Para Regadores Unidos, la Ley de Riego “no tiene impulsos económicos reales”
La Ley de Riego que tiene media sanción parlamentaria, fue aprobada por el senado, es uno de los grandes objetivos del Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Tabaré Aguerre, que ha mencionado que la misma será lo que fue la Ley Forestal en la década del 90. Para Carlos Lavista, Secretario de Regadores Unidos del Uruguay indicó que las modificaciones que se aprobaron en la ley de riego “están demasiado centralizadas en el manejo del agua y no tiene impulsos económicos reales, por lo cual tendría no impactos importantes en la adopción de dicha tecnología”.
Actualmente, el área de cultivos agrícolas que se riega no supera el 4%, por lo que hay un horizonte muy grande para crecer, además de lo que pueda aplicarse en la producción de ganadera y lechera. Las reformas en la ley Nº 16.858, Riego con destino agrario, “están demasiado centralizadas al manejo del agua, es un marco jurídico legal para que nadie haga usufructo de un recurso sin cumplir con ciertos requisitos; y también un ámbito de participación para agentes que no estén directamente involucrados en la actividad agropecuaria, y estén interesados en invertir en riego”, dijo Carlos Lavista, Secretario de Regadores Unidos del Uruguay.
“No estoy muy de acuerdo con la declaración del Ministro Tabaré Aguerre, que con estas modificaciones la Ley será un boom, como lo fue la Ley forestal en el 90. No tiene impulsos económicos reales, como podrían ser determinadas exoneraciones fiscales por ejemplo, acciones concretas que inviten al productor/inversor a accionar en riego”, dijo Carlos Lavista. Además agregó que, “en definitiva las actividades agropecuarias tienen un fin económico, si no existe ese incentivo es muy difícil que lleves adelante la inversión. Hoy las exoneraciones tributarias asociadas al riego son atractivas para los grandes proyectos, habría que pulir estos asuntos para que sea realmente atractivo para productores de diferentes escalas”.
Entre las modificaciones de la Ley, se destaca: la autorización de corte de suministro a quienes incurran en incumplimiento de pago una vez levantada la cosecha; la eliminación de la especificación de los Ministerios que deben autorizar las obras; la generación de un gravamen sobre los padrones que contraten el servicio de riego; permisos para conducir agua para riego por cauces naturales; la habilitación para que los beneficios fiscales sean trasladados a los socios en proporción a su inversión; la obligación a las sociedades y asociaciones de riego a pagar un canon una vez que el Poder Ejecutivo lo reglamente; y la ampliación del ámbito de aplicación a contratos de participación público-privada a obras hidráulicas para riego.
Carlos Lavista recalca que es importante le presencia de más estímulos para que el riego pueda tener una mayor propagación, “sobre todo por los costos que en los que se incurre a la hora de regar”. En esa línea, sostuvo que “el costo de un milímetro de riego está entre US$ 0,7 y US$ 1,5, “pero tenemos costos fijos que se explican fundamentalmente por la energía (eléctrica o gasoil), y costos variables que se disminuyen al mínimo, estos se explican principalmente por la potencia contratada fija, en el caso de pivotes con equipos de bombeo a base de energía eléctrica».
El origen de Regadores Unidos se da con el objetivo de aglomerar una masa crítica sustancial para buscar la manera de bajar costos energéticos y la búsqueda de información a través de la investigación, para seguir ajustando dicha tecnología para eso se busca profundizar más el trabajo con INIA, Facultad de Agronomía y el Grupo de Desarrollo del Riego.
Según los datos de la asociación, en la última zafra de verano hubo una diferencia de 300 kilos de soja, entre secano y riego, “en uno de los veranos más llovedores de la historia”, lo que demuestra que “hay un campo muy importante para trabajar, para seguir marcando esa diferencia. Necesitamos seguir aprendiendo y trabajar sobre las variables que están impidiendo lograr los rendimientos potenciales que queremos alcanzar”, indicó Lavista.
Según un relevamiento del MGAP el área total bajo riego llega a las 17 mil hectáreas, de las cuales casi 11 mil están nucleadas en Regadores Unidos, la asociación que en la actualidad cuenta con 23 socios, de los cuales hay productores y empresas vinculadas al riego.