CMPP apoya el reclamo del sector
Durante las últimas semanas se volvieron más firmes y generalizados los reclamos desde el sector de los productores agropecuarios.
Ellos constituyen la base económica fundamental sobre la que se apoya la economía nacional, fuente principal de nuestras exportaciones y han sido el origen del crecimiento del PBI en la última década.
Sumado al esfuerzo de producir en nuestra tierra, viene la tarea del comercio, de la industria y de la exportación.
Agregando valor, buscando mercados, ocupando personal, innovando, contrayendo créditos, importando insumos y maquinarias, realizando inversiones y aportando tributos a las arcas públicas, etc.
Estos eslabones son estratégicos para el país dado que de ellos se derivan los procesamientos industriales y las futuras colocaciones de productos y subproductos, tanto en el mercado interno como en el exterior, alcanzándose hoy a más de 160 países con productos de origen uruguayo.
Todo este esfuerzo debe ser respaldado y apoyado por el entorno económico, pero resulta innegable que diversos factores han perjudicado las potencialidades de este desarrollo empresarial.
Nos referimos seguidamente a los mismos, siendo comunes y generales a toda la cadena: la evolución del tipo de cambio, la inflación en dólares que incuestionablemente se ha dado en el país, los precios de insumos básicos como el gasoil o la energía eléctrica, fuera de los niveles razonables que debieran tener en función de sus propios y auténticos costos de producción, el estado de las rutas y de la infraestructura en general, que no se ha puesto a la altura de las necesidades determinadas por los volúmenes crecientes de producción, una recaudación fiscal en niveles crecientes, en montos y en complejidades, muchas veces inadecuados a las reales posibilidades de las empresas gravadas, el costo de los fletes que afecta a toda la producción generando costos desproporcionados en su comparación internacional, ineficiencias de los organismos estatales y municipales que afectan al sector privado.
Todos estos factores, no solo afectan al campo, sino que también afectan muy gravemente a las siguientes etapas en las diversas cadenas productivas, etapas que agregan valor a nivel comercial e industrial, para competir en el mercado interno y también en terceros mercados.
Y no debe dejarse de considerar que las actividades agroindustriales se vieron también perjudicadas por otros elementos adversos, como han sido las rebajas en las devoluciones de tributos, la suspensión del régimen de prefinanciación de exportaciones, la falta de acuerdos comerciales que permitan reducir la carga en “aranceles de importación” que se pagan para muchos productos en los mercados de destino, afectando en consecuencia los niveles de ingreso del país, y lo que es aún más grave, dificultando el acceso a dichos mercados frente a otros competidores que, desde otros orígenes, cuentan con regímenes arancelarios más ventajosos.
Es el momento de analizar y corregir la política macroeconómica que está impactando negativamente sobre la producción, precisamente allí donde el país tiene ventajas competitivas.
Sobre todos estos factores la Cámara Mercantil de Productos del País ha venido insistiendo