Importancia de la presupuestación financiera y de la diversificación

Scotiabank Uruguay SA se plantea llegar con créditos directamente a los productores, estudiar las líneas caso a caso, reviendo garantías y proponiendo nuevas herramientas
Una de las principales preocupaciones del sector productivo, sobre todo de la agricultura, en este momento es cómo acceder a financiación para seguir adelante. Quedan pocos meses para la próxima siembra de soja y el sistema financiero realiza sus propuestas de negocio para que los productores puedan tener su revancha luego de una zafra para el olvido.
En este marco, VERDE consultó al ingeniero agrónomo Mauro Besio Costanzo, integrante del sector Agropecuario de Scotiabank Uruguay SA, quien destacó entre otros factores la importancia de una presupuestación financiera en las actividades del agro, además de la diversificación productiva para minimizar el riesgo.
Besio explicó que tras los últimos magros resultados en las cosechas, Scotiabank no cambió su política, sino que los otorgamientos de nuevos créditos se estudian caso a caso, con el objetivo de llegar directamente al productor, aunque se reconoce y respeta la figura de la intermediación en el negocio financiero.
En ese marco señaló dos variables fundamentales que dependen del banco: el plazo y la tasa de interés. «La intención es que los productores sigan con su actividad, porque es la forma de pagar las deudas. Realizamos una temprana gestión de mora», señaló.
En ese sentido agregó que no hay un plan único para el sector agrícola, porque cada caso es diferente, aunque sí se tendrán que rever las garantías. En algunos casos se tomarán garantías reales, y otra herramienta que también se está usando es el warrant, tanto para granos como para ganados.
«El warrant de ganado para nosotros es una herramienta relativamente nueva y que permite además asociar la agricultura con la ganadería. Es una garantía computable, a diferencia de una prenda de ganado, por ejemplo», explicó.
Esa herramienta no es otra cosa que un vale que firma el cliente, un certificado de depósito y el seguro cedido a favor del banco, que de esa forma se asegura el cobro.
Besio explicó que las prendas están en desuso, porque ese no es un mecanismo práctico en el caso de la agricultura. Generalmente se prenda el cultivo durante todo el período estival, pero para cosechar hay que levantar la prenda (de lo contrario el productor no estará autorizado a trillar) y luego se prenda el grano. Por lo tanto, hay un período en que no existe la garantía.
También se siguen estudiando cesiones de venta futura de granos con empresas de primer nivel. «No es que hayamos dejado otras herramientas de lado, sino que estamos sumando posibilidades para facilitar el repago y que el mismo se haga de forma semestral», indicó Mauro Besio.
Señaló que hay que tener en cuenta que si bien en abril se cosecha la soja y el productor se la vende a un exportador, este tal vez reciba el pago de esa venta en junio o julio; por lo tanto, no es que el repago llegue en abril, sino más adelante. «Son detalles que hay que tener bien medidos para asegurar el repago, no refinanciar deudas y evitar moras», planteó.
Por otra parte, el banco trabaja para que las empresas hagan una presupuestación financiera, porque generalmente hay una presupuestación forrajera o de granos, pero no para la financiación de la empresa. «Generalmente el productor viene al banco ya con una necesidad, pero hay que pensar a dos o tres años. Debemos trabajar en un cambio cultural, para que se instale la costumbre de hacer una presupuestación financiera», sostuvo.
Agregó que con el banco se puede planificar la cantidad de hectáreas agrícolas, la cantidad de hectáreas en rotación con un verdeo de invierno, que entren animales al año siguiente, las categorías, la cantidad de ciclos de animales por año y demás.
«Son cosas que todos sabemos pero las hacemos sobre la fecha. Es algo a lo que no estamos acostumbrados. Hay imprevistos todos los años, heladas, sequías, precios en baja, factores que pueden cambiar esa planificación, pero a grandes rasgos sí se puede hacer una presupuestación. Si hay una seca tal vez haya que hacer borrón y cuenta nueva, pero es sano tener una planificación real y sincera, y en base a esa presupuestación trabajar mejor con las líneas de crédito», indicó.
Dijo que, así como se pide un crédito para comprar un campo a siete años y para otorgarlo el banco solicita un flujo de fondos, también se debe tener una presupuestación financiera a corto plazo.
¿Qué se necesita para solicitar un crédito?
Los requisitos para acceder a las líneas de crédito varían en función de diferentes variables, pero en términos generales son: los últimos dos estados contables certificados por contador público, de acuerdo a las normas de contabilidad vigentes; informe de ventas desde el último cierre a la fecha de solicitud del crédito; fotocopia de las dos declaraciones fiscales correspondientes a los estados contables presentados; certificados de DGI, BPS y CUD si la empresa tiene vehículos o inmuebles; flujo de fondos proyectados por el periodo del préstamo solicitado con supuestos de elaboración; estado de responsabilidad de los socios o directores; y los socios, administradores o directores deben firmar Carta de Fianza Solidaria –ni las empresas ni los socios o directores deben tener antecedentes negativos en el sistema financiero, clearing de informes o Lideco–.
