“El negocio del corral asegura producción e independiza a la ganadería del clima”

Fernando Indarte se mostró convencido de que el mercado tendrá una sobrecorrección de precios al alza, y advirtió que en verano escasearán los ganados gordos especiales.
En esta entrevista con VERDE, Fernando Indarte destacó que el negocio del corral asegura producción e independiza a la ganadería del clima. Se mostró convencido de que el mercado tendrá una sobrecorrección de oferta después de esta importante baja de las últimas semanas, aunque advirtió que en verano escasearán los ganados gordos, porque no hubo engorde de primavera.
Manifestó su optimismo para el próximo año, y enfatizó que es importante trabajar en la base forrajera para potenciar el stock de 3 millones de terneros. Consideró que el mundo seguirá consumiendo carne, más aún como la que produce Uruguay, y destacó que el sector fue de los que menos sufrió por la pandemia.
¿Cómo analiza el cierre de 2020?
Estamos terminando el año con déficit hídrico, nada muy diferente a lo que nos ha pasado en varias oportunidades. El otro día veía el catálogo de Plaza Rural y hacía 10 años que el negocio ganadero no tenía una corrección fuerte, mientras que otros rubros sí lo han tenido, como la lechería o la agricultura. La agricultura tuvo fuertes problemas de precios y de mercados, además de años de excesos de lluvias, cuando no se pudo cosechar y en el otro extremo déficit hídrico en momentos críticos de los diferentes cultivos, que llevaron a tener rendimientos que no alcanzaban ni para pagar los costos. Ahora, la ganadería está atravesando esta etapa de déficit hídrico, y hay una corrección de precios a la baja, que es importante en todas las categorías. Pero siempre hay un componente de realidad, y otro que es de expectativa y de imaginación. En este momento están jugando los dos, porque la gente piensa que el precio va a bajar más, entonces tiene que vender, y que no va a llover nunca más. Pero nunca pasó eso. Hoy hay un montón de tecnologías, que no teníamos ni siquiera hace 10 años. La gente del norte, por ejemplo, está usando la tecnología solar. Tienen unas vertientes, arman una pantalla solar, una bomba y unas baterías y ponen unos bebederos. Así transforman esas vertientes en bebederos como si hicieran un pozo. Eso es algo que no existía. La tecnología cambió, mejoró y se abarató. La gente ha ido invirtiendo, y las sequías ya no causan el impacto que causaban. Además, se masificó el uso del destete precoz, racionar el ganado hoy en día es algo normal, además de los fardos. Ahora hay una corrección de precios algo exagerada. Pero siempre insistimos en que los precios los tienen que poner la oferta y la demanda. A veces nos gusta y a veces no, dependiendo del lado del mostrador en que estemos. Pero cuando hay más oferta los precios bajan, y suben cuando hay menos; y al contrario cuando hay demanda. Pero desde el punto de vista de la demanda mundial, la carne fue un producto que salvó el examen de la pandemia con sobresaliente. Porque tuvimos una complicación en abril, y después hubo vaivenes. Pero la tonelada de carne uruguaya vale lo mismo que el año pasado, y hay pocos productos que pudieron mantener eso. Por lo tanto, desde el punto de vista económico, hay que pensar en los sectores que realmente están sufriendo, como el turismo, la hotelería, los salones y servicios de fiestas; esos sí que están sufriendo.
¿Qué espera del negocio en 2021?
Estamos con un mercado climático. No son precios reales, de largo plazo. Estos precios tienen que ver con la falta de lluvias, y en un negocio que es a cielo abierto, cuando no hay condiciones para tener ganados hay que venderlos. Pero creo que el negocio ganadero seguirá siendo interesante. El precio de la tonelada de carne de exportación vale lo mismo que el año pasado. No tenemos un problema de mercado, que es mucho peor que una seca de tres o cuatro meses. El problema sería que la gente deje de comer carne. Todos sabemos que en algún momento las secas se terminan, pueden ser más o menos agudas. Pero es difícil que se reviertan en diciembre, enero o febrero; en general se revierten en otoño. En el catálogo de Plaza Rural también se puede ver que a los tres o cuatro meses de las bajas de precios, estos se revierten e incluso hay una sobrecorrección al alza. Así como el mercado sobrecorrige los precios a la baja, también lo hace a la suba. A veces es por problemas en el exterior, las expectativas son malas, y otras es por un tema climático. Esos cambios se dan en meses. Las noticias dicen que las vacunas contra el Covid-19 están, tendremos que esperar un tiempo para que se pueda inmunizar la población mundial. Pero en plena pandemia Uruguay pudo sostener el precio de la tonelada de exportación. El mercado chino, que se llevó todo el año pasado, este año llevó bastante menos, pero se sustituyó con el Nafta. Se pudo faenar y vender todo lo que teníamos. Así que lo único que podemos esperar para el año que viene es que todo mejore. Que la población de los países de más riesgo se pueda vacunar e inmunizar, que llueva y así volveremos a la normalidad. No me queda ningún tipo de duda.
