Ángel Urraburru: “Hay que cambiar la mentalidad de empleado, por la de empresario”
El presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo se refirió a la situación del Uruguay, a las reformas que se deberían realizar y a las perspectivas de los ahorristas locales
Ángel Urraburu es el presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo y director de Urraburu & Hijos Corredores de Bolsa. También se dedica a la ganadería y recientemente sumó la producción lechera, a partir de la adquisición de parte de tambos de Olam, empresa que decidió dejar sus operaciones en Uruguay. “El 100% de lo que tengo es en Uruguay. La empresa de bolsa, que quiero tanto, que fundó mi padre, y que la va a continuar mi hijo, es el centro de mi actividad. También estoy vinculado con la producción agropecuaria, en la que está al frente otro de mis hijos”, comentó a VERDE.
Urraburu entiende que Uruguay está viviendo una etapa muy positiva, y considera necesario que se generen reformas estructurales a nivel del Estado. Sin embargo, opinó que la polarización que atraviesa el país a nivel político genera un clima desfavorable para la atracción de inversiones. “Dentro de Latinoamérica Uruguay seguramente sigue consolidándose como unos de los países más serios, y está subiendo el interés por invertir en el país, pero es lamentable que se esté cayendo en una bipolaridad política cada vez más acentuada, que terminará condenando al Uruguay si eso se consolida”, advirtió. [um_loggedin]
Para el presidente de la Bolsa de Valores, uno de los principales problemas son las reformas que no se han llevado a cabo y que permitirían generar un clima más propicio para los inversores. “El Uruguay atrae, pero cuando los inversores desembarcan se desencantan un poco, por los tiempos de los uruguayos, de nuestro Estado, de los trámites, de las reformas inconclusas”, analizó.
Además, según el empresario, la forma en que el Frente Amplio asume la oposición no favorece un intercambio productivo en este momento. “Escucho a los dirigentes del Frente Amplio y me da mucho temor. Me acuerdo del general Liber Seregni, del contador Danilo Astori, del propio Tabaré Vázquez. Y era gente dialoguista. Sobre todo el general Seregni, era de buscar consenso. Eso se está perdiendo. La ponderación de fuerzas dentro del Frente Amplio es claramente diferente, ahora está liderada por un sindicalista de primer nivel, un hombre muy capaz, muy honesto, pero sindicalista al fin. Eso acota la visión. Y no necesariamente uno se tiene que sentir identificado con un sindicalista”, planteó.
Asimismo, Urraburu entiende que en la coalición Multicolor, el Partido Nacional se ha vuelto cada vez más hegemónico, con sectores más ortodoxos. “Que vienen con bastantes vicios del pasado en esa lucha con la izquierda. Y entonces, en vez de ser un discurso pragmático, de soluciones concretas, se transforma en un discurso dogmático; en discursos de paradigmas que hace tiempo no escuchaba. Y no se llega a nada de esa manera”.
Consideró necesario apelar a la unidad para generar cambios concretos, que permitan consolidar una salida de la pandemia del Covid-19. “Hay que emparejar el salario real perdido, y capaz que de forma más acelerada, en la medida que el producto bruto en Uruguay sigue dando muestra de reactivación y de consolidación de crecimiento. Pero también, por otro lado, está la ola de conflictos, que es impresionante. Cualquier inversor internacional viene y ve que el sector lácteo está casi paralizado por no firmar una cláusula de paz; es realmente poco creíble. La actitud del gremio de los lácteos, tan radical y tan absurda, me preocupa mucho”, sostuvo.
Dentro de las reformas necesarias, el empresario plantea como prioritarias la de la seguridad social y la del Estado. Esta última, fue considerada por el expresidente José Mujica como la madre de todas las reformas. “Y ahí quedó, en un país que yo defino hace mucho tiempo, como decía el doctor (Daniel) Ferrere, como la piscina de dulce de leche, donde las grandes reformas van quedando por el camino”, lamentó.
Por estas razones Urraburu consideró que “Uruguay seguirá siendo muy atractivo, pero no va a ser nunca el país con el crecimiento que se merece”.
Respecto a la reforma de la seguridad social, Urraburu mostró descreimiento respecto a la posición que adoptó la izquierda en la Comisión de Expertos que se creó para la redacción del proyecto. “No haber logrado ni una sola frase de consenso marca una posición totalmente antagónica. Y no escucho que los integrantes de la Comisión del Frente Amplio, o del propio Frente Amplio, propongan algo alternativo. Por lo cual es solo destruir por destruir, atacar por atacar”, dijo.
El empresario se definió como un “admirador” de la social democracia europea. Destacó la importancia de terminar con el enfrentamiento y generar un camino pragmático y de consensos. “Antes había en el Parlamento gente con una capacidad y una lectura política que lamentablemente no existe en este momento. Los caudillos y las figuras políticas en el Uruguay están escaseando”, advirtió.
