Agricultura

Más de 450 variedades de trigo evalúan cada año Erro y Don Mario

10 de marzo de 2021

De este modo buscan seleccionar genética con más rendimiento, sanidad y calidad, para los distintos ciclos productivos y adaptada a los ambientes de Uruguay

El departamento de Investigación y desarrollo (I+D) de Barraca Erro y Don Mario, “evalúan por año alrededor de 450 variedades de trigo, incluyendo ciclos intermedios, largos y cortos. “Esto significa que la evaluación y cosecha incluye más de 1.300 parcelas distribuidas en dos localidades (Norte y Sur), para generar la interacción de genotipo por ambiente y afinar aún más la selección”, dijo a VERDE la ingeniera agrónoma Lucia Camelo, responsable de I+D de Barraca Erro.

Agregó que “el foco es lograr variedades que rindan más que las que están en el mercado, pero además debe estar acompañado de una buena sanidad y calidad en grano”.

Además, señaló que la calidad “se ha vuelto cada vez más nuestro objetivo, dada las exigencias de los molinos y de la cadena agroexportadora. Hacemos los ensayos de manejo, variedad por fecha de siembra y por densidad, para detectar el mejor rango de adaptación”.

Comentó que “a la información generada por nuestra red de ensayos de investigación se suma nuestra una red de macro parcelas, en las diferentes zonas trigueras del país, con el manejo que el productor o el técnico realiza en el resto de la chacra. Todo es cosechado y pesado con balanzas de precisión, para asegurar un correcto análisis y datos confiables”.

También destacó que “desde hace tres años, entre Erro y Unicampo realizamos un plan nutricional, con el que logramos acompañar al productor durante el ciclo del cultivo, para que logre maximizar el potencial de la genética en más kilos y con calidad”.

Portafolio de productos

La responsable de I+D de Barraca Erro describió el portafolio de variedades de trigo de la compañía, integrado por: DM Sauce, DM Ñandubay, DM Pehuén, DM Ceibo y DM Audaz. “Es muy completo. Incluye un amplio rango de fechas de siembra, excelente potencial, sin descuidar calidad, además de un manejo ajustado a los ambientes productivos de Uruguay”.

DM Sauce es un material intermedio-largo, que fue lanzado en la zafra pasada. “Tiene un altísimo potencial de rendimiento, con un buen balance de calidad y buena sanidad. Es la variedad para arrancar el plan de siembra, sobre el 15 o 20 de mayo, y su límite de siembra está en torno al 15 de junio”, indicó. Sobre la población, dijo que “recomendamos lograr 40 plantas por metro lineal”.

DM Ñandubay, en tanto, “es un trigo de ciclo intermedio, muy plástico, líder en rendimiento en todos los ensayos oficiales donde se evaluó (INIA-INASE 2017-2019, y en el Programa de Caracterización de Cultivares de Trigo de FAgro, EEMAC-Paysandú en 2018 y 2019)”. Sigue consolidándose entre los que tienen más rinde en los resultados de nuestra red de ensayos de desarrollo y en los datos de manejo de la zafra pasada, con DM Sauce”.

Agregó que su fecha óptima de siembra comienza el 20 o 25 de mayo y se extiende hasta el 20 o 25 de junio. En  cuanto a la población, comentó que “tiene un rango más flexible, porque presenta una alta capacidad de macollaje, por lo cual la recomendación apunta de 35 a 45 plantas por metro lineal”.

Planteó que es una variedad que demuestra “una gran adaptabilidad y buen comportamiento a las condiciones de producción, que son tan influenciadas por las variables climáticas, y mantiene un buen perfil sanitario”.

Indicó que “son dos variedades de ciclo intermedio-largo de alto potencial de rendimiento, con buen comportamiento sanitario, y tienen bajo requerimiento de frío”.

