INIA impulsa investigaciones para una ganadería más eficiente y con menor impacto ambiental

El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) presentó en Treinta y Tres diversas líneas de trabajo orientadas a mejorar la eficiencia productiva y ambiental de los sistemas ganaderos, en el marco de la jornada “Oportunidades para una ganadería sostenible en el Este”, realizada en la Unidad Experimental de Palo a Pique (UEPP).
La actividad reunió a productores, técnicos y referentes del sector, que pudieron conocer de primera mano los avances de INIA en materia de mitigación de emisiones de metano, gestión del pastoreo sobre campo natural, monitoreo de pastizales y manejo de pasturas perennes.
En la primera parada del recorrido, el DMV Gonzalo Fernández Turren y el Ing. Agr. Mario Lema presentaron los estudios que realiza INIA sobre estrategias nutricionales adaptadas a sistemas extensivos para reducir las emisiones de metano en la cría vacuna.
Los investigadores mostraron el funcionamiento de las unidades GreenFeed, que permiten cuantificar las emisiones de metano a nivel individual y de rodeo, evaluando el patrón diario de emisión.
Fernández Turren explicó que “se están evaluando estrategias que los productores conocen hace años, como los mejoramientos con Lotus Rincón o la suplementación invernal con afrechillo de arroz entero, de modo que su implementación sea rápida y efectiva”.
Según destacó, los ensayos muestran que “los mejoramientos con Lotus Rincón permiten mejorar la productividad y bajar la intensidad de emisión”, y que la suplementación con afrechillo de arroz “parecería ser una estrategia promisoria para reducir las emisiones en animales que pastorean campo natural durante el invierno, ya que duplica la ganancia diaria sin incrementar las emisiones de metano”.
Luego, los ingenieros agrónomos Gerónimo Cardozo y Amparo Quiñones abordaron la problemática de la invasión de gramilla en los campos naturales del Este, fenómeno que afecta la diversidad vegetal y el contenido de carbono del suelo. Mostraron resultados de estudios que evidencian que, en condiciones extremas, los gramillales no pueden revertirse mediante el banco de semillas del suelo.
Quiñones recordó que desde 2015 INIA evalúa especies nativas con potencial para recuperar esos ambientes, como Paspalum notatum cv. INIA Sepé y Paspalum dilatatum cv. Surenio.
La jornada incluyó la presentación del primer experimento de largo plazo instalado en 2021 en la UEPP, que durante 30 años evaluará los efectos de distintos niveles de pastoreo ovino sobre el campo natural.
El zootecnista Jean Savian explicó que “la hipótesis central es que una intensidad de pastoreo moderada, de entre 8 y 12 centímetros de altura, promueve un mejor equilibrio entre sostenibilidad productiva y ambiental a largo plazo”.
El ensayo considera alturas de pastoreo de 4, 8, 12 y 16 centímetros, para analizar la relación suelo-planta-animal-atmósfera y definir criterios de manejo aplicables directamente en los sistemas productivos.
En esa misma línea, la Ing. Agr. Amparo Quiñones presentó mediciones de la vegetación en sierras y lomadas del Este que permiten monitorear la dinámica de los pastizales.
Con métodos tradicionales y sensado remoto mediante drones, se registraron 151 entidades vegetales de 34 familias botánicas, siendo Poaceae y Asteraceae las más numerosas. La riqueza promedio es de 38 especies por metro cuadrado (con un rango de 14 a 58), y la diversidad, medida por el índice de Shannon, alcanza un valor promedio de 1,97.
Anualmente, las 10 especies más abundantes cubren entre 74% y 78% del área, lo que brinda una base objetiva para comprender cómo los cambios en la vegetación inciden en el desempeño animal y la biodiversidad.
La última parada estuvo dedicada al experimento de largo plazo “Intensificación sostenible de sistemas ganadero-agrícolas”, a cargo de los ingenieros agrónomos Walter Ayala, Agustina Carrasco, Pablo Rovira, Virginia Pravia (INIA), Nicolás Engel (posgrado) y Tobías Choyt (becario Fulbright), junto a los investigadores de INIA Tacuarembó, Rafael Reyno y Javier Do Canto. Allí se destacó el papel de las gramíneas perennes Festuca y Paspalum notatum en los sistemas del Este.
Los investigadores informaron que Festuca permite alcanzar productividades de entre 9 y 12 toneladas de forraje por hectárea al año, que manejadas con cargas promedio de 900 kilos de peso vivo por hectárea, logran ganancias de 600 a 700 gramos por animal por día y producciones de 450 a 530 kilos de peso vivo por hectárea, sostenidas durante ocho a diez años.
Además, se evalúa la incorporación del Paspalum notatum cv. INIA Sepé, una gramínea perenne nativa de ciclo estival, para complementar la oferta forrajera junto a Festuca y campo natural, y cuantificar su contribución al secuestro de carbono en un sistema 100% pastoril.