Se habría alcanzado la cifra de 3 millones de terneros ¿Es verdad que cuantos más terneros se producen menos valen?
Esa lógica se dio durante muchos años en Uruguay, pero estábamos en otra coyuntura, en otra realidad de país, con muy pocos mercados. Eso ocurría cuando había una separación entre los mercados aftósicos y no aftósicos, por ejemplo. En aquel momento había un incentivo a no producir más, pero ahora no damos abasto para atender la demanda. Hoy tenemos frigoríficos globalizados, que tienen sus representantes en todo el mundo, que se han preocupado por vender la carne uruguaya. Hubo políticas de Estado que promocionan nuestras carnes en el mundo, que trascendieron gobiernos. Eso cambió totalmente. Si la base forrajera acompaña, esos 3 millones de terneros son una gran noticia, porque se van a faenar más animales, y por lo tanto vamos a exportar más, va a entrar más dinero genuino al país, habrá más trabajo, se van a diluir costos fijos. Es una buena noticia. Pero lo que tiene que acompañar es el forraje, no solo el clima, sino hay que sacarle más pasto al campo. Hay mucha tecnología. El mejoramiento genético de pasturas ha sido impresionante. Las variedades nuevas son de mayor calidad. El control de malezas ha sido impresionante. Por otra parte, los agricultores que piensan en el largo plazo dicen que es inviable hacer agricultura continua y que se necesitan praderas. Y esas praderas que vienen atrás de la soja tienen una productividad infernal, porque no tienen malezas y dejan fertilizado el suelo. Pero hay que tener una buena base forrajera, porque no se puede tener más carga si no se mejora la disponibilidad de pasto. En resumen, los 3 millones de terneros son una gran noticia, pero tenemos que tener en cuenta que nuestra producción es a cielo abierto y, por lo tanto, tenemos que mejorar nuestra oferta forrajera y la cosecha debe ser mejor manejada, porque la demanda está asegurada.
¿Cómo ve la interacción agrícola-ganadera en este momento?
Los campos agrícolas de punta, que en Uruguay son pocos, han hecho una rotación agrícola con gramíneas. Le agregan cada tanta soja, algún sorgo, maíz y en invierno incluyen trigo, cebada, colza y algún puente verde, que es fundamental para la conservación del suelo. Y en el resto ha ido avanzando enormemente la alianza de una serie de cultivos, que dependen del tipo de campo y del productor, pero siempre terminan en una pradera de alta producción, que dura un poco más o un poco menos. Está comprobado, no solo a nivel de ensayos sino también a nivel productivo, que los cultivos rinden más si esos campos quedan un tiempo con pasturas. Por lo tanto, hay una sinergia muy importante entre los dos rubros. Es fundamental para nuestros suelos que siga habiendo una interacción fuerte entre pasturas, ganadería y agricultura.
¿Cuáles son las perspectivas del corral?
El corral es fundamental, porque asegura producción e independiza a la ganadería del clima. Cuando un frigorífico se compromete con un negocio necesita tener la materia prima sí o sí, no importa si el tiempo viene seco, llovedor, frío o caluroso. El corral da esa previsibilidad y, más allá o más acá, se podrá achicar un poquito, pero siempre va a tener su lugar. En los últimos años es de alrededor de 20% de la faena total. Además, es un negocio que brinda previsibilidad de precios, que es algo que siempre se pidió desde la producción ganadera. Es algo que se puede acordar, considerando el tipo de animal, la terminación y la fecha de entrega. Es el único negocio de la ganadería que tiene esas características, y no es algo menor.
¿Están haciendo negocios de ganados de corral que no tengan como destino la cuota 481?
Se hizo mucho este año, antes y después de la pandemia. Estamos en una zona de producción intensiva, donde hay mucho grano y predominan los corrales. En este momento hay muchas conversaciones para el año que viene, pero por la pandemia esas conversaciones de largo plazo se han acotado, ya que hay mucha variabilidad. Esta segunda ola de Covid-19 en Europa frenó los negocios por carne premium. Ahora se están empezando a conversar los negocios para las próximas ventanas, pero siempre estarán. El mundo va a comer carne siempre, y más aún carne como la que produce Uruguay, sin hormonas, controlada, con todas las virtudes que tiene el producto uruguayo. Hay momentos donde se demoran un poco más los negocios, como pasa en cualquier rubro, pero tenemos que mirar a la ganadería como una de las producciones más privilegiadas de la agropecuaria. Y también tenemos que ser justos en decir que estamos en un sector que fue de los que menos sufrieron esta distorsión de la pandemia.
