Agricultura

Voraxor: el nuevo herbicida de BASF

11 de octubre de 2022

Uruguay es el quinto país del mundo en lanzar el producto, que está posicionado para barbecho en soja, maíz, trigo y cebada; se puede aplicar hasta un día antes de la siembra

En el contexto de una creciente problemática de malezas, BASF realizó en el Sheraton de Colonia el lanzamiento de Voraxor, un herbicida que se caracteriza por su “aplicación en presiembra”, que “presenta un muy buen efecto preemergente y posemergente en malezas de hoja ancha”, destacó a VERDE el responsable comercial de BASF Uruguaya, Martín Píriz.

Voraxor es un herbicida para barbecho en soja, maíz, trigo y cebada, para un “contundente y rápido” control de malezas y con un excelente efecto de persistencia sobre las malezas de hoja ancha que aún no emergieron. Por su excelente selectividad, se puede aplicar hasta un día antes de la siembra, informó la compañía en la presentación.

Uruguay es el primer país de Latinoamérica en el que se lanza Voraxor, debido a la “generación de conocimiento en ensayos, en parcelas demostrativas y en chacras de productores”, afirmó Píriz. Eso permite ofrecer un producto “con la certeza correspondiente en posicionamiento, mezclas, momentos y dosis de aplicación”, entre otros aspectos, indicó.

“Complementa muy bien nuestra paleta de productos en estos cultivos. Realmente, es una solución que venimos desarrollando junto a la mezcla con otros productos”, remarcó. 

Hasta ahora Voraxor se aplicó en forma comercial en trigo y cebada, y para la primavera llegará para barbechos de soja y maíz. Voraxor está disponible comercialmente en Canadá, Estados Unidos, Australia y ahora en Uruguay. Píriz confirmó que en la plaza uruguaya hay stock del producto para atender la demanda.

 Además, señaló que para BASF “es un hecho histórico comenzar a comercializar este producto en el mercado. Desde hace años la compañía tiene el compromiso de generar innovación, creando nuevos productos que brinden soluciones. El desarrollo de Voraxor llevó seis años de investigación y testeo”. 

Por su parte, Manuel Pérez, técnico en Desarrollo de mercado de BASF Uruguaya, consideró que el trabajo de investigación en microparcelas permitió validar el producto en los distintos ambientes y generar una recomendación robusta. Esos resultados “nos dicen que podemos usar el producto hasta un día antes de la siembra de soja, trigo, cebada y maíz. Llevamos unos tres años trabajando en parcelas de 10 hectáreas en campos de productores, donde estamos tratando de llenar esos baches de conocimiento, siempre existentes, por la variabilidad del campo uruguayo”, comentó. 

A nivel de aplicación, Voraxor tiene un rango de dosis de 100 a 200 cm3. Según explicó Manuel Pérez a VERDE, las dosis dependen mucho del objetivo del planteo productivo. “Mencionamos tres dosis, una de 100 cm3 por hectárea, si solo queremos un quemado o una desecación posemergente de la maleza. Si apuntamos a un residual, medio o largo, tenemos que trabajar con dosis de 150 a 200 cm3 por hectárea. Y también tenemos que tener una consideración, aplicar con menos del 30% de materia verde, porque el producto es retenido en la materia verde, que son plantas vivas, emergidas; si ese porcentaje es mayor debemos aplicar Heat”, detalló. 

El responsable de Desarrollo de mercado de BASF Uruguaya, señaló que están trabajando en el área cerealera de secano de Uruguay, desde Salto hasta Colonia. Y en total, en los dos últimos años, llevan realizados 45 ensayos en 70 macroparcelas, lo que muestra la calidad y cantidad del trabajo. 

“Estamos muy conformes con la densidad de muestras y con los resultados. Estamos aprendiendo mucho, tenemos un equipo de técnicos dedicados a seguir la experiencia y al agricultor, campo a campo, para ir aprendiendo y dar una garantía del producto en el correr de la zafra de invierno” indicó Pérez. 

Por su parte, Rodolfo Viana, consultor de Marketing de BASF en Paraguay, Bolivia y Uruguay, explicó que el buen recibimiento que tiene el producto parte de sus atributos. Mencionó la “alta performance en desecación para el control posemergente de malezas de hoja ancha; la buena persistencia o la residualidad, que permite un excelente control en preemergencia de las principales malezas; y el manejo anti resistencia, porque tiene un innovador principio activo (Tirexor), que controla malezas que son resistentes a otros inhibidores de la PPO”. 

También destacó que Voraxor es altamente compatible con otros herbicidas que hay en el mercado, como glifosato, graminicidas y hormonales. Y, por último, se refirió a la alta selectividad, ya que “se puede usar en presiembra, hasta un día antes de la siembra”.

Asimismo, Viana señaló que si se observan las importaciones del período 2020/21, de acuerdo a datos del Ministerio de Agricultura Ganadería Pesca (MGAP), se puede ver cómo los herbicidas selectivos, quitando el glifosato, ocupan un porcentaje muy importante del mercado total. “Esto nos da una pauta, no es que esté disminuyendo la utilización del glifosato, sino que está aumentando la resistencia de malezas a ese herbicida específico, y el agricultor opta por otros herbicidas selectivos. Estos son herbicidas residuales, con persistencia de control para poder atacar la problemática de la maleza desde la semilla o el banco de semillas. Por eso es importante participar en el mercado con un producto innovador y sustentable”, indicó el técnico de BASF. 

LA INVERSIÓN EN I+D

Santiago Monteverde, responsable de Marketing para Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay, dijo a VERDE que la innovación es parte del ADN de la compañía. “Mirar que la agricultura sea autosustentable, que haya innovación para incorporar productos cada vez más seguros para el medioambiente, de más fácil uso para el agricultor y que resuelva la problemática que tiene hoy el campo, es el objetivo”. 

Agregó que BASF invierte el 10% de las ventas totales de toda la corporación en investigación y desarrollo. “Y gran parte de esa inversión, el 40% o casi 1.000 millones de euros, va hacia el área agrícola”, informó. 

Asimismo, la apuesta consiste en generar productos que impacten lo menos posible en el medioambiente. “Es una exigencia de la sociedad, que seguimos y defendemos, a través de una búsqueda constante de productos más seguros”, dijo.

También informó que un nuevo producto demanda entre 10 y 12 años de desarrollo, y requiere de una inversión que supera los 250 millones de euros.

Nota de Revista Verde N°103

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