Además, Urraburu indicó que “la posición correcta no es que sean únicamente los empresarios los que ganen dinero. Pero tampoco creo que haya que darles con todo por la cabeza, porque en los discursos los transforman en oligarcas, y ahí ya entramos en el terreno de los insultos”.
“Creo que hay momentos en los que la redistribución no es posible, y hay que darle paso a la generación de empleos, como se hizo. Se generaron empleos pero a costa de otra cosa, porque había una situación extraordinaria en el mundo. Es como ahora, achacarle al gobierno la carestía existente, cuando la carestía es mundial y tenemos la misma inflación que Estados Unidos. Debemos decir que suerte que tenemos la misma inflación y no más”, señaló el empresario.
El presidente de la Bolsa de Valores de Montevideo también habló sobre la necesidad de generar un cambio en las pautas culturales. “El uruguayo tiene, dicho con mucho respeto y humildad, mentalidad de empleado. La gente se acostumbró a estar bajo el paraguas del Estado. Pero hay que fomentar la creación de empresas sin importar el tamaño. Empresario no puede ser considerada una mala palabra, porque es alguien que arriesga, que va al frente, y eso es algo que a Uruguay le falta, porque tenemos mentalidad de empleado”.
Destacó que el artículo N° 285 de la LUC (Ley de Urgente Consideración) permite que una parte del capital de las empresas satélites de las estatales puedan cotizar en bolsa. A modo de ejemplo, se refirió a Ducsa, a Alur e incluso a la gran obra que está planificando OSE. “Para esa obra hay dos posibilidades: que la realice un extranjero o que se haga con OSE al frente y 10.000 o 15.000 ahorristas uruguayos, que están mandando sus ahorros al exterior”, comentó.
Resaltó que en la actualidad “se están enviando al exterior muchos más recursos que antes. Sin embargo, Uruguay es el país al que se lo está mirando con mayor interés para invertir”. Por lo tanto, dedujo que “los uruguayos sacan el dinero del país porque no hay alternativa de inversión, y por la competencia de los fondos de inversión del exterior a partir de los cuales no se paga IRPF, ya que ese impuesto se elude en ese tipo de inversiones. Entonces, es tal la ofensiva que lanzan a través de los bancos, y de muchos corredores de bolsa, que la gente entra en eso y saca los dineros del país”.
Urraburu consideró que al abrir las empresas públicas se le da la posibilidad al ahorrista uruguayo de que aporte su granito de arena. “La única manera de tener cogestión, la gestión social y la democratización de las empresas más importantes del Estado, se da si la gente lo siente en el bolsillo”, dijo.
En ese marco, recordó la experiencia del parque eólico Valentines, que cotiza en bolsa, al que consideró “un ejemplo”. Dijo que “al principio eran 300 personas que venían a preguntar por sus ahorros, sus balances, se interiorizaban, preguntaban, criticaban… Incluso hicieron cambiar posiciones al directorio del parque y de la UTE. Ese intercambio es sano y positivo. A las personas también les cambia la mentalidad, porque están atentas a los balances. Hoy nadie los lee”, aseveró.
Y agregó: “Eso es trasparencia. Las empresas que están alrededor de las más grandes del Estado no tienen control del Tribunal de Cuentas; no publican sus balances. Para saber lo que pasa hay que hacerlas cotizar en bolsa e incorporar ahorro de los uruguayos, por lo menos hasta en un 25% o 30% del total. Hoy existe el marco legal para que eso pase”.
Y a la pregunta: ¿por qué no pasa?, Urraburu respondió que eso lo tendrían que responder las autoridades. “Antes del plebiscito, desde Presidencia me dijeron: una vez que pase esto llegará el momento de la Bolsa de Valores, pero todavía no se ven movimientos”, dijo.
Una vez que está situación avance, “generará un cambio cultural importante, porque los balances se publicarán cada tres meses en el Banco Central y en la Bolsa de Valores. Y el accionista irá a verlos, porque en función de eso, al finalizar el ejercicio recibirá un dividendo o no. Habrá asamblea de accionistas donde se rendirán cuentas”, valoró.
“Quiero saber si en la asamblea de Ancap de hace unos cuantos años, en vez de participar el presidente de la empresa y el ministro de Industria de la época, hubieran participado 1.500 ahorristas uruguayos y allí hubiesen dicho que había que poner US$ 800 millones porque la empresa quebraba, ¿Qué habría pasado?, ¿hubiesen tenido el rostro para presentarse frente a los accionistas?”, se preguntó.
Y agregó que los uruguayos “tienen que saber que ser empresario es arriesgar. Uruguay es el país más conservador del mundo. El riesgo al uruguayo no le entra, porque tenemos mentalidad de empleado, dicho con respeto y cariño. Necesitamos el motor, el que arriesga, el que va para delante y el que invierte. Eso es algo que el uruguayo no lo tiene. Todos los procesos de crecimiento económico importantes del Uruguay, en los últimos 20 años, fueron liderados por extranjeros”.