¿Hay precios similares entre los ganados de corral de la cuota 481 respecto a los que no van para ese mercado?
En términos generales, el ganado no cuota 481 va atado al precio de la Asociación de Consignatarios de Ganado (ACG) más un premio. Los de la cuota 481, como es más predecible el negocio para el frigorífico, te pueden hablar de un rango de precios, atado a ACG más un premio, y pueden asegurar un piso si el productor está dispuesto a aceptar un techo. La lógica del frigorífico es cubrirse si se disparan los precios, como tiene la previsibilidad de cuánto va a vender no pierde. Pero también sabe que puede pagar un precio mínimo, y de esa manera quedan todos conformes. El ganado no cuota nunca tiene un precio fijo, el cuota sí lo tiene, por las características de cada uno.
¿Cuáles son las perspectivas de negocios de ganados gordos?
Hay muy poca oferta de ganado gordo. No sé de dónde van a salir los ganados de fin de año, enero y febrero, porque no hubo engorde de primavera. Por ahora se viene cargando a un ritmo mejor, producto de la faena de fin de año. Supongo que se van a faenar menos animales gordos especiales de campo. Después hay que ver si aparecen destinos para los animales que no tienen una terminación especial, pero no serán animales gordos como los que estamos acostumbrados a comercializar en Uruguay, sino de menor terminación, y obviamente que son para otros destinos.
¿Cómo ve el clima de inversión?
Lo que el productor sabe hacer es invertir en producción y, por lo tanto, sigue habiendo una inversión fuerte. También hay que recordar que el año pasado fue fabuloso para la producción ganadera, en todo sentido. Este año la gente no está tan afectada, porque el año pasado fue de valores excepcionales, y se está haciendo promedio. Hubo inversiones productivas que han permitido que, de alguna manera, este año se pueda pasar mejor. En materia de compra-venta de campos hemos concretado negocios. Hubo una oleada fuerte de llamadas al principio del año, sobre todo argentinos. Ahora, como se agravó la pandemia en Argentina, se tranquilizaron las negociaciones. Colegas coinciden en que hay pocos negocios concretados. Desde el sector inmobiliario, en Montevideo, nos dicen lo mismo. Estoy seguro de que volverá el interés el año que viene, una vez que llegue la vacuna, y se normalice todo en el mundo. También hay que tener en cuenta que hay muy poca oferta de campos en Uruguay, hay poca gente dispuesta a vender. Hay varias cosas que marcan que no habrá una estampida, como la hubo a principios de los años 2000. Por lo tanto, considero que habrá negocios, pero en menor cantidad.
¿Es atractivo Uruguay para invertir?
Sí, sin dudas. No solo es atractivo para los argentinos sino a nivel mundial. Cuando uno ve las noticias, Uruguay es un país que pudo manejar la pandemia. Es un país serio, donde se respetan las normas y las cosas se hacen bien. Los principales medios mundiales destacaron que Uruguay pudo manejar la pandemia, por lo que hizo el gobierno, pero también por el comportamiento de sus habitantes. Esa es la mejor publicidad que se puede hacer del país. ¿Dónde invertirías después que pase todo esto? En los lugares donde se pudo manejar la pandemia. Vamos a tener inversiones en Uruguay, y vamos a salir rápido, si Dios quiere, de esta distorsión.
¿Los precios de los campos tocaron piso?
Sí, tocaron piso en 2019 y no siguieron bajando en 2020. Los precios de los negocios que se hicieron este año son razonables. Se tiene una rentabilidad histórica porque los precios han venido bajando, pero nada sube indefinidamente ni baja indefinidamente. Los precios alcanzados eran tentadores para comprar, para un uruguayo o para un extranjero. El año pasado compraron los uruguayos. Hoy hay poco campo en oferta, y al ser poca la oferta no se podrá comprar barato. Pero tampoco subieron los precios. Los negocios que se hicieron este año fueron a precios muy razonables. La gente que quiso vender tuvo que aceptar esos precios más bajos. En este momento tengo varios pedidos de campos, y no los puedo conseguir. La demanda es apenas más fuerte que la oferta, pero no está dispuesta a pagar lo que no vale un campo en este momento.
TARJETA PERSONAL
Fernando Indarte tiene 47 años y es ingeniero agrónomo, egresado de la Facultad de Agronomía, de la Universidad de la República. Desde hace 25 años integra la empresa Indarte & Cia, firma dedicada a la intermediación en los negocios ganaderos y de compraventa y arrendamiento de campos. La empresa fue fundada por su padre, Horacio Indarte, y actualmente es dirigida por Fernando y por su hermano Gonzalo.