Scotiabank Uruguay SA tiene atribuciones locales en lo que respecta a las resoluciones crediticias, lo que le da celeridad en la respuesta a las solicitudes de préstamos.
Besio explicó que no solo son los números los que determinan que se otorgue o no un crédito, sino que también es importante el conocimiento personal de un cliente, el cumplimiento que tuvo con el banco y el respeto mutuo. «Todo eso vale casi igual que un balance. Venimos de una unión de diferentes bancos, lo que nos da un gran conocimiento de los clientes en el interior, y esos cruzamientos de informaciones son positivos. De las situaciones complicadas tratamos de sacar lo bueno», comentó.
Destacó además la importancia de estar en todos los departamentos de Uruguay, lo que les brinda un diferencial respecto a otros bancos del sector privado.
Otro hecho que consideró importante a tener en cuenta, es el acceso a la Central de Riesgo del BCU, porque con una clave y usuario se puede conocer el endeudamiento. «Es un tema muy delicado, porque se puede saber el endeudamiento de un cliente en el sistema financiero, pero lo que está por fuera del mismo es una incógnita… va en el conocimiento que se tenga del productor, porque muchas veces el empresario se puede financiar con quien lo provee de insumos», reconoció.
Tasas de interés
Consultado sobre las tasas de interés de Scotiabank, Besio respondió que son muy competitivas, y que varían en función de diferentes variables.
Éstas pueden ser fijas o variables. Fundamentalmente para capital de giro las tasas son fijas, con amortizaciones semestrales, adecuándose los pagos en función del cobro de los cultivos de invierno o verano, considerando además las ventas de ganados para aquellos productores que son agrícola-ganaderos. «Cuando estudiamos líneas de largo plazo pensamos más en tasas variables», comentó.
Además, informó que hay clientes que están realizando nuevas solicitudes de créditos para la compra de campos, para lo cual Scotiabank ofrece plazos especiales.
Incumplimientos
Besio señaló que en Scotiabank Uruguay se trata de evitar las ejecuciones, se trabaja para solucionar los problemas antes de llegar a esas instancias.
Agregó que se valoran las garantías reales para nuevos créditos y también para aquellos casos que haya que reestructurar las deudas. «Estamos en periodos donde salimos más al campo, a visitar a los productores, para estudiar y analizar cada situación en particular. Pero observamos que el productor se adelanta a los problemas, lo que consideramos muy importante, y en conjunto buscamos las soluciones. Hay concientización de que el problema está, y adelantarse es fundamental», planteó.
La cartera de clientes
La mayor parte de los clientes agropecuarios de Scotiabank se dedica al rubro ganadero, pero también hay agricultores, lecheros, contratistas y transportistas. Este último rubro tiene especial cercanía con la producción, que impacta directamente en su actividad.
Sobre el rubro transportista Besio indicó que aquellos que tienen una alta capacidad de adaptación entre los distintos rubros corren con ventaja. «Los que tienen la capacidad de adaptar sus servicios al transporte de productos de distintos rubros son muy valorados por el banco. Igual que aquellos productores que tienen ganadería, agricultura y maquinaria. Valoramos mucho la diversificación, porque ante una adversidad, un problema climático o caída de precios, el golpe será más leve», concluyó integrante del sector Agropecuario de Scotiabank Uruguay SA.
Crece el interés por los créditos formales
En el rubro agropecuario es común que haya financiación por fuera del sistema financiero, a través de proveedores o intermediarios, por ejemplo. Pero en los últimos tiempos se observó un incremento de la demanda de créditos en los bancos, solicitados directamente por los productores.
«Respetamos todas las propuestas financieras que hay en el mercado. Pero notamos que en los últimos años vinieron muchos productores al banco», confirmó a VERDE Mauro Besio.
El responsable del sector Agropecuario de Scotiabank Uruguay SA destacó que en momentos de crisis hay que tener espalda para apalancar financieramente a los clientes para que sigan produciendo. «Antes no había tantos productores que vinieran al banco como ahora. Además existe la idea de que el banco pide muchos papeles, pero eso no es así, son requerimientos básicos», dijo.
Explicó además que las políticas del banco deben acompañar las pautas del Banco Central del Uruguay. «Manejamos tasas competitivas, al alcance del productor, de lo contrario somos conscientes que el empresario puede comprometer no solo su negocio, sino además su capital. Eso es una bola de nieve y la mejor forma de no correr esos riesgos es consultar directamente a un banco», sostuvo.