FAO: sin sanidad vegetal no hay seguridad alimentaria
La inversión en la innovación y la divulgación es vital para promover la sanidad vegetal, afirma el Director General de la FAO
El 12 de mayo se conmemoró por primera vez, el Día Internacional de la Sanidad Vegetal. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha realizado un llamado para aumentar la inversión en innovación en un ámbito crucial para impulsar la seguridad alimentaria y transformar el modo en que se producen, distribuyen y consumen nuestros alimentos.
“En este primer Día Internacional de la Sanidad Vegetal, reflexionaremos sobre las innovaciones en el ámbito de la sanidad vegetal para la seguridad alimentaria”, señaló el Sr. QU Dongyu, Director General de la FAO, en sus palabras de apertura, añadiendo que se necesitan inversiones en investigación, desarrollo de la capacidad y divulgación. “Tenemos que seguir incrementando la sensibilización mundial sobre la sanidad vegetal a fin de transformar los sistemas agroalimentarios para que sean más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles”.
Cuatro oradores principales se unieron en las celebraciones para subrayar la importancia de la sanidad vegetal: el Sr. Antti Kurvinen, Ministro de Agricultura y Silvicultura de Finlandia, el Sr. Mtolo Phiri, Ministro de Agricultura de Zambia, la Sra. Jenny Lester Moffitt, Subsecretaria de Comercialización y Programas Reglamentarios de los Estados Unidos, y el Sr. Carlos Bernardo Cherniak, Representante Permanente de la Argentina ante la FAO.
La FAO ha establecido varias prioridades relativas a la sanidad vegetal: fomentar la elaboración y aplicación de las normas internacionales para medidas fitosanitarias a fin de proteger los recursos vegetales mundiales facilitando al mismo tiempo el comercio en condiciones de inocuidad, prestar atención a la gestión sostenible de plagas y plaguicidas mediante la promoción de la protección fitosanitaria verde y digital y crear entornos propicios para la sanidad vegetal mejorando la salud de los suelos, las semillas y los polinizadores.
La Organización ha destacado sistemáticamente que la protección de la sanidad vegetal es una tarea fundamental y muchos actores tienen un papel que desempeñar. Los gobiernos deben otorgar prioridad a la sanidad vegetal y su gestión sostenible a la hora de formular políticas y legislación; el mundo académico y las instituciones de investigación deben ofrecer soluciones basadas en datos científicos, y las organizaciones no gubernamentales, el sector privado y las organizaciones que aportan recursos deberían ayudar a desarrollar las capacidades y prestar apoyo técnico y financiero en relación con las mejores prácticas a fin de prevenir y gestionar las plagas y enfermedades de las plantas.
El Día Internacional de la Sanidad Vegetal se estableció a raíz de una decisión adoptada en marzo de 2022 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Fue promovido por Zambia y fue aprobado unánimemente en una resolución firmada conjuntamente por Bolivia, Filipinas, Finlandia, el Pakistán y Tanzanía. El Día es un legado clave del Año Internacional de la Sanidad Vegetal, que se conmemoró en 2020-21. Tras la conmemoración del primer Año Internacional en 2022, la FAO organizará las celebraciones del Día cada 12 de mayo a escala mundial, regional, nacional e incluso a nivel de la explotación agrícola.
La FAO lo ha acogido con satisfacción como una contribución positiva para combatir el hambre mundial, ya que cada año hasta el 40 % de los cultivos alimentarios se pierde por culpa de las plagas y enfermedades de las plantas. Proteger a las plantas de las plagas y enfermedades es mucho más eficaz en función de los costos que enfrentarse a emergencias fitosanitarias. Una vez establecidas, las plagas y enfermedades de las plantas a menudo son difíciles de erradicar y deben controlarse mediante la gestión sostenible de plagas y plaguicidas.
Los cinco objetivos del Día Internacional de la Sanidad Vegetal son: sensibilizar sobre la importancia de preservar la sanidad vegetal para cumplir la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y Hambre cero; realizar campañas dirigidas a reducir al mínimo el riesgo de propagación de las plagas vegetales a través del comercio y los viajes propiciando el cumplimiento de las normas internacionales sobre sanidad vegetal; fortalecer los sistemas de seguimiento y alerta temprana para proteger las plantas y la sanidad vegetal; permitir la gestión sostenible de plagas y plaguicidas para salvaguardar la sanidad vegetal mientras se protege el medio ambiente, y promover la inversión en las innovaciones, la investigación, el desarrollo de la capacidad y la divulgación en el ámbito de la sanidad vegetal.
La FAO ya trabaja intensamente para ayudar a frenar la propagación de las plagas y enfermedades cuarentenarias y transfronterizas de las plantas, que han aumentado drásticamente en los últimos años. Han influido en ello la globalización, el comercio y el cambio climático, así como la reducción de la resiliencia en los sistemas de producción debido a décadas de intensificación agrícola.