A propósito, comentó que “DM Sauce requiere un poco más de frío, y por eso acotamos su fecha de siembra hasta mediados de junio. DM Ñandubay tiene un atributo que lo diferencia de otros trigos del mismo ciclo: la flexibilidad en fecha de siembra. Sobre todo cuando por motivos climáticos se ve afectada la planificación. Sabemos que mantendrá un buen rendimiento, a pesar de que se retrase la fecha de siembra”.

Camelo informó que los datos de rendimiento de la última zafra fueron muy buenos y que se destacó “la zona Sur, que tuvo mejores condiciones climáticas, con algún milímetro más de lluvia durante el llenado de grano. Allí los rindes estuvieron en torno de 6.000 kilos por hectárea (kg/ha), con muchas chacras que presentaron niveles productivos bastante más altos. Son materiales que tienen un potencial de rendimiento muy alto y cuando se dan las condiciones lo expresan. Se acercan a los potenciales que se logran normalmente en los ensayos, en situaciones de áreas más pequeñas y más controladas, cosa que no es habitual”.

Avanzando en ciclos, la responsable de I+D de Barraca Erro se refirió a DM Pehuén, material de ciclo intermedio, que también fue lanzado en la zafra pasada. “Es un trigo de mayor porte, buen perfil sanitario, y se destaca por su buen comportamiento a Roya de la hoja y a Roya Estriada. La fecha óptima de siembra comienza a fines de mayo y se extiende hasta fines de junio. Se caracteriza por su rusticidad y puede ser una buena opción para siembra en ambiente de media a baja productividad”, detalló.

Entre los ciclos intermedio-cortos del portafolio de Barraca Erro se destaca DM Audaz, “una variedad que reúne muy buenos atributos agronómicos. Presenta un altísimo potencial de rinde para su ciclo, lo que se observa en el período 2016-2018 de INIA-INASE, ubicándose entre los mejores, con casi 7.000 kilos de rendimiento promedio para las tres zafras”.

En el Programa de Caracterización de Cultivares de Trigo (PCCT), de Facultad de Agronomía (EEMAC-Paysandú), de la zafra 2018, “año que fue excelente para los cultivos de invierno, estuvo a la par de DM Ñandubay y rindió más de 8.000 kg/ha. En nuestra red sigue demostrando su potencial, y su máxima ventaja se da en las siembras más tardías”.

Puso como ejemplo los resultados de uno de los ensayos de la empresa. “El más tardío, con fecha de siembra del 15 de julio, alcanzó la media de 4.200 kg/ha; y DM Audaz fue el ganador consolidado, con 5000 kg/ha”.

Pero además de rendimiento, el producto “tiene una excelente calidad de grano y, en general, buena sanidad de hoja, destacándose por su fortaleza frente a la fusariosis de la espiga”.

Dentro de los trigos intermedios-cortos, “DM Audaz es el más precoz de nuestro portafolio, y me atrevería a decir que del mercado. Tiene un atributo que no es fácil de lograr en una variedad de trigo: el balance entre rendimiento, sanidad y excelente calidad panadera. Por eso, es una variedad Urutrigo (que exige tener al menos 1 W de 250 y 11,5% de proteína base seca).

La ingeniera agrónoma sostuvo que el mercado nacional e internacional tiene una demanda creciente de variedades de trigo con mayor calidad panadera, y esa es la razón de por qué ese aspecto tiene mucho peso a la hora de seleccionar.

La fecha óptima de siembra comienza entre el 10 y 15 de junio, extendiéndose hasta el 15 de julio. “Claramente es la variedad con la que cerraríamos el plan de siembra, pero sin perjuicios en cosecha, y el cultivo de segunda se siembra en fecha óptima”, valoró.

En los ciclos intermedios-cortos, Camelo recordó que DM Ceibo “es una variedad que tiene varios años en el mercado, pero sigue siendo muy demanda por el productor, gracias a su excelente rendimiento y también por su calidad panadera que viabiliza su comercialización. Al igual que Audaz, es una variedad Urutrigo, con los beneficios que eso generar para su comercialización”.

