La telemetría en el manejo del riego permitió evolucionar en eficiencia y en sostenibilidad
La tecnología de riego ha evolucionado para ser más eficiente y sostenible, de la mano de la telemetría, el control a distancia y el riego de tasa variable por sectores para ahorrar agua y energía, dijo a VERDE el gerente de la Unidad Riego de Corporación de Maquinaria SA (Comasa), Felipe Lecueder.
Más allá de los proyectos de riego, su ejecución o la importación de los pivotes, Comasa “siempre ha puesto mucho énfasis en el avance tecnológico”, destacó. “Estamos convencidos de que la evolución tecnológica es una vía para ahorrar agua y reducir costos”, insistió.
Comentó que la empresa viene transitando ese camino en el área de telemetría, control y programación a distancia y “ahora se está presentando el riego de tasa variable por sectores, lo que permite aplicar el agua justa y necesaria en cada zona del campo, sin excesos o faltantes, haciendo un uso más eficiente de los equipos, el agua y la energía”.
Explicó que muchos clientes ya están programando los equipos para ser más eficientes, y que el siguiente paso “es la incorporación de hardware y algunas modificaciones al equipo que les permitirían trabajar de esta manera”.
Sobre los costos de la inversión en riego, afirmó que “se han adecuado los precios de algunos insumos”. Durante la pandemia y el período posterior “hubo muchas dificultades” con diversos proveedores, problemas de disponibilidad de insumos y complicaciones con los fletes marítimos, cuestiones que “distorsionaban” la inversión y el mantenimiento de la oferta, recordó. Pero esta situación “se ha venido normalizando, permitiendo que los montos de inversión sean menores a los de hace dos o tres años atrás”, acotó.
Lecueder consideró que este es un momento “con un poco más de estabilidad”, y más allá del costo de inversión por hectárea, que está relacionado con la magnitud de cada proyecto, “lo importante es resaltar los beneficios o incentivos para este tipo de inversiones, que motivan a embarcarse en estos proyectos y lograr niveles superiores de productividad”.
El gerente de la Unidad Riego de Comasa estimó que para 2024 habrá una demanda firme, “algo creciente respecto a 2023” y con “desafíos sobre las posibilidades de ejecución” durante el invierno, si se dan condiciones climáticas adversas. “Proyectamos dos años buenos por delante, y con el riego que continuará firme en el país, siendo una de las alternativas tecnológicas más relevantes para mejorar la productividad, ganar seguridad en la cosecha y complementar cultivos con ganadería”, comentó el ejecutivo.
Señaló que en Comasa y Grupo Erro “apostamos a crecer en el desarrollo tecnológico de los sistemas de riego, y también de los cultivos asociados, tanto en maíz como en soja, con materiales que apunten directamente a estos ambientes, para mejorar los rendimientos y el retorno de la inversión”.
Lecueder consideró que hay una mejora en la utilización de la tecnología del riego en los sistemas de producción en Uruguay. “Hemos vivido de cerca todo ese período de aprendizaje en el país”, comentó.
A propósito señaló que en los últimos años ha aumentado la cantidad de equipos y el área bajo riego, popularizándose no solo su manejo sino también la tecnología de cultivo asociada a esos ambientes. “Los niveles de producción que se están logrando en soja y en maíz bajo riego muestran que estamos un escalón por encima de lo que se lograba hace ocho o 12 años”, destacó.
Considerando que el mercado uruguayo es nuevo en el uso del riego, comparado con otros países, “el avance tecnológico ha sido muy bueno y apostamos a seguir desarrollándolo para que sea cada vez más accesible” para los productores, sostuvo.
El aumento de eventos climáticos extremos pone en evidencia la importancia de adoptar sistemas de riego que permitan levantar la principal limitante de rendimiento de los cultivos de verano en Uruguay, que es el agua.
Desde fines de febrero de 2024 el año ha sido muy contrastante con 2023, e incluso en el comienzo de este año hubo momentos de mucha demanda de riego y luego un final de zafra con excesos de lluvias en gran parte del territorio.
Lecueder señaló que “los niveles de lluvias registrados han generado muchos problemas productivos y también logísticos, pero también han permitido llenar represas como hacía muchos meses que no ocurría”. Este contraste ilustra lo que se está viviendo en los últimos años “con eventos climáticos cada vez más extremos, con momentos de excesos muy importantes de lluvias y otros con mucha escasez de agua”.
Los registros de lluvias de los últimos cuatro años –previo al retorno de las precipitaciones de gran volumen– marcaban una escasez acumulada muy importante. “Durante cuatro años hubo inconvenientes para juntar agua y en ese período tuvimos registros significativos de riego en cultivos de invierno”, recordó.
Salvo lo extremo que ha sido el nivel de lluvias en la recta final del otoño, en los años anteriores costó recuperar el volumen de agua en las represas y por eso es muy importante poder capturar el agua cuando se dan condiciones para eso. “El exceso de agua actualmente es un problema, pero también ha sido muy importante para recargar perfiles, embalses y los propios cursos de agua, así como para el ecosistema que genera”, planteó Lecueder.
Nota de Revista Verde N°114