Riego en Uruguay se destaca frente a los demás países de Latinoamérica
En Valley creen que el mercado “recién está empezando” y estiman que hay unos 900 pivotes en el país, con potencial para llegar a unos 3.500 dentro de cinco o seis años.
Uruguay “es uno de los países de Latinoamérica donde más creció el riego”, destacó a VERDE el gerente general de ventas de Valley para Latinoamérica, Dimas Rodriguez. El ejecutivo sostuvo que al compararlo con Chile, Perú, Colombia y México, “Uruguay creció mucho”. Entre los principales factores que impulsaron esta tecnología, señaló “los incentivos” de la Comap (Comisión de Aplicación de la Ley de Inversiones), “el coraje del productor” y “su avidez por nuevas tecnologías”, así como los precios de las commodities, que “les han permitido a los productores realizar estas inversiones para capitalizar una mayor productividad”.
Rodriguez comentó que en Valley “consideramos que el mercado uruguayo recién está empezando, estimamos que hay unos 900 pivotes en el país, y tiene potencial para llegar a unos 3.500 en cinco o seis años”.
Comentó que si bien Chile actualmente tiene unos 2.000 pivotes instalados, “es un mercado que empezó primero y ya está más maduro”. Por eso, insistió en que Uruguay “tiene un potencial gigante para seguir avanzando”.
Dijo que en Uruguay “hay muchos pivotes móviles, pero cerca del 60% son fijos, porque el móvil requiere de más mano de obra, infraestructura, mientras que el fijo es más eficiente para la telemetría, el comando a distancia, porque se puede monitorear”.
Si bien expresó que prefiere los pivotes fijos, señaló que un proyecto de riego es como “un traje a medida”. Si en la visita al campo los técnicos “diagnostican que para el productor, su manejo, su rotación, es mejor un pivot móvil se lo vamos a indicar, y si es un fijo o un frontal también se lo vamos a decir”. Agregó que “eso depende mucho de la realidad del productor”, y que “el distribuidor está preparado para hacerle la mejor sugerencia”.
Destacó que Valley está impulsando la tecnología en sus productos con tres objetivos: maximizar los recursos naturales, disminuir el costo operativo y aportarle más rentabilidad a los productores. Afirmó que “todos los esfuerzos e inversiones son hechos para que la tecnología pueda ayudar al productor”.
También destacó que hay herramientas que ayudan al productor en la toma de decisiones de riego. “Cuando hablamos de disminuir costos operativos nos referimos a utilizar mejor el agua, la energía, regar en el momento y la cantidad correcta. Hay herramientas tecnológicas como la telemetría, hacemos un pronóstico de riego para los próximos cuatro o cinco días, estimando la cantidad de agua que hay que utilizar, haciendo un análisis de 50 variables relacionadas con el cultivo, el clima y el suelo. Valley puede indicar exactamente la cantidad de agua a utilizar. Con eso el productor puede bajar costos operativos, de mano de obra, de energía y de la propia agua”, destacó.
Y explicó que el productor incorpora esta tecnología con el soporte del distribuidor local. “La idea no es solo vender el pivot, sino que el productor sepa cómo utilizarlo”, dijo.
Rodriguez, quien es de origen brasileño, aunque su cargo no contempla las operaciones de Brasil y Argentina, recordó que en la década de 1980 en Brasil “pasaron cosas que ayudaron a que se desarrolle el riego: la regulación ambiental, la industria –que sigue pujante– y el coraje del productor”. Consideró que “esos mismos puntos pueden impulsar el desarrollo del riego en Uruguay”, además del trabajo conjunto de todas las marcas de equipos de riego, que incentivan su adopción, así como lo han hecho las marcas de maquinaria, de semillas y de otras tecnologías”.
Valley en Latinoamérica y el futuro
Rodriguez destacó que Valley “es la empresa que más distribuidores tiene en Latinoamérica”, y además “están altamente tecnificados”. Además remarcó la calidad del producto, que es “otro diferencial”, desde “los materiales hasta la aplicación de agua variable, la telemetría, el diagnóstico de riego, la inteligencia artificial aplicada con cámaras en pivotes y la aplicación de fertirriego”.
Consultado sobre el futuro de la tecnología, respondió que “quizás sea un pivote autónomo”. Planteó que un pivot “está los 365 días del año en el mismo lugar, mientras que todos los demás equipos de un establecimiento se mueven”. Entonces, “un pivot con inteligencia artificial puede funcionar como escáner, donde acumula conocimiento de suelo, del cultivo, del clima, plagas y enfermedades; y en la medida que acumula esa información se vuelve capaz de tomar decisiones”, explicó.
Consideró que el pivot del futuro será “un equipo autónomo, que aprenderá en algunos ciclos y después influirá en las decisiones de riego, aplicación de fertirriego o alertar al productor sobre alguna enfermedad o plaga”.
Nota de Revista Verde N°118