Explicó que la fecha de siembra recomendada se extiende desde el 8 o 10 de junio al 10 de julio. “Presenta un comportamiento sanitario intermedio para enfermedades de hoja, aspecto que hay que cuidar, dado que es un trigo que ya tiene varios años en el mercado. Es un material que se puede manejar muy bien, y su mayor ventaja es el aporte en rinde y calidad”, comentó. Para los materiales DM Ceibo y DM Audaz, la población recomendada se ubica entre 40 y 45 plantas por metro lineal.

Colza

En semillas de colza, Barraca Erro continúa trabajando fuertemente en la búsqueda de híbridos con potencial y sanidad, adaptados a Uruguay. “Tratamos que además tengan la tecnología Clearfield (CL), sobre todo por la seguridad que brinda frente al carry o apilamientos de herbicidas (del grupo ALS), que podemos tener en las rotaciones frente a la problemáticas de malezas que hoy se encuentran en las chacras”, señaló.

Además se refirió a las características destacables de los materiales, como vigor híbrido, homogeneidad en la implantación, maduración a cosecha y rendimiento.

Sobre el portafolio de productos del cultivo, señaló que está integrado por tres híbridos que ya se vienen comercializando desde hace algunas zafras. Para comenzar el plan de siembra, dijo que la opción es Smilla; recomendado para siembras a partir del 1° de mayo hasta mediados de junio.

Del 15 de mayo en adelante se puede sembrar Hyola 575 CL e Hyola 433, ambos son híbridos de ciclo intermedio más corto, y el primero cuenta con tecnología CL.

Además, Erro este año estará testeando un nuevo híbrido invernal CL pero de ciclo muy corto, llamado Phoenix CL. “El objetivo es aprovechar las siembras tempranas del mes de marzo a la primera quincena de abril, luego de la cosecha de maíz de primera. Es un híbrido que tiene muy buenos atributos en cuanto a potencial de rendimiento y contenido de aceite a lograr, buen perfil sanitario y baja o nula dehiscencia, lo que significa una gran ventaja para la cosecha directa”, destacó.

Camelo señaló que desde hace más de dos años “se puso mucho foco en la investigación y en el desarrollo de este cultivo, y participamos del programa de screening y en la selección de la genética de la empresa DSV”.

El objetivo “pasa por lograr híbridos modernos, de alto potencial en grano y aceite, con una fuerte adaptación local y un buen comportamiento sanitario. Este aspecto no es menor, dado que estamos viendo un incremento en el área de este cultivo y, por lo tanto, es de esperar que se empiecen a ver mayores problemas sanitarios. Eso demandará híbridos con un buen comportamiento a diversas enfermedades, como por ejemplo Phoma. Seguramente esta nueva dinámica deberá ser acompañada con algún tratamiento de fungicida, como en los otros cultivos de invierno”.

En la zafra pasada “evaluamos 146 híbridos entre los ensayos de screening y los del programa de selección genética, en dos localidades: Young y Dolores. Estamos convencidos de que las colzas primaverales ocupan un rol muy importante en la rotación de cultivos y en el sistema”, sostuvo.

Consideró que “se le está perdiendo el miedo al cultivo, van aumentando las tecnologías, como el sistema de siembra de precisión con barre rastrojo. Este sistema brinda mayores garantías al momento del establecimiento del cultivo, se implanta más rápido y uniforme, garantizando una planta más fuerte y con mayores hojas antes de que se den las primeras heladas en el otoño”.

Agregó que “esto se vio mucho en la zafra pasada. A partir de los primeros días de junio se registró una seguidilla de heladas de gran magnitud, que hizo que se perdieran grandes áreas o zonas de la chacra”.

“Donde hubo mala distribución y acumulación de rastrojo, la helada permaneció más tiempo sobre el cultivo, afectado el área foliar e incluso llegando a causarle la muerte. Otra de las ventajas de este sistema de siembra y de la correcta distribución de las semillas, es que se puede apuntar a rangos de poblaciones menores, lo que determina un ahorro en la semilla”, concluyó.

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