Sin embargo, advirtió que en Uruguay se cree que cualquier tipo de iniciativa de este tipo implica una privatización. “El artículo 285 de la LUC fue cuestionado por poco menos que privatizar las empresas públicas. Acá cualquier cosa que querés hacer es privatizar, y no es así. Por eso los dirigentes deberían orientar un poco. Sin embargo, lo utilizan como rédito político y lo llevan para otro lado”.
Consideró que el mercado de capitales en Uruguay “es un gran debe y es muy chico”, y el artículo 285 de la LUC “lo debe dinamizar; el tema es que se haga”.
Opinó que el escenario actual “es peor que el de antes”, porque ahora desde el exterior “hay una competencia fuertísima por los recursos financieros. Si hay algo que está globalizado es lo financiero. El argumento que tienen algunos, que no son corredores de bolsa pero que operan casi como nosotros, es: coloca tu dinero acá que no paga IRPF. Entonces, “emite La Tahona o Isusa con un 7% de IRPF y si saco la plata del país no pago IRPF. De esa forma en el Uruguay no queda un peso. Eso le quise decir a la ministra de Economía (Azucena Arbeleche) y no me recibió”.
El presidente de la Bolsa de Valores planteó que “desde hace un tiempo al Estado uruguayo le ofrecen la plata del exterior”, porque “con tasas bajas afuera le tiran la plata por la cabeza”, pero “va a llegar un momento que eso no será así”.
Sostuvo que en el 2002 “los que sacaron adelante al Banco Central y al gobierno fueron los ahorristas uruguayos, que le reprogramaron los bonos al gobierno. No hay que dejar de reconocer la importancia que puede tener el ahorro uruguayo”.
Enfatizó que “no se debe descuidar hacia dónde está yendo el flujo de ahorros. No tengo nada contra la inversión en el exterior, pero se va para afuera porque los que operamos acá estamos en inferioridad de condiciones. Afuera no se paga y acá se paga. Eso no puede ser. Son muchos, unos cuantos millones de dólares los que se van”.
Esas correcciones y el artículo 285 operativo permitirían avanzar en un cambio cultural. “Habría ahorro uruguayo invirtiendo es un mercado de acciones más grande, y con eso un mayor involucramiento de esos accionistas en los destinos de las empresas públicas”, acotó.
Si Gas Sayago hubiera cotizado en bolsa “hubiera dejado el tendal”, reconoció, pero se preguntó: “¿Habría pasado todo lo que paso? ¿Habría sido tan fácil cerrar? Urraburu considera que, al cotizar en bolsa, hay un control social sobre los destinos de las empresas y le dan protagonismo a la gente para que las empresas públicas “dejen de ser de nadie para ser de todos”. Sostuvo que “eso le falta al Uruguay y es el cambio cultural que se debe realizar”.
Sector agropecuario
Desde hace algunos años Urraburu también se desempeña como empresario agropecuario y, al ser consultado sobre cómo observa los reclamos que surgen en algunos momentos desde algunas gremiales del sector, recordó que “el día después del primer acto de Un Solo Uruguay, el 23 de enero de 2018, me hicieron un reportaje en la radio preguntándome qué opinaba sobre aquellas 10 mochilas que el sector cargaba, según Eduardo Blasina. Y yo, con la mayoría de las mochilas no estaba de acuerdo y sigo sin estar de acuerdo”.
Sostuvo que “el empresario no puede ser rentable si le ponen el precio del dólar que quiere. ¿Alguien cree que el precio del dólar se fija en Uruguay? ¿Que se condicione o se incida indirectamente en el valor final? No significa que la esencia de precio no venga dado desde los grandes centros financieros del mundo”.
Agregó: “no creo que los empleados del Uruguay le tengan que pedir todo al Estado, ni que los empresarios sean rentables solo a partir del Estado, como fue la historia de los empresarios de este país, no de todos, pero sí de muchos”.
Para el presidente de la Bolsa de Valores, “el Estado tiene que terciar, inducir, pero también generar esa conciencia política y cultural para que el impulso que falta, aparezca, y que sean los propios uruguayos los que comanden su propio proyecto de crecimiento económico”.
Por último, Urraburu habló sobre cómo visualiza los próximos meses respecto a la situación a nivel país y la posición que está tomando el gobierno. “Evidentemente están las cosas dadas como para que Uruguay emerja. Creo que el gobierno que ya pasó los dos años de problemas, el del referéndum y el de la Covid, ahora tiene que empezar a gobernar. Esta Rendición de Cuentas parece importante, aunque no creo que un gobierno pase por una Rendición de Cuentas. Pero tiene que apretar el acelerador, porque sino muchas cosas van a quedar en el tintero”, planteó.
“Estoy muy de acuerdo con que la reforma previsional vaya al Parlamento y ahí se dilucide. Comparto eso con el presidente de la República, y ahí cada uno va a ser responsable de sus actos. Además, sigue existiendo un ambiente propicio para la inversión, el Uruguay tendría que tener un empuje económico en los próximos años. El tema es que la piscina de dulce de leche es complicada”, concluyó. [/um_loggedin]
Nota de Revista Verde N°102