El talón de Aquiles de la falta de acuerdos comerciales en Asia

Martín Berrutti, gerente comercial de Estancias del Lago, destacó el gran esfuerzo para exportar a los mercados donde Uruguay paga aranceles más altos que sus competidores.
Un «sabor amargo» deja «el gran déficit de Uruguay en materia de acuerdos comerciales y sobre todo con Asia», dijo a VERDE Martín Berrutti, gerente comercial de Estancias del Lago. “Ese es el gran dilema, el gran talón de Aquiles de Uruguay y su política comercial, que no le han brindado a las industrias lácteas la plataforma de negocios que tienen que tener. Estas industrias vienen a invertir mucho dinero en el país”, agregó, enfatizando que esas inversiones no han sido acompañadas por aperturas de mercados.
Los actuales precios de los productos lácteos, que se ubican en promedio en el orden de US$ 3.200 por tonelada, permiten lograr un punto de equilibrio en grandes empresas como Estancias del Lago. La firma se dedica a la producción e industrialización de un producto especificado en origen, que logra una bonificación en el precio dado el interés en ese diferencial, por el cual están dispuestos a pagar algunos clientes.
Berrutti puntualizó que en este negocio la producción empuja al área comercial, que debe venderse de forma anticipada, entre 60 y 90 días, para tener un horizonte de colocación y “darle la tranquilidad a la planta, para saber qué hacer en esos próximos días. Eso es algo que Estancias del Lago lo tiene resuelto”, dijo.
Pero lamentó que el único tratado de libre comercio que Uruguay tiene, desde el año 2003, es el que se suscribió con México. “Hay otro que nos vincula con Israel, pero es a través del Mercosur, e involucra solamente a 100 toneladas de leche en polvo descremada y no incluye a ningún otro producto lácteo. Además, recientemente se sumó el acuerdo con la Unión Europea, del que faltan conocer más detalles”, afirmó el ejecutivo.
En contraposición, indicó que Nueva Zelanda tiene tratados de libre comercio con Taiwán, Corea, China, con la ASEAN (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático) y el tratado transpacífico que une a Nueva Zelanda con Singapur, Brunei y Chile, al que se sumaron Japón, Perú, Canadá y Estados Unidos.
“Nueva Zelanda y Fonterra, el gran productor de lácteos del mundo, entre la ASEAN y China, tiene 2.000 millones de consumidores. Nosotros no lo tenemos, el importador que desee comprar productos de Uruguay debe pagar 10% de arancel, mientras que en el caso de Fonterra no paga”, indicó.
Agregó que esos acuerdos se comenzaron a realizar hace más de 10 años, con una negociación que implicó porcentajes arancelarios que fueron disminuyendo año a año, hasta quedar en cero en 2019. Consideró que «es algo fantástico para un país que debe estar abierto y conectado con todo el mundo».
Berrutti indicó que China y el sudeste asiático se llevan la gran cantidad de toneladas de lácteos que produce Fonterra, por el diferencial del 10% en el precio para el caso de China y 5% para los países del Sudeste de Asia.
“Creo que Uruguay, a nivel de Estado, debe trabajar con mucha firmeza en la apertura negociadora. En Estancias del Lago conocemos las situaciones, las debilidades y fortalezas que tenemos, y por tanto debemos trabajar fuerte, poniendo mucho pienso, ser muy dinámicos, viajar constantemente y estar junto al cliente, en sus fábricas, en ferias internacionales y en los lugares donde se juegan los partidos más importantes. Eso es lo que nos queda, porque esa es la realidad que nos toca vivir y así debemos afrontarla”, sentenció.
En la ASEAN, el arancel promedio para los lácteos es de 5%, “y es una economía que tiene 650 millones de habitantes, la sexta más grande del mundo. «Fíjate la cantidad de consumidores que te perdés por no tener un tratado de libre comercio”, lamentó.
Estancias del Lago ha aplicado una estrategia de colocar la producción en diferentes mercados, teniendo en cuenta el volumen que produce, pero Berrutti reflexionó que si produjeran de 10.000 o 15.000 toneladas, “debería terminar con un volumen importante en China y aplicar un descuento del 10% al importador para que acepte sus productos”.
Lee la nota completa en Revista Verde N° 78