Techno Grazing: Sistema de pastoreo neozelandés permite excelentes productividades

Techno Grazing posibilita altas cargas ganaderas, uso eficiente del forraje, con agua en la parcela, fácil manejo y rápido repago de la inversión, con acceso a beneficios fiscales
Producción: Juan Luis Dellapiazza
Redacción: Lucas Farias
Andrés Rodríguez tiene 34 años y dirige el establecimiento El Rancho, ubicado en Mariscala, Lavalleja. Es un campo forestal-ganadero, de 706 hectáreas, de suelos 2.12 y 2.11, el Índice Coneat promedio es 77. Anteriormente estaba integrado por 300 hectáreas de olivos, que se han ido sacando, al tiempo que creció en la producción forestal de eucaliptos, que lo hace la propia empresa; y en ganadería intensiva, a través de la incorporación del sistema Techno Grazing.
El área de pasturas, entre campo natural y praderas, es de 450 hectáreas. “Pasamos de 100 a 254 hectáreas de praderas. Siempre nos enfocamos en consumir mucho pasto, teníamos que tener altas ganancias de peso y altas performances individuales. Y como el campo tenía mucha parte olivícola, si la ganadería no generaba un retorno interesante, eran más los problemas que traía que los beneficios. Entonces, siempre nos enfocamos en tratar de producir mucho”, comentó Rodríguez a VERDE.
Señaló que cuando en la empresa se propuso ampliar el área ganadera, la idea fue incorporar un sistema “operativamente sencillo”. Recordó que “antes tenía parcelas de 2 hectáreas y los animales iban a tomar agua a las cañadas, pero las rompían y extraían nutrientes”, ya que “comían las pasturas y bosteaban en las cañadas. Cambiamos para que dejen de hacer eso y mejorar la utilización del forraje, de forma sencilla”.
También dijo que “antes tenía pocos lotes de ganado y muy grandes, que los cambiaba diariamente; y ahora son muchos lotes, muy chicos, y la dinámica de cambio de lotes es muy sencilla, casi igual que antes”.
Techno Grazing
Techno Grazing es un método de pastoreo que permite la asignación precisa de parcelas de pasturas a un gran número de animales, que se mueven regularmente.
Se trata de un sistema de pastoreo rotativo estrictamente planificado, que potencia el crecimiento de las pasturas en cantidad y calidad. También aumenta la cantidad de pasto que comen los animales, dejando muy poco desperdicio y maximizando la producción por hectárea.
Otros beneficios del sistema incluyen un aumento de la materia orgánica del suelo, una mejor composición y calidad del pasto, con duraciones más prolongadas, deposición de estiércol y una temporada de pastoreo de mayor duración.
Este sistema requiere de cierta infraestructura. Los alambres eléctricos semipermanentes se utilizan para construir carriles, que luego se subdividen en las parcelas necesarias, con postes de fibra de vidrio y alambre de polietileno de alta resistencia, que tiene una disposición especial de resorte, que permite que se transporten y fijen en la tierra.
Los abrevaderos portátiles se mueven fácilmente entre las celdas que están conectadas a través de hidrantes al agua que corre a través de tuberías, a lo largo del suelo, junto a cada segundo carril.
Rodríguez explicó que antes tenía pocos lotes porque no tenía la practicidad del cambio de parcela que ahora le ofrece Techno Grazing, que además permite una “mejor cosecha de pasto y menos problema de pisoteo”.
Destacó que este sistema aporta disponibilidad de agua en la parcela, que es permanente y de mucho mejor calidad que la de las cañadas. Además, “el ganado bostea en la parcela, aportando el reciclaje de nutrientes que antes no tenía”. Señaló también el hecho de minimizar la dominancia animal por el consumo de agua y una mayor eficiencia en la cosecha de pasto por la forma de las parcelas, entre otros beneficios”, destacó.
Costo de la inversión
Rodríguez informó que el costo de la inversión de Techno Grazing fue de US$ 500 a US$ 550 por hectárea, lo que incluyó la compra de los implementos, la bomba, hacer los pozos, armar los tanques australianos y demás.
Aseguró que el mantenimiento “es muy sencillo”, y de hecho la instalación la hizo el propio personal del establecimiento, con el asesoramiento correspondiente.
El productor destacó que la gran virtud que tiene esta tecnología es que “es una herramienta que permite tener altas cosechas de pasto con sencillez operativa, algo que es difícil de lograr y, además, escalable. Esa es su gran ventaja”.
Explicó que el cálculo de repago de la inversión depende de la unidad productiva anterior, contra qué se compare, pero afirmó que “si el sistema se maneja bien, en un año se paga”.
Destacó que otra ventaja es que se puede presentar un proyecto en la Comisión de Aplicaciones de la Ley de Inversiones (Comap), con la posibilidad de descontar una parte significativa de la inversión.
