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Ganadería

Resultado económico de la cría en 2023/24 sería de US$ 31 por ha

19 de julio de 2023

Diego Varalla, director de APEO, participó del XXI Taller de Gestación Vacuna, en INIA Treinta y Tres, donde analizó el ejercicio que cerró el 30 de junio y proyectó el siguiente

El “número económico el año que viene pasaría a ser de US$ 31 por hectárea”, asumiendo que se volviera a los pesos de destete promedios y que los precios se mantuvieran en los niveles actuales, proyectó Diego Varalla, director de la consultora APEO, puntualizando que en este ejercicio “habrá menos terneros para vender”.

Varalla participó del XXI Taller de Evaluación de Diagnósticos de Gestación Vacuna, realizado en INIA Treinta y Tres. Allí el ingeniero agrónomo también estimó que los costos serían “normales”, si se concreta una primavera lluviosa, sin la necesidad de hacer destete precoz ni suplementación de terneras. 

Calculó que el promedio del resultado de este ejercicio y del próximo (US$ 17 y US$ 31) resulta en US$ 24 por hectárea. “Parecería ser muy poco para afrontar retiros, inversiones, amortización de deuda y todo lo que hay que hacer con esa plata. Creo que en los próximos dos años se van a diferenciar mucho los productores de escala grande de los chicos”, consideró. 

Señaló que una cría estabilizada, con 80% de preñez, peso de destete promedio, precios actuales y costos promedios, logra US$ 72 de ingreso de capital por hectárea. “Con eso hay que pagar rentas, amortizaciones de deudas, intereses, inversiones y hay que vivir. El escenario que vemos en los próximos dos años para los sistemas criadores, sobre todo para los de escala chica, es sumamente complejo”, advirtió.

Varalla recordó que trabajos de Giprocar y Fucrea señalan que al resultado económico de las empresas ganaderas lo determina la producción de carne. “Tenemos injerencia en la producción, no en el precio. La producción determina el 83% la variabilidad del resultado económico de las empresas; está claro dónde tenemos que trabajar”, insistió. 

Las empresas asesoradas por Apeo lograron 192 kilos de carne por hectárea en el ejercicio 2020/21, en un área que totaliza más de 45.000 hectáreas, con más de 56.000 cabezas vacunas; en 2021/22 esas empresas obtuvieron 210 kilos de carne por hectárea. 

Resultados de la cría en 2022/23

Antes de referirse a los resultados del ejercicio ganadero 2022/23 para las empresas criadoras, puntualizó que “hay que hablar de lo estructural por encima de lo coyuntural, porque los sistemas ganaderos son a largo plazo”. Y enfatizó que “no nos podemos confundir con los resultados del año pasado, que fueron excelentes, ni con los de este año que serán un desastre”. 

El ingeniero agrónomo se refirió a los resultados de las empresas ganaderas asesoradas por APEO. Primero recordó que el ingreso de capital del ejercicio 2021/22 “fue extraordinariamente bueno” –de US$ 102 por hectárea– e informó que el de este año fue de US$ 17 por hectárea. “Esperamos un descenso del orden del 83%”, informó, y a continuación insistió en que el ejercicio 2021/22 fue “extraordinariamente bueno, por el incremento de precios”. 

El consultor indicó que el resultado económico de cada año con respecto al promedio de toda la serie ronda los US$ 50 por hectárea. “El año pasado estuvo 109% por encima y este año 65% por debajo”, indicó. 

Con esos datos, sostuvo que el negocio de la cría “es de US$ 50 o US$ 60 por hectárea”; advirtió que tiene sus vaivenes y que las empresas “tienen que estar preparadas”.

Los activos y la cría

Otra puntualización que realizó Varalla fue en relación a la valorización o desvalorización de los activos. “Puede parecer que un negocio de US$ 50 por hectárea es magro, pero el 80% del activo de una empresa agropecuaria es la tierra, el 15% es la hacienda y el 5% el capital de giro”. 

Varalla detalló que la tierra tuvo una valorización del 6% o 7% anual en los últimos 10 años y la hacienda porcentajes similares. Señaló que desde el ejercicio 2007/08 el 89% del resultado económico de la cría lo explicó la producción y 11% la tenencia o valorización del stock hacienda. 

“Así que más-menos tenés US$ 50 por hectárea de resultado económico por producción y US$ 5 por valorización del activo. El resultado de este año está marcado por el incremento de los costos y por el menor peso de los animales que un sistema criador vende. De los sistemas ganaderos la cría es el más inelástico, por biología y por recursos que explota”, sostuvo. 

En ese marco, advirtió que “recomponer un sistema de cría es mucho más difícil que uno de recría. En la recría compro más, compro menos, ajusto la carga y lo voy resolviendo. En la cría eso es un poco más difícil”.

Recría e invernada

Todo el conjunto de empresas recriadoras e invernadoras que asesora APEO tiene 37% de área intensiva con pasturas y 15% o 20% de agricultura. “Están muy saneadas”, producen “200 kilos de carne por hectárea” y tienen un ingreso de capital que el año pasado fue de “US$ 300 por hectárea”, detalló. “Para este año esperábamos US$ 200 por hectárea, pero va a ser negativo en US$ 50, sobre todo por el mal resultado de la agricultura”, comentó.

A propósito, señaló que en los flujos de fondos “no tuvimos el ingreso de la soja en junio, los animales tienen 30 o 40 kilos menos por la falta de ganancia de peso en verano y eso retrasa nuestro producto de venta, y también el cobro”. Indicó que esas empresas “no se van a juntar con plata fuerte en ganadería hasta febrero-marzo” y en agricultura “hasta la cosecha de soja que viene”. 

Agregó que “hasta mediados del año que viene tenemos un terreno muy duro para recorrer –por más que productivamente nos vaya muy bien–, y lo vamos a transitar con flujos de fondos extremadamente tensionados, tratando de no entrar al banco”.

Coyuntura

Al referirse a la coyuntura, Varalla señaló el 7% de depreciación del dólar y el 7% de inflación, que generaron un 14% de pérdida del poder de compra. Agregó que el precio del ternero bajó 24% del otoño pasado a este otoño y que los terneros pesaban 10% menos. “Todo eso implica que el producto bruto de una empresa criadora neta baje 30%, por producción y por kilos destetados (de US$ 195 a US$ 136 por hectárea)”, indicó el consultor. 

Además, los costos directos “aumentaron 62%, principalmente por un incremento de la suplementación. El destete precoz pasó de costar US$ 12 a US$ 26 por hectárea, y la suplementación de las terneras de US$ 4 a US$ 6 por hectárea. Cualquier ración valía US$ 400 o US$ 420 por tonelada”, recordó Varalla.

Por otra parte, estimó que los costos fijos “no se deberían modificar demasiado, sí los que están en pesos, como la mano de obra, que posiblemente se incremente 11%”. 

Sistemas de producción

En las empresas asesoradas por APEO los suelos muy buenos pasan a agricultura, los intermedios a pastura con agricultura y los más marginales a la cría. Esas empresas venden el 30% de los terneros en mayo, a los 15 meses, y el 70% de los animales se vende en noviembre, con 24 meses, recriados para corrales. 

En el corral “es importante el peso de inicio porque no podemos modificar drásticamente la ganancia de peso en cada una de las estaciones. Los que se venden en mayo pesan 90 kilos y los de noviembre 160 kilos. Tenemos que trabajar con un peso mínimo de venta a nuestros clientes que son los compradores de los ganados de corral”, explicó Varalla. 

Esas empresas compran terneros en otoño y “buscamos los que son relativamente tempranos, pesados y con pocos meses, porque la edad pasa a ser determinante. Estas empresas están entrando en un nicho de calidad”, indicó. 

Varalla comentó que en estos dos años “hemos pesado cada tres meses unos 58.000 terneros. Si nos llenamos de terneros de 140 kilos, ya son chicos, el peso final va a ser menor y la ganancia individual también va a ser menor a igualdad de comida, y así se me generan colas en la recría”. 

Acotó que en un sistema recriador también es importante la cabeza de parición, el peso al destete y demás. Comentó que del 20% al 30% de los terneros comprados se encierran 40, 60 días o el tiempo que sea necesario, para que alcancen el peso de los que están a campo. “Por eso tratamos de no comprar terneros de menos de 140 kilos”, insistió.

Antes y ahora

Varalla también comparó los sistemas productivos actuales con los que existían antes. “A precios de hoy, con costos de hoy, la cría vieja del Uruguay tendría un resultado económico de US$ 38 por hectárea. La cría de hoy, con los actuales resultados físicos y precios, el resultado sería de US$ 72 por hectárea”, señaló. 

“Esto quiere decir que la tecnología asociada a los resultados físicos de los sistemas criadores en Uruguay ha permitido a igualdad de valores duplicar el ingreso. Esto no se hace porque sí, sino porque hay un retorno económico atrás de lo que se está transfiriendo”, analizó el ingeniero agrónomo. 

Enfatizó que “si la transferencia de tecnología se junta con el resultado económico, eso es imbatible. Creo que hubo una modernización de los sistemas productores, una especialización y modernización de los criadores. También de los recriadores, a través de los feedlot y de la cuota (481), que marcó en qué momento tenemos que vender, con qué peso y a qué edad. Eso determinó rigideces que ayudaron a definir los sistemas de producción”. 

Varalla también mostró las diferencias entre cuando en Uruguay se entoraban las vaquillonas a los 3 años y ahora que se entoran a los 2 años. “Nuestro check list para cualquier empresa criadora es: entorar con 2 años, preñar por lo menos el 80%, destetar 150 o 160 kilos en marzo. Y todas las vaquillonas que fallan se venden. Si todo eso está bien, tenemos que tratar de subir el número de vacas entoradas, manteniendo la eficiencia biológica para obtener un mayor retorno económico. La diferencia entre entorar a los 3 años o a los 2 años está en recriar bien”. 

Nota de Revista Verde N°108

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