Seguro de rendimiento garantizado “único en Uruguay y la región”

Surco Seguros destaca su propuesta, que incluye un sistema de peritaje innovador y transparente, obtenido de información que llega directamente desde la cosechadora
Surco Seguros ofrece al mercado un seguro de rendimiento mínimo garantizado para los cultivos de soja y maíz. “Su nivel de objetividad es único en el mercado, tanto en Uruguay como en la región. Se utiliza tecnología para el peritaje, la transmisión y acceso de información, desde la cosechadora a la mano del productor y la compañía aseguradora”, dijo a VERDE, el asesor comercial agrícola de Surco Seguros, Pablo Quintana.
Mediante sensores ubicados en cada cosechadora, se registra la producción de la máquina a la vez que se transmite esta información a las manos del productor y la aseguradora, lo que permite monitorear los resultados en tiempo real.
Indicó que “esta innovación garantiza seguridad, dado que estos procedimientos están habilitados y auditados por el LATU, a la vez que permite generar un historial de rendimientos de cada productor. Esto permitirá que en el futuro se puedan ofrecer coberturas totalmente personalizadas, y así acceder a mejores productos”.
Esta es la tercera zafra en que la compañía pone a disposición del mercado esta herramienta, y Quintana señaló que “la demanda por seguros de rendimiento es creciente”.
En ese sentido, recordó que en 2018 se desarrolló un plan piloto en conjunto con la Agencia Nacional de Innovación e Investigación (ANII), “una herramienta que cubriera los rendimientos mínimos para soja”, y actualmente también está disponible para maíz.
Pero, a su vez, esta novedad también incluye los seguros básicos nominados como la resiembra, daño por granizo, incendio, viento, helada y cosecha descartada.
Quintana explicó que “lo novedoso de este seguro de rendimiento es la forma de peritarlo”. Para ello Surco “utiliza mucho la tecnología, como el monitor de rendimiento”; de esta manera “vemos lo que está cosechando en el mismo momento que el productor”, destacó.
En el monitor de rendimiento se coloca un chip –proporcionado por Surco–, que aporta los datos de cosecha minuto a minuto. Así, “al cerrar la chacra se obtiene el promedio de lo cosechado y se evalúa si el seguro se activa o no, de acuerdo a la cobertura contratada”.
Por eso, asegura que “en Surco el sistema de peritaje es totalmente tecnológico y esa es una diferencia que tenemos en relación a otras compañías”, ya que de esta manera “el riesgo de tener un error se minimiza mucho”.
Funcionamiento
Las especificaciones del seguro mínimo de rendimiento se basan en una tabla que indica cuántos kilos se pueden asegurar, dependiendo del departamento y la zona donde esté ubicada la chacra de soja o maíz. Ese rango de cobertura va desde los 1.000 kilos hasta 1.800 kilos por hectárea en soja, y desde 3.500 kilos hasta 5.000 kilos por hectárea en maíz (dependiendo si es de primera o de segunda).
A modo de ejemplo, Quintana explicó que “en el departamento de Soriano y para el cultivo de soja hay cinco opciones de cobertura: de 1.000, 1.200, 1.400, 1.600 o 1.800 kilos (por hectárea)” y que “cada una tiene una prima de seguro distinto”.
Subrayó que “la compra del seguro incluye los riesgos nominados del inicio; si el productor debe resembrar se paga la resiembra, si hay un evento de granizo también se paga”.
En esos casos, “se corrige la cantidad de kilos asegurados, a través de un cálculo del porcentaje de daño, y se descuentan los kilos de acuerdo a los eventos que generen daño”.
De no tener ningún evento de ese tipo, en la etapa de llenado de grano o floración, cuando se percibe que hay un potencial de menor productividad que los kilos que se aseguró, “se denuncia esa situación para activar el seguro de rendimiento”.
La misma metodología también está disponible para maíz, con la diferencia de que los rendimientos para el cereal van hasta los 5.000 kilos.
Cuando el productor realiza la denuncia a Surco Seguros, la compañía envía un perito para comprobar que la potencial baja de rendimiento que se calcula no sea por factores agronómicos. Así se descarta que la caída del rendimiento no esté asociada a un “mal manejo de malezas, de fertilización o enfermedades”.
Seguridad que vino para quedarse
En 2019 pese a no haber tenido denuncias, Surco instaló el chip en algunas cosechadoras para demostrar la calidad de la información que se generaba y se podía enviar. De esa forma, se simuló una denuncia “y el resultado fue excelente”, dijo Quintana. Agregó que “el productor ve a este seguro como una herramienta que vino para quedarse, porque le da más estabilidad y seguridad al negocio”.
Además, sostiene que “con esta herramienta logramos cubrir lo que antes no se cubría, porque los seguros anteriormente cubrían caída de rendimiento por granizo o viento, pero nunca por sequía, que es lo que lamentablemente pasa en diferentes niveles”.
Enfatizó que “esto te da la seguridad de que, si estás haciendo las cosas bien pero hay 20 días de déficit hídrico que generan un perjuicio de rendimiento y se registra una pérdida de 800 o 1.000 kilos por hectárea, se puedan recuperar con un seguro”.
Se adapta a cada necesidad
Aparte de la tabla rígida que Surco Seguros utiliza para determinar los kilos de rendimiento por hectárea que cada productor puede cubrir, dependiendo de cada cultivo y de la zona donde esté ubicada la chacra, Quintana explicó que en la compañía “tenemos la posibilidad de cotizar un seguro de rendimiento a la medida de cada productor”.
Indicó que si el agricultor “tiene una base de datos de los últimos cinco años, potente y auditable, que nos permita conocer el rendimiento exacto de esa chacra en ese tiempo, podemos personalizar el seguro a los kilos que precisa o que creemos que le podemos cubrir”.
De esta manera, se puede acceder a una cobertura que no tiene que estar necesariamente topeada en 1.800 kilos para soja y 5.000 kilos por hectárea para maíz.
Quintana aseguró que desde julio “tenemos muchos llamados y muchas reuniones con productores que nos consultan en qué consiste la cobertura”.
Agregó que “otros agricultores ya nos proporcionan su registro histórico de rendimientos y nos piden que adaptemos el seguro a sus necesidades”, mientras que enfatizó que “la demanda es creciente”.
La experiencia comenzó en 2018, con un plan piloto que llegó a cubrir 3.000 hectáreas de soja; y en 2019 la herramienta fue lanzada oficialmente al mercado, llegando a cubrir 20.000 hectáreas, en varios departamentos.