Zafra histórica para los cultivos de invierno
Las áreas crecieron y los rendimientos de trigo, cebada, avena, colza y carinata fueron de los más altos que se han registrado
La reciente zafra de cultivos de invierno fue histórica para Uruguay, fundamentalmente por las altas producciones promedio por hectárea obtenidas en los distintos cultivos, resultado que según la encuesta de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) registraron niveles récord.
Algunos agricultores, sobre todo los del sur, señalan que los promedios no fueron tan altos como los que indica ese estudio, porque al final de la cosecha las lluvias hicieron mermar la producción. De todos modos coinciden en que fue una muy buena zafra, que le brinda oxígeno a un sector que venía muy comprometido por dos cosechas para el olvido.
Según DIEA, la superficie de trigo de la reciente zafra fue de 198.400 hectáreas, casi 3% más que lo sembrado el año anterior, cuando se alcanzaron 193.000 hectáreas. El rendimiento medio a nivel nacional se estimó en 3.667 kilos por hectárea sembrada, cifra que significó un récord histórico según los registros de DIEA. Además fue 61% superior al promedio de la zafra anterior.
El área de cebada fue estimada en 167.300 hectáreas, casi 10% más que en la zafra anterior, con un rendimiento promedio de 3.813 kilos por hectárea, llegando casi al récord histórico de 3.840 kilos por hectárea de 2015/16.
La superficie de avena para grano seco se estimó en 26.000 hectáreas, 30% más que en 2017, cuando se registró una superficie de 20.000 hectáreas. El rendimiento medio de la avena fue de 2.026 kilogramos por hectárea.
El área sembrada entre colza y carinata alcanzó 55.100 hectáreas, casi 4% más que en la zafra anterior, y su rendimiento se estimó en 1.646 kilos por hectárea.
El director de Unicampo Uruguay y docente de la Facultad de Agronomía, ingeniero agrónomo Esteban Hoffman, destacó que además del efecto año, con una primavera que fue muy buena, hubo cuatro elementos que incidieron en el manejo de los cultivos de invierno para lograr buenos rindes, pero sobre todo buena calidad de producto.
“Todos aprendimos de los golpes. Después de los años 2015 y 2016, el productor incrementó la cantidad de nitrógeno al suelo. Además, el área bajó y se concentró en las mejores zonas, lo que ayuda a lograr buenos rendimientos, con buena proteína. También el productor tomó los trabajos de la investigación nacional, ya sea de la Facultad de Agronomía como del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA); y la rotación con pasturas es otro elemento que incide en estos rendimientos elevados”, señaló.
Diciembre cerró en algunas zonas con más de 400 milímetros de lluvias, lo que sumado al paro que afectó la distribución de combustibles, fueron elementos que incidieron en la cosecha de trigo y cebada, fundamentalmente en el sur de Uruguay.
Lee la nota completa en Revista Verde N° 74
