La información híbrido-específica para ajustar el manejo del cultivo
Bayer y Agroterra presentaron la campaña Dekalb 2022-23 con el foco en siembras tardías y de segunda; además realizaron el prelanzamiento de la tecnología Trecepta
Un gran diferencial de Dekalb en Uruguay y la región es “la generación de información”, destacó a VERDE el ingeniero agrónomo Mateo Peluffo, de Bayer Uruguay. Agregó que de esa forma “posicionamos los híbridos para cada ambiente, algo muy importante”. Y recalcó el concepto “híbrido por ambiente, con una recomendación de densidad, de fertilización, para cada situación”.
El sistema Dekalb es el paraguas que engloba el manejo general del cultivo, cuyos “dos grandes pilares son el rendimiento y la estabilidad; esa es nuestra bandera”, remarcó.
“La estabilidad es muy importante, sobre todo en Uruguay, donde tenemos mucha variabilidad ambiental, básicamente por tipo de suelos y clima, que impacta en los rindes. Tener un germoplasma estable es clave”, acotó.
Sobre la construcción de esa estabilidad, Peluffo indicó que apunta a expresar el potencial que ya tiene la genética Dekalb, para lo cual las recomendaciones agronómicas híbrido-especificas, con su manejo en cuanto a fechas de siembras, malezas, densidad, fertilización, entre otras, son un elemento fundamental para ese objetivo. “Gran parte del éxito está en el manejo agronómico”, enfatizó.
Agregó que la plataforma de germoplasma de Dekalb “es muy potente, con un portafolio de materiales que a nivel regional es muy amplio”. Al tener “más información sobre los ambientes que hoy tiene el maíz en Uruguay, se pueden integrar: manejo, posicionamiento y tecnologías, entre otros puntos”.
Uruguay es un país con una superficie agrícola pequeña, si se compara con la región, pero a la vez también posee una variabilidad de ambientes muy grande. “Eso implica un desafío importante, pero tenemos un gran soporte genético, tecnológico, humano y técnico para marcar las recomendaciones para cada híbrido”, sostuvo Peluffo.
Agregó que un eje estratégico de Bayer es la digitalización. En esa línea gana espacio la aplicación Cultivio, que “es un apoyo técnico para el posicionamiento de los materiales”; y adelantó que en el corto y mediano plazo se presentarán más plataformas tecnológicas.
En función del tipo de suelos, las perspectivas climáticas, el rendimiento histórico de ese lote, la aplicación Cultivio ofrece una serie de recomendaciones de híbridos, con densidad de siembra y fertilización. “Es algo muy práctico para el productor o el técnico”, resaltó Peluffo.
Señaló que el puntapié inicial de la campaña de maíz de Dekalb, Bayer y Agroterra se realizó en la chacra y con foco en los planteos tardíos y de segunda, “para mostrar los atributos de la marca en esas épocas de siembra”.
Este año el lanzamiento de la zafra de Dekalb se realizó a campo, “donde más nos gusta”, dijo el integrante de Bayer Uruguay, “luego de haber tenido que ir ajustando las actividades en función de la pandemia. Primero fue la virtualidad y luego un mix con la idea de los autocines”, recordó.
Agregó que el área de segunda viene ganando terreno y que Dekalb también lo viene haciendo, “ha crecido fuertemente la participación de la marca en ese segmento”, porque “consideramos que tenemos la mejor propuesta del mercado”, y por eso “queremos mostrarla”.
Recordó que, previo al lanzamiento, “hubo una instancia donde participó el equipo técnico comercial de Agroterra, el de Bayer Uruguay y el de Bayer Cono Sur”. Consideró que esa instancia les permitió “afirmar la sinergia, interactuar sobre los desafíos y las oportunidades que tiene el cultivo en el país. También para conocer las necesidades que van sumando los sistemas de producción de Uruguay y seguir ajustando la recomendación de manejo para híbrido; para después mostrar las novedades y el concepto del sistema Dekalb”.
