresa) es riquísima” para entender el negocio, dijo.

Al ser consultado sobre si le sorprendió la forma de trabajar en el agronegocio uruguayo, Ameneiros resaltó el “nivel de profesionalismo” de los actores del sector, y que generalmente se señala “una de las herencias dejada por los productores argentinos”, que decidieron producir en Uruguay hace más de una década, especialmente en el litoral oeste. 

“El productor tradicional uruguayo, en la mayoría de los casos, pasó a ver el negocio de manera empresarial”, entonces “hoy no te sentás a hablar con un productor agropecuario de un cultivo en particular, sino de un negocio”.

“Esto le da una madurez al contexto en el que la actividad se desarrolla, más allá de que el negocio en los últimos años fue muy bueno para los productores”, ahora “vivimos una situación complicada por el clima, y sin embargo el sector sigue siendo sólido y las viejas historias de incobrabilidad y de dificultades no se están visualizando. Eso es producto de algunos años interesantes, pero fundamentalmente del profesionalismo en el manejo del negocio”, reconoció.

También se refirió a “la necesidad de competir, a la conciencia por el medio ambiente, la aplicación de las tecnologías de información, ser responsables en el manejo de los recursos y empezar a ver los cultivos como un proceso del negocio”, además de la importancia de la “recambio generacional”, aspectos que impactaron en la evolución del agro uruguayo.

Un “factor realmente importante” es que hubo un incremento en las técnicas de producción, en los rendimientos y en general hemos disfrutado un auge de los precios, lo que facilita la tecnificación, los procesos de profesionalización y agregarle valor a los negocios, porque el agro ganó en volumen en cuanto al crecimiento de las exportaciones, de precios y de los rindes de los cultivos agrícolas, que muestran gráficas ascendentes, recalcó Benedetti, sobre este punto.

Ameneiros, por su parte, consideró que Uruguay “diversificó mercados” de destino para las exportaciones de productos agropecuarios, como madera, granos y carne, lo que “ayudó a que esto se mire con una perspectiva distinta”.

También destacó “el motor de China en los últimos 10 años”, que “no ha sido un tema menor en el negocio y en la diversificación de mercados”, con “un crecimiento permanente”, lo que permitió “tener un propósito detrás de todo el esfuerzo de lo que significa tener una actividad a cielo abierto”, sostuvo.

Coincidió en que “Agroenfoque marcó una línea de comportamiento en las inversiones” de IBF Negocios, porque “fue la primera inversión”. Comentó que “no solo es atractiva por ser una inversión rentable”, sino porque además “es un pilar que condiciona el desarrollo del negocio”, ya que “en el agro se pueden tomar múltiples caminos”, y en el caso de esta empresa tiene un “enfoque en la nutrición vegetal, que permite imaginarse una integración de cadena de valor”.

“Estamos visualizando una gran oportunidad para el negocio y para IBF” en “integrar una propuesta de valor para el productor, que cubra toda la cadena”, y cuando se habla de cultivo “comienza desde la siembra, la semilla, la preparación de la tierra, la fertilización, el acompañamiento del cultivo y la comercialización del grano”, enfatizó.

Mencionó igualmente el caso de la producción de carne, que arranca con “el alimento para el ganado, que hace participar de todo el proceso, y hacia donde nos estamos orientando, con la construcción de una cadena de valor completa”. Apuntó que “en esa dirección, Agroenfoque trabaja en el tratamiento del suelo, del cultivo y la fertilización”. Y anunció que “en breve vamos a concretar la adquisición de una empresa de semillas”, lo que “hace dar el primer paso hacia la integración y formación de la cadena”. Benedetti precisó que ese negocio se concretará en pocas semanas.

Clima de negocios

Respecto a si hay diferencia entre el perfil de los inversores en el agro y el de los de otros rubros, el ejecutivo dijo que hay un vínculo “cercano” con los inversionistas y es “como hacer negocios dentro de un círculo grande”, donde se reúnen e intercambian opiniones e ideas. Hay una “repetición bastante importante de inversores en diferentes negocios”, lo que es una “fuerte recomendación” nuestra, porque “la clave es la diversificación, por más que te guste o entusiasme un sector, por una razón de acotar riesgo es mejor participar de varios negocios”, señaló.

Planteó que la “hipótesis preferida” de IBF es que siempre que resulte posible y conveniente se pueda “mantener” en la dirección de la empresa “a quienes la llevaron al éxito”, por eso en la mayoría de los negocios se hace así, como será seguramente con la firma de semillas.

Benedetti habló de la intención de adquirir empresas uruguayas, y además dijo que en un futuro es “altamente probable” que IBF vaya a invertir en países de la región, como parte del desarrollo del agro y de la diversificación geográfica.

“El clima de negocios en Uruguay, en términos generales es bueno y positivo. Viví 20 años en el exterior, en Argentina y en Brasil. Cuando vivimos en Uruguay nos quejamos permanentemente por lo que falta, lo que está mal, por los costos del Estado. No digo que esos no sean problemas, pero si los comparamos con los de la región de repente no estamos muy mal”, advirtió.

El empresario se refirió especialmente a la “atmósfera política” del Uruguay y a que “la gobernabilidad está garantizada”, ya que las “reglas son relativamente estables”, y los “cambios se conocen con antelación”, lo que “no ocurre en la región”. De todos modos, admitió que “Uruguay es un mercado más pequeño, con ciertas mezquindades y un techo que está ahí nomás”.

Además opinó que “en Uruguay hay pocos emprendedores”, y que si bien “ya no es tanto un país de empleados públicos”, creo que “somos muy educados en base a la seguridad del ingreso y del salario”, lo que “nos hace bastante conservadores”.

Nota de Revista Verde N°109

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