Desde Urutrigo se apunta a la fuerza panadera, con manejo y genética

24-05-2020 | Los productores están siguiendo las recomendaciones de fertilización y eso se está empezando a notar en la proteína, destacan desde el proyecto público-privado
Urutrigo trabaja en tres grandes componentes: Fusarium, evaluación de la calidad de cosecha en Uruguay y la fuerza panadera de las distintas variedades, explicó a VERDE el químico farmacéutico Daniel Vázquez, del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), e integrante del proyecto.
Sobre el trabajo en fusariosis de la espiga, un problema importante en el cultivo, señaló que se están analizando variedades, no solo por su susceptibilidad a la enfermedad sino por la cantidad de micotoxinas que producen.
Comentó que se generó mucha información que aún no se terminó de procesar. Si bien admitió que “es un hecho que las variedades más susceptibles a Fusarium son las que van a producir muchas micotoxinas”, dijo que “hay algunas que son intermedias y se puede hacer una diferencia, lo que sería una ganancia”.
El otro objetivo del proyecto era conocer cuanto antes la calidad de la cosecha de trigo uruguayo. “Contamos con la valoración de empresas privadas, cooperativas, se tomaron decenas de chacras por año y muestras al momento de espiga. En los resultados vimos que desde la madurez fisiológica hasta que se cosecha puede haber cambios, y que la predicción que hacemos no es precisa”, reconoció.
Agregó que se tratará de liberar ese resultado, que se publica en la web de la Mesa de Trigo todos los años, para que salga lo más pronto posible, y tratar de agilizar la logística.
Y el otro componente, sobre el que ya se tomó la decisión de seguir trabajando, es la caracterización de variedades por su fuerza panadera. “Con el apoyo de la Cámara Uruguaya de Semillas (CUS), y todas las empresas semilleristas de trigo, pudimos diferenciar las mejores variedades que se producen en Uruguay y decidimos llamarlas Urutrigo, que pasó a ser una marca, y ya está en el mercado”, repasó.
A través de ese acuerdo con la CUS y las empresas, se sigue trabajando y generando variedades, que estarán disponibles en la web www.urutrigo.uy, que se lanzó el 15 de abril.
Comentó que, si bien el proyecto surgió desde la Mesa de Trigo e INIA, la financiación es de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), con el apoyo de los principales sectores privados: la Comisión Gremial de Molinos, la Asociación de Comerciantes de Granos, CUS, Cooperativas Agrarias Federadas, Facultad de Agronomía y del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca. Además, durante el proyecto, “se contó con la colaboración de INASE y varias empresas del sector”.
“La clasificación de las variedades Urutrigo es sencilla. Todo país del mundo que exporta trigo tiene una caracterización de sus cultivares. Los que tienen más tradición, como Canadá y Australia, tienen requisitos muy elevados y complejos, que si los seguimos nos llevará muchos años dar un paso adelante. Por lo tanto, decidimos simplificarlo, y tomar la característica más importante que diferencia al trigo: la fuerza panadera”, señaló.
Explicó que cuando la harina se amasa con agua, se forma una red, el gluten, que permite que el pan crezca. Pero las variedades tienen distintas fuerzas en esa red, y se pretende que sea fuerte, para que el pan pueda leudar, como requieren los consumidores. Y los trigos de Urutrigo tienen esa fuerza panadera.
“Lo que hacemos es un alveograma, el método por excelencia para medir fuerza panadera o W. Allí vemos cómo varían los niveles de W en función del contenido de proteína y la genética. Pretendemos que con un nivel de 11,5% de proteína el W sea de 250 j x 10-4 (el W se expresa en diezmilésimos de joules). Hacemos una serie de ensayos y podemos ver la variabilidad”, detalló.
Admitió que la proteína “es manejable, según la disponibiliad de nitrógeno que tenga la chacra”, y su porcentaje generalmente está cruzado con el rendimiento. “Pero si la disponibilidad de nitrógeno es la adecuada, toda variedad superará el 11,5% de proteína. Cuando tiene menos es porque hubo un problema de manejo. Pero algunas que superan el 11,5% tienen la fuerza adecuada, y algunas no. Por lo tanto, para tener buena fuerza panadera necesitamos buen manejo y genética”, remarcó.
Sostuvo que la característica clave para lograr una alta calidad panadera, además de la genética, es que el trigo tenga un alto contenido de proteínas. Y para eso, tiene que tener una buena disponibilidad de nitrógeno. Por eso, insistió en que es muy importante la refertilización, o fertilización tardía, porque es el momento en que se define la cantidad de proteína que tendrá el trigo a fin de año.
“Hasta hace unos años era muy difícil que la gente nos escuche, pero hoy se está fertilizando y se está empezando a notar”, destacó.
Reconoció que es difícil adoptar esas recomendaciones, porque no siempre se nota la fertilización en la proteína, ya que entre la fertilización y la cosecha ocurren cosas que también inciden. “Es una inversión que no siempre se ve compensada, pero si pretendemos calidad y no le prestamos atención a eso, no la vamos a tener”, afirmó.
Posicionamiento de Urutrigo
Vázquez comentó que “ya tenemos un porcentaje significativo de variedades Urutrigo en el área. Después del lanzamiento, el año pasado, hubo empresas que al comprar estaban dispuestas a pagar más por esas variedades o solo compraban semillas si eran Urutrigo”, destacó.
También señaló que se está notando una demanda mayor por calidad, que incentiva a que se siembre otro tipo de variedades.
Pero aclaró que las variedades Urutrigo, al tener mejor calidad, no necesariamente rinden menos. “Muchas veces se cree que el rendimiento va en contra de la calidad, y no es el caso. En la página web se ve claramente que hay muchos cultivares que también son muy buenos agronómicamente”, afirmó.
Planteó que “no es imposible lograr las dos cosas”, aunque reconoció que “es muy difícil”. Señaló que suele ocurrir que “cuando nos preocupamos por una, descuidamos la otra. Pero si le prestamos atención a ambas, podemos lograr calidad y rendimiento”.
El proyecto Urutrigo comenzó en 2017, y arrastra antecedentes de trabajos que se venían realizando en INIA, en la Mesa del Trigo y en las demás instituciones y empresas involucradas. Vázquez destacó que “todo el sector privado ayudó, no solo financieramente, sino en marcar objetivos, poner buena voluntad, discutir, es un sistema integrado y está muy bueno trabajar así”.