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Agricultura

Megaagro explora el potencial del lupino en distintas condiciones

16 de enero de 2023

Este año la empresa lanzó la variedad AGT Coyote, que fue sembrada en pequeños lotes de productores, en distintas fechas y zonas del país, obteniendo muy buenos resultados

Megaagro lanzó el lupino AGT Coyote. “Se sembraron más de 200 hectáreas para evaluarlo a nivel comercial, en todo el país, buscando determinar los ambientes adecuados para la especie y la variedad. Se planteó una distribución geográfica acorde a la información de la especie, y también hicimos ensayos comparativos y de potencial de rendimiento”, comentó Jorge Foderé, de Megaagro.

El agrónomo calificó la información generada como “excelente”. Y destacó que “sorprendieron los rendimientos, con situaciones que superaron los 3.500 kilos por hectárea (kg/ha), algo que alienta al desarrollo de la especie y de la variedad”.

Consideró que el lupino “entra en todos los sistemas. Es un cultivo de invierno más, que aporta renta y nitrógeno (N), ya que es una leguminosa invernal. Hay productores que plantan vicia, que están pensando en sustituirla por lupino, ya que aparte de fijar N genera renta”.

Pero Foderé también ve “un potencial de crecimiento muy importante en todas las zonas agrícola-ganaderas y ganaderas de Uruguay”, y destacó que “el comportamiento de esta variedad en zonas no tradicionalmente agrícolas ha sido excelente”. 

El mayor rendimiento se registró en Treinta y Tres, donde se lograron cerca de 3.700 kilos por hectárea. “En esas zonas vemos un enorme potencial, ya que hay menos alternativas de cultivos invernales, y a su vez gran demanda de granos forrajeros para el ganado”, dijo. 

Remarcó que para ese cultivo es más importante el buen drenaje que la fertilidad de los suelos. El lupino “es un cultivo totalmente apto para suelos limos y limo-arenosos, tolera muy bien los suelos ácidos, por lo que tiene espacio en todo el país”, aseguró. 

Este año fueron 15 los productores que participaron de la experiencia, con el fin de generar más información. “Se sembraron de 10 a 30 hectáreas en cada caso, para evaluar el comportamiento”, señaló.

El lupino “suele utilizarse como alimento para el ganado bovino de carne y leche, ovino y porcino, ya que produce un grano muy balanceado, de 30% a 35% de proteína, pero también con un alto valor energético, similar al maíz”, describió. Pero hay un detalle no menor, es que “la energía proviene básicamente de las fibras del grano, no de carbohidratos simples. Por ende, tiene una lenta degradación en el rumen, sin provocar desbalances metabólicos. A diferencia de un grano cerealero, es una energía segura con las ventajas prácticas que esto conlleva”, explicó Foderé. 

Agregó que, más allá de la composición nutricional del grano, “se destaca muchísimo la practicidad en la suplementación, porque “no es necesario ningún tipo de tratamiento previo al consumo y es de muy fácil almacenaje”. Se cosecha, almacena y se asigna cuando se precisa como suplemento, sin gastos de flete.

Fechas y densidad de siembra

La experiencia de Megaagro Insumos generó mucha información sobre las fechas de siembra, que transcurrieron desde el 2 de mayo hasta agosto. “Este fue un año especial. Las siembras más tardías se vieron muy afectadas porque tuvieron 90 días sin condición de crecimiento. No hay que olvidarse que se trata de una leguminosa, que necesita temperatura en su crecimiento inicial”, dijo. 

Agregó que “no hay demasiada variabilidad entre zonas” y planteó que del 20 de abril al 15 de mayo sería la fecha de siembra óptima. “Estamos generando información de siembra más tardías. No es lo ideal, pero es posible. De hecho el año pasado logramos 2.300 kilos por hectárea en una siembra de julio; y ahora estamos haciendo ensayos en Melo, de un productor que sembró 5 hectáreas el 10 de agosto y el cultivo viene muy lindo”, comentó. 

Sobre el ciclo de AGT Coyote dijo que “depende de la fecha de siembra. En siembra temprana tiene su floración a los 90 días; y en tardías acorta el ciclo de floración hasta los 60 días. La que se sembró el 2 de mayo se cosechó el 12 de noviembre; y las de agosto se van a cosechar a fin de año. Las fechas tardías pueden servir para cerrar el invierno y en verano sembrar un maíz de segunda”.

Dijo que lograr una buena implantación “es la clave. Buscamos lograr de 50 a 70 plantas por metro cuadrado; ese objetivo no varía según las zonas, y se logra con 120 a 130 kg/ha”. 

Sostuvo que “lo importante es distinguir los campos sin compactación, que sean bien drenados. Este año tuvimos experiencias en el sur, donde prácticamente no llovió en todo el ciclo del cultivo, vino muy helador, y logramos 3.500 kilos por hectárea; o sea que se logró prácticamente el potencial. Y tuvimos experiencia en zonas (en el este) donde llovió mucho en invierno, y a pesar de tener anegamientos temporarios se lograron casi 3.700 kilos por hectárea”. 

Además, señaló que el lupino es conocido en el mundo por su bajo requerimiento de nutrientes. “Estamos ajustando los niveles de fósforo,  y vamos a evaluar la respuesta al potasio y micronutrientes. Requiere poco fertilizante, deja los campos nutridos y en excelentes condiciones físicas, gracias a su sistema radicular pivotante. Por lo tanto, desarrollar el cultivo permite una producción amigable con el ambiente, de bajo costo, que diversifica rotaciones y genera rentabilidad”, concluyó.

Nota de Revista Verde N°105

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