“Para la gente que piensa en intensificar pasturas, aumentar consumos y eficiencia de utilización, no hay nada como esto. Todos los que piensen en tener sistemas más intensificados y escalables deberían pensar en Techno Grazing como una alternativa válida”, subrayó.
Rodríguez aseguró que esa tecnología “es para cualquier tipo de productor, incluso para los más chicos. Lo hacen los neozelandeses, que tratan de simplificar su vida operativa, hacerla más sencilla. Este sistema les libera mucho tiempo a los dueños de los campos, y además producen mucho, generando ingresos muy interesantes. Les permite hacer una diferencia sustancial respecto a lo que se podría producir de forma convencional”.
Pero insistió en que “lo más importante es aprender a manejar el pasto. Si uno no maneja el pasto y solo tiene agua y un alambre eléctrico, va a tener los mismos problemas que si no tuviera todo este sistema armado. Hace dos años que tenemos este sistema, y es algo que se adopta bastante rápido. Es un escalón de intensificación, que sin dudas paga los costos”.
Liberar el campo en verano
Rodríguez explicó que los suelos de su campo tienen baja capacidad de retención de agua, y “sufren los veranos, porque se secan mucho”. La base pastoril del establecimiento se basa en festucas y dactylis, en el medio rota con raigrás, y en verano con algo de soja de pastoreo. Además, comentó que se está por incorporar raigrás italiano.
“Somos muy estrictos en no pastorear en verano. El resto del año tenemos animales pastoreando, desde febrero hasta fines de noviembre o primeros días de diciembre, dependiendo del año. Nuestro sistema está diseñado para descargarse mucho a partir de la primavera. Solo pastoreamos en otoño, invierno y primavera. Los animales que pasan el verano en el establecimiento son los que soporta el campo natural asociado a la forestación”, señaló.
Explicó que el campo no se pastorea en verano para que no se muera la pastura. “Hemos visto que las festucas y el dactylis no se mueren por seca, sino que se mueren por mal manejo. Tenemos pasturas de seis años, que siguen produciendo, y eso es parte del manejo”, destacó el productor.
En ese sentido, agregó que “los meses de verano no son tiempo muerto, sino una necesidad. Si no saco el ganado no tengo pasturas que perduren. Pero este sistema, así como tiene ciertas desventajas en el verano, tiene ventajas en invierno, porque como drena mucho, puedo pastorear más en invierno, con menos problema de rotura de pasturas por pisoteo en invierno, y lo que no tenés en un momento lo tenés en otro”.
Fertilización
Rodríguez explicó que allí se hace un manejo de verano, aumentando la fertilización nitrogenada, para estimular el macollaje. “Tenemos muestreo de suelo de todo el campo, cada 10 hectáreas. Usamos cerca de 400 kilos de urea por hectárea, por año efectivo de pasturas; unos 120 kilos de cloruro de potasio; y unos 120 kilos de fósforo”, detalló.
Agregó que el manejo de nitrógeno y potasio es estructural, y el de fósforo de acuerdo al análisis de suelo. “Lo que no he notado es que por el hecho de tener Techno Grazing tengamos que usar menos fertilizante. Tal vez en un futuro pueda ser, pero los nutrientes que se reciben en la parcela son los que hay, no se adiciona nada, pero evita que no se saquen nutrientes y se reciclen mejor”.
Producción de carne
En El Rancho se produce con categorías de recría y de invernada. “Hemos producido muchos terneros enteros, vaquillonas y algo de novillos para cuota. No tenemos cría, lo que hacemos es un encierro invernal para poder consumir el pasto”, señaló Rodríguez.
Comentó que antes suplementaba todo el ganado en invierno, al 1% del peso vivo, y ahora se suplementa a un tercio el ganado, para el 100% de su dieta, con la misma cantidad de alimento.
Sintetizó que “concentramos el problema en un solo lugar. Tenemos encerrado un tercio del ganado en invierno, que es lo que no da el pasto, y el objetivo es comer la mayor cantidad de pasto posible. Si el pasto no alcanza se saca ganado, si sobra metemos ganado en la pastura. Trato de sacar la cola del lote, para que se arrime al pelotón del medio, para que todo llegue junto a fin de año. El objetivo es que en verano quede la menor cantidad de ganado posible”.
Consultado sobre la carga ganadera que permite el sistema, Rodríguez respondió que “depende de la época del año. En otoño hay entre 1.300 y 1.500 kilos de peso vivo por hectárea, en invierno de 850 a 1.150 kilos, y en primavera entre 1.600 y hasta 2.000 kilos de peso vivo por hectárea en el mejor momento. Es una carga importante”.
Indicó que en ese momento las 250 hectáreas estaban con 1.050 novillos, vaquillonas y alguna ternera de 240 kilos.
Informó que este año en el área de pasturas produjeron unos 800 kilos de carne por hectárea. “Con un precio implícito muy malo, de US$ 1,50 por ejemplo, es importante lo que se puede lograr. Se pueden obtener ganancias de más de US$ 400 por hectárea”, destacó.
Nota de Revista Verde N°95