Agricultura

Los 10 conceptos jurásicos de manejo y su impacto en el ambiente

15 de mayo de 2023

El consultor argentino Carlos Becco planteó que, al menos por ahora, la agricultura es uno de los pocos sectores donde los líderes digitales aún no desplazaron a los analógicos

Mauro Florentín
Redacción

“Soy un viejo lobo de mar, tengo 40 años en el sector agropecuario” y “a lo largo de este período he visto una tremenda transformación” en la producción, dijo el consultor privado argentino Carlos Becco, en una charla organizada por la empresa Fadisol, en la Expoactiva Nacional, bajo el título La revolución digital en el agro.

Para el desarrollo de su presentación, el profesional hizo un repaso de ciertos hechos históricos. Aludió al “primer concierto benéfico en la historia del rock”, que se realizó en 1971 para ayudar a los refugiados de Pakistán.Ese evento se denominó Concierto para Bangladesh y fue organizado por el exbeatle George Harrison y el músico indio Ravi Shankar.

En aquel momento “el gran problema para la humanidad era el hambre”, y “no sabíamos si los campos iban a dar para producir” los alimentos requeridos por la creciente población mundial, recordó Becco. Y luego contó que “gracias al concierto de Bangladesh, hace 50 años, decidí estudiar agronomía”.

Al hacer el ejercicio de pensar en cómo será la transformación del agro en los próximos años, Becco planteó su convencimiento en que “el futuro está en el campo”.

Los 10 jurásicos

En otro momento de su presentación, cuando volvió a enviar algunos mensajes a los presentes, Becco pasó enumerar 10 conceptos “jurásicos” que tradicionalmente se manejan en el agro. El primero que nombró fue la “dosis por hectárea”, el segundo es que “solo un 10% de los fitosanitarios aplicados llega a destino”, y el tercero es que “solo 50% de los nutrientes llega a la planta”, al referirse a la eficiencia en el uso de fertilizantes.

También indicó que “usamos 60% más agua que la que podemos reponer”, como un cuarto concepto que empleó para alertar sobre el impacto de la producción en los recursos naturales y el medio ambiente. “No supervisamos, hacemos autopsias”, consideró.

Otros conceptos planteados por el consultor argentino refieren al promedio de (carga ganadera) de 0,6 terneros por hectárea, que “compramos sin conocer la calidad”; y que “prestamos dinero sin saber dónde se usa”. “Utilizo más información para alquilar un cuarto de hotel que para vender mi producción”, graficó en tono irónico.

Becco, quien en un comienzo de esta parte de su charla reconoció que seguramente algunos le van a pegar por sus comentarios, cuestionó que el empresario o productor agropecuario no conoce el impacto ambiental de su actividad. “Estuve 20 años dedicándome a vender glifosato y estoy cansado de ser visto como el villano de la película”, admitió a los productores y técnicos del público que seguían la presentación.

Al tiempo que reconoció que “el agro puede ser parte de la solución al problema del cambio climático”. Pero advirtió que “cuando uno va caminando hacia un precipicio no alcanza con caminar más lento, porque igual va terminar cayendo, lo que se debe hacer es cambiar la dirección, hacer otra cosa”.

Ese fue uno de los comentarios finales de su charla en Expoactiva, en un nuevo intento por incentivar a la reflexión y a la toma de decisiones para cambiar algunas prácticas y manejos del agro, pensando en el futuro y en la revolución digital.

El arado y la locura de las pantallas

La genética, los insumos y los fertilizantes fueron los conceptos básicos de la revolución verde, que se dio en un primer momento, consideró el consultor argentino. Seguidamente, repasó algunos de los principales cambios en la agricultura mundial. “Inventamos la siembra directa, lo que modificó la manera de producir”, señaló. Y valoró que, con eso, “despedimos el arado”, que “destruía a los suelos”.

Destacó además el descubrimiento de la soja y de la biotecnología, aludiendo a un encuentro “secreto”, organizado por la empresa Monsanto, en el que le mostraron “por primera vez lo que era una soja transgénica”. “Hoy en día una hectárea produce cinco veces más que hace cinco décadas”, enfatizó Becco, para dar una dimensión del avance productivo.

En paralelo, el consultor argentino se refirió a la revolución tecnológica y a la “locura de las pantallas”, específicamente al teléfono móvil, que permite comprar, vender, viajar y relacionarse entre personas. Usando este aparato “nos separamos y nos encontramos”, acotó.

Para dar una idea al público que escuchaba la charla del grado de relevancia que tiene la telefonía celular y la tecnología en la vida de cada uno, Becco recalcó que “hoy todo pasa por las redes sociales y por lo digital”, sino “no pasa”.

Repasó que la digitalización en el agro comenzó en 1998, en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Manfredi, ubicado en la provincia de Córdoba (Argentina), donde lograron transmitir digitalmente por primera vez los datos de un campo.

Contó que los técnicos de ese lugar se subieron a la cima de un molino, para así lograr que funcionara la conexión con un teléfono celular de esa época.

Desde ese momento, y hasta 2018, la historia de la agropecuaria fue de “consolidación”, en un proceso en el que “el pez grande se fue comiendo al pez chico”, en el entendido de que miles de pequeños emprendimientos fueron adquiridos por grandes compañías.

“Durante todo este tiempo el agro fue un baile de pueblo”, graficó el consultor, aludiendo a que todos se conocían y casi nunca llegaba alguien de afuera. Argumentó que “a nadie del mundo de la inversión se le ocurría venir a invertir en el agro”, porque era un sector considerado “muy conservador, muy riesgoso y no se lo entendía”.

Afirmó que durante “muchos años nadie del sector financiero invertía” en la agropecuaria, pero “en 2010 eso empezó a cambiar”. Y agregó que la situación en la actividad productiva pasó “del baile de pueblo a la fiesta tecno”.

La inversión en negocios vinculados con el agro fue de US$ 30 billones en 2022, destacó. Y mostró un gráfico que representaba una especie de “mapa digital mundial”, donde figuraban cientos de emprendimientos, que representan proyectos, tecnología y aplicaciones vinculadas a una amplia diversidad de servicios.

“Eso es lo que llamo la revolución digital en el agro”, que es un “rejuvenecer de oportunidades, de soñadores”, señaló. Debido a esos cambios, “en poco tiempo ya hay unicornios que representan empresas con valor de US$ 1 billón”, en ciertos casos “algunos son argentinos, otros colombianos y pronto habrá uruguayos”, avizoró.

Confesó que uno de los gráficos que le producen “escalofríos” es el que muestra el avance de los grupos empresariales líderes digitales en las distintas actividades de la economía mundial. “La agricultura es uno de los pocos sectores donde los líderes digitales aún no desplazaron a los analógicos”, advirtió. Para luego plantear la interrogante: ¿hasta cuándo eso se mantendrá así?

Nota de Revista Verde N°107

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