La película de la carne bovina avanza hacia un desenlace positivo

El consultor argentino Fernando Canosa planteó que el protagonista será el sistema de producción basado en pasturas, ya que es el insumo más importante para bajar costos
Todos los años tienen sus vicisitudes, y si uno se queda llorando por todas las cosas que están mal, se pierde lo que está bien”, dijo a VERDE el consultor en agronegocios, Fernando Canosa. El analista argentino llamó a “mirar la película”, ya que “no podemos perder de vista que hubo un cambio en el mundo a partir de 2012, cuando China y todo el Sudeste Asiático entraron con fuerza en el mercado de las carnes”.
Recordó que “hace por lo menos ocho años que esa región del mundo viene traccionando fuerte en la demanda de carnes”, y consideró que “esto seguirá creciendo”, ya que “no alcanza la carne que hay en el mundo para abastecer la cantidad de gente que se suma al consumo”.
Subrayó que “hay una demanda estructural de carne en el mundo que seguirá insatisfecha, porque los países del Sudeste Asiático no tienen capacidad de producir carne”.
Agregó que “los países que tienen la capacidad de producir más carne, proteína animal y en especial carne vacuna, son los del Mercosur. Esta es la única región del mundo que tiene posibilidades de crecer. Es algo que no hay que perder de vista, más allá de los problemas de la pandemia, del cambio en los precios de los commodities agrícolas y de cualquier precio relativo”.
El pasto
Para Canosa, la suba de precios de los granos “puede ser una oportunidad y una obligación para todos los que producimos carne a pasto. En el Mercosur producimos fundamentalmente a pasto, después tendremos que dar una terminación con mayor o menor cantidad de granos, con más o menos días, con más o menos suplementación, con o sin encierro, pero la forma de bajar los costos y mejorar las rentabilidades de los planteos ganaderos es poner todas las fichas en el aumento de la producción de carne a pasto”.
Consideró que “cuanto más pasto tengamos, que es el recurso más barato para el productor ganadero, más kilos vamos a poder producir. Y si eventualmente tenemos que producir los últimos kilos a grano, a pérdida o con un empate técnico, cuanto más kilos de carne gane a pasto, será menos dolorosa esa última parte a pérdida”.
Planteó que, desde que se entora una vaca hasta que sale la carne a la góndola, “el 90% de la producción de ese animal se produce a pasto. Entonces, lo que tenemos que hacer los ganaderos es preocuparnos cada vez más por producir más pasto, desarrollando una altísima tecnología, porque es la forma de aumentar la producción, bajar costos e independizarnos del precio del maíz”.
Comentó que “Uruguay tiene clarísimo que es uno de los países que puede aumentar la producción de carne, viene liderando en esto y aprovechando oportunidades que Argentina no aprovechó políticamente. Hoy, por suerte, Argentina está de vuelta en el negocio ganadero”.
Precios de los granos
Para Fernando Canosa, la suba de precios de los granos afecta sobre todo a las carnes de cerdo y pollo, y genera un aumento de precio de esos productos. “Uno puede esperar aumentos de los precios de las carnes de cerdo y pollo, de lo contrario habría una disminución de la producción en aquellos países productores. A la corta o a la larga los precios de las carnes seguirán a los commodities agrícolas. Eso está claro, porque nadie va a producir a pérdida”.
En tal sentido, enfatizó que “la máquina más generosa de la naturaleza para poder consumir celulosa son los rumiantes”. Especificó que estos son los vacunos, ovinos, caprinos, y no así los animales de la especie porcina y aves. Por lo tanto, el analista señaló que “el costo final del bife, cuando es 90% producido a pasto, y si ese recurso no aumenta de precio como los granos, tendrán una ecuación final más favorable”.
Comunicación
El analista argentino consideró que la ganadería debe comunicar mejor, con una actitud más frontal, “sin sentirnos culpables de nada”.
A propósito, sostuvo que “la producción ganadera es totalmente amigable con el ambiente, sobre todo la producción a pasto. El ciclo de los rumiantes en general toma carbono del aire, lo largamos a través del metano, pero vuelve a capturar carbono a través del pasto”.
Allí, marcó la diferencia con los combustibles fósiles, que “sacan carbono de la tierra, lo convierte en energía y no vuelve a capturar”, enfatizó. “Tenemos una ventaja competitiva fenomenal, que la tenemos que comunicar. Lo que pasa es que para los intereses económicos generados por el cambio climático es mucho más fácil echarle la culpa a las vacas, que tienen responsabilidad en apenas 4% o 5% de las emisiones, frente al 80% que le corresponde a los combustibles fósiles”, sostuvo.
Por lo tanto, opinó que “hay que ser muy claros y contundentes, en que la producción de los rumiantes no es contaminante sino amigable con el ambiente, y que puede ser más lo que captura de lo que emite. O sea, que producir carne es amigable con el ambiente”.
Nota de Revista Verde N°91


