Trump ordenó investigar a las grandes compañías de la carne por presunta colusión, pese a que el sector opera con pérdidas

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que ordenó al Departamento de Justicia investigar a las principales empresas empacadoras de carne del país por presuntas prácticas de colusión ilícita, fijación de precios y manipulación del mercado.
Según un comunicado difundido por la Casa Blanca, la investigación se centrará en las cuatro grandes compañías del sector —JBS, Cargill, Tyson Foods y National Beef—, que controlan cerca del 85% del mercado estadounidense. “Durante demasiado tiempo, un puñado de gigantescas empresas empacadoras de carne han exprimido a los productores de ganado, reducido los rebaños y disparado los precios de la carne de res en los supermercados”, señala el texto oficial.
Trump sostuvo que el objetivo de la medida es “erradicar cualquier colusión ilegal, restablecer la competencia leal y proteger la seguridad alimentaria del país”.
Contexto: precios récord por escasez de ganado
El anuncio, sin embargo, ignora que el rodeo ganadero estadounidense se encuentra en su nivel más bajo en 70 años, como consecuencia de una prolongada sequía. Esa reducción de la oferta ha sido el principal factor detrás del fuerte aumento de los precios de la carne vacuna este año, en un mercado donde el desequilibrio entre oferta y demanda es evidente.
Lejos de registrar beneficios extraordinarios, las procesadoras de carne han sufrido pérdidas durante buena parte del año, presionadas por el encarecimiento del ganado y la baja disponibilidad de materia prima. En ese contexto, analistas y representantes del sector califican de “difícilmente sustentable” la idea de colusión.
El presidente también ha enfrentado presión del sector ganadero, luego de anunciar planes para importar carne vacuna desde Argentina con el propósito de moderar los precios internos. La medida generó malestar entre los productores estadounidenses, representados por la Asociación Nacional de Ganaderos de Carne (NCBA), que consideraron que esa decisión afectaba directamente sus intereses.
Reacciones divididas
El grupo productor R-Calf USA, con sede en Montana, celebró el anuncio presidencial. “Desde hace tiempo existe una desconexión entre los precios del ganado y los precios de la carne, y creemos que esto demuestra que el mercado ha fallado”, señaló su director ejecutivo. “Acogemos con satisfacción esta investigación para garantizar que los productores reciban precios competitivos y que los consumidores paguen valores determinados por un mercado libre y no monopolístico.”
En cambio, el Instituto Americano de la Carne (AMI) expresó una visión opuesta. Su presidenta y directora ejecutiva, Julie Anna Potts, afirmó que “a pesar de los altos precios al consumidor, las empacadoras están perdiendo dinero porque el precio del ganado se ubica en máximos históricos”.
“Durante más de un año, las plantas han operado con pérdidas debido a la escasez de ganado y la fuerte demanda”, agregó Potts. “El sector cárnico está fuertemente regulado, con transacciones transparentes, y los propios datos del USDA confirman que las empacadoras enfrentan pérdidas catastróficas que podrían extenderse hasta 2026.”
Potts subrayó que la industria “depende de los ganaderos, y estos, a su vez, dependen de las empacadoras”. Invitó al presidente Trump y a su equipo a visitar las plantas del país “para comprobar el compromiso y la profesionalidad con que se trabaja día a día para garantizar carne segura, nutritiva y accesible para las familias estadounidenses”.
En base a Beef Central