Con ese marco, Peluffo resaltó que el año pasado “nos enfocamos con un gran título: derribando mitos, y eso de a poco está pasando. El cultivo tiene mucho para explorar en Uruguay y siguen teniendo mucho potencial de crecimiento. La genética moderna ha dado mucha plasticidad”. Al tiempo que “el productor ha incorporado mucho conocimiento”, afirmó.
Y más allá del cultivo “como negocio y la interacción con otros rubros (ganadería, lechería, avicultura). Hoy sembrar maíz agrega mucho desde la variabilidad agronómica para el control de malezas, cuidado de los suelos”, concluyó.
LOS MATERIALES
El ingeniero agrónomo Oscar Rodríguez, integrante del área de Investigación y Desarrollo (I+D) de Bayer Uruguay, dijo a VERDE que está en la etapa de prelanzamiento de Trecepta, una nueva biotecnología que aportará herramientas muy interesantes para el control de insectos. Y se destaca el control total de los insectos que comen la planta y la espiga del maíz.
Informó que en esta zafra, al ser un prelanzamiento, Trecepta estará en el material DK 73-30, pero de cara al futuro el porcentaje de participación de dicha biotecnología aumentará hacia el resto de los híbridos. El prelanzamiento se está desarrollando al mismo tiempo en Uruguay y Argentina.
Rodríguez remarcó el concepto “un híbrido para cada ambiente”, porque “en base al ambiente sumamos el conocimiento para explotar las prácticas agronómicas y así obtener un mejor resultado”.
Sobre el portafolio de Dekalb, indicó que para los ambientes de menor aptitud está: DK 69-10 y DK 72-10 VT3 Pro. A medida que “subimos la expectativa productiva, posicionamos a DK 72-27 y DK 73-30 VT3 Pro”. Y para los ambientes de mayor productividad están: DK 72-70 y DK 72-27 VT3 Pro.
Además, destacó que “es interesante remarcar el papel que juega la aplicación Cultivio, que permite marcar cuál es el mejor híbrido para determinado ambiente, en función del historial productivo y de las tendencias climáticas”. A partir de allí surge la recomendación de manejo, donde enumera elementos como densidad y fertilización. El ambiente es el que manda, para luego seleccionar el material y su manejo correspondiente, insistió el integrante del área de I+D de Bayer Uruguay.
También señaló que desde la compañía se dividen las recomendaciones en base al ambiente productivo, que pueden ser en secano y/o riego. Y destacó que en los ambientes de altísimo potencial aparece el riego, cada vez con mayor participación.
Sobre el trabajo de desarrollo en maíz del área de I+D, dijo que Bayer Uruguay toma los materiales en fase experimental o precomercial, analizados en Uruguay y Argentina, generalmente en la provincia de Entre Ríos o en el centro-norte de Córdoba y Santa Fe, donde los ambientes son similares a los de Uruguay.
Con el transcurso de los años “se define si esos materiales pasan a la etapa comercial, si son experimentales o si se traen a Uruguay como híbridos precomerciales.
“Después de esos ensayos –que también se realizan para soja– en unas 20 localidades por año, tratamos de distribuir situaciones: diferentes fechas de siembra, ambientes, para conocer cuál es el material que mejor se adapta a los niveles de productividad existentes en Uruguay. También se realizan ensayos con la tecnología del productor, y todos los materiales pasan por todos los niveles de variabilidad”, detalló.
En esos ensayos se coloca al material que tienen los mejores datos para cada situación productiva, y se testean con los que van llegando. “Para ser lanzado, un material debe ser superior al que está en el mercado, tanto en rinde como en estabilidad”, acotó.
En el caso del maíz, “el híbrido pasa unos tres o cuatro años en el área de breeding, y cuando pasa a la unidad de I+D transita otros dos o tres años. En promedio, un híbrido demanda unos seis o siete años para llegar al mercado”, concluyó Rodríguez.
Nota de Revista